4. Alliances

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𝑷𝒐𝒗 𝑲𝒆𝒆𝒏𝒆

Mi venganza contra Lawrence y LaRusso consiste en acercarme a Kreese, es por eso que ayer en la noche entré al dojo de Cobra Kai a dormir, sabía que iba a ser una excelente oportunidad.

—Te levantaste -dice con su voz gruesa- siento que tuvieras que dormir en el piso.

—He dormido en lugares peores.

—Si quieres un café -señala la vieja cafetera- no es bueno pero está caliente.

—Gracias por dejarme quedar, será solo por las noches.

—Quédate el tiempo que quieras. Ven, tal vez aprendas algo -nos dirigimos al muñeco de plástico- el ataque de cobra consta de dos movimientos, la estocada y la mordida.

—¡¿Qué diablos haces aquí?! -el chico de cabellos parados interrumpe mi pequeña lección con Kreese y se acerca rápidamente a nosotros.

—Tranquilo, el señor Keene es nuestro invitado.

Una guerra de miradas se hace presente, los ojos azul del chico tratan de intimidarme pero no lo hacen en lo absoluto. Al desviar mi mirada noto algo, o más bien, a alguien.

—¿Emma? -susurro.

—Halcón acompáñame -Kreese entra a la oficina con hulk rojo.

—¡Hola, chico rubio!

—¿Qué haces aquí? -digo con una gran sonrisa- pensé que te faltaba tiempo para salir.

—Nada que un par de billetes no pueda arreglar -ríe suave.

—Claro -le sigo.

—Es broma -golpea mi hombro- mi abogado por fin hizo su trabajo -examina el lugar- ¿renunciarás a esto? porque yo pienso integrarme y necesitaré de un buen compañero.

—Nunca me uní a este dojo, no pertenezco aquí.

—Ah, entonces estás huyendo -alza una ceja- te funcionó bien la última vez.

—No estoy huyendo -imito su expresión- intento encontrar un buen lugar.

—Piénsalo -sonríe- por lo mientras saldré con un amigo más tarde, ¿quieres unirte?

—Claro, cuenten conmigo -sonrío.


[...]


Llego al lugar citado por la chica el cual parece ser la parte trasera de una plaza, junto a ella se encuentra un chico bastante alto con cabello despeinado, tiene pinta de drogadicto rockero.

—¿Quién es él y por qué lo invitaste?

—Es Robby, idiota.

El chico me examina con una sonrisa burlona y me extiende una lata de cerveza. Genial, alcohólico-drogadicto rockero.

—No, estoy bien.

—¿No aguantas un sorbo de cerveza? -dice burlón.

—No necesito cerveza para fingir que estoy bien.

—Cómo sea -destapa la lata y bebe.

Miro una vez más tratando de averiguar en dónde estamos. ¿El zoológico? Gran vandalismo. Entramos y el amigo de la chica comienza a explicar lo que debemos hacer pero yo ni siquiera sé a que venimos, estoy completamente perdido.

—¡Cinco minutos! -avanza rápido.

—¿Cinco minutos para qué? -pregunto a Beckham.

—Ya verás -sonríe pícaramente.

Los sigo nuevamente hasta llegar a la zona de los reptiles, cruzamos la zona restringida y el chico saca un costal.

—La vara para serpientes -le dice a Emma.

—¿Cuál vara?

—¡Fue lo único que te encargue!

—¡Sólo saquen la serpiente! -les grito.

—¿Quién anda ahí?

Los chicos salen corriendo por la voz que ha sonado al otro lado de la puerta, no vine a este lugar a perder mi tiempo, ¿querían una cobra? yo se las daré. Tomo el costal que quedó olvidado en el piso y con precaución guardo al objetivo. Salgo del lugar con una sonrisa victoriosa, olvidaba lo bien que se siente la adrenalina.

—¡Fallamos! -la chica dice desanimada.

—¿Quién dijo que fallamos? -enseño el costal.


[...]


Emma me dijo que le entregara la cobra al sensei Kreese, mi regalo no le robará créditos a ella porque recién se integrará, pero sé a quien si le podría afectar.

—Bien hecho, estoy impresionado -sonríe a medias- mostraste intrepidez, liderazgo y esas son las cualidades necesarias para ser un campeón -me da un apretón en el hombro- eres lo que Cobra Kai estaba buscando.

—¡Él no debe estar aquí, sensei! -reclama Halcón.

—Las alianzas son importantes para nosotros y nuestro enemigo, porque sepan que ellos también están haciendo alianzas, Díaz y esa chica LaRusso trabajan juntos, ayudaron a salvar el All Valley con un gran discurso -suelta una pequeña risa ronca- hacen un gran equipo.

Conecto por un segundo la mirada con Beckham y hago una seña indicándole que vayamos afuera, ella capta el mensaje y ambos salimos del dojo.

—No pensé que mi chiste llegara demasiado lejos.

—Los encontré muy juntos cuando fui a visitar el dojo -digo enojado.

—¿Fuiste a visitar el dojo o a ella?

—¡Cómo sea que haya sido! -pateo una lata de cerveza vacía.

—¿Te quieres desquitar?

—No quiero volver a lastimar a Miguel, cómo lo dije antes, no me siento orgulloso de mis acciones.

—¡Si pero tampoco puedes quedarte de brazos cruzados, te está quitando lo que te pertenece! ¡Vamos Robby! No hay nada de malo en desquitarse.

No me  convence. Tengo que pensar antes de actuar, si iniciamos otra pelea uno de nosotros dos saldrá lastimado, en el mejor de los casos ese podría ser yo, y en el peor de los casos alejo por completo a Lawrence y LaRusso. No suena mal, ambos finales serían una victoria para mí.

MANIAC | Robby Keene [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora