Capítulo Trece: Larry.

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Darcy

   Abrí los ojos ampliamente, sorprendida. Era imposible, casi estúpido, que yo me creyera que Brooke había matado a una o más personas. Gente. Personas con vida, que se mueven, que sienten y que tienen una familia. Brooke era dura y algo fría, pero jamás haría algo así.

   Solté una carcajada. Que buena broma, Brooke.

   — ¡¿Qué es lo gracioso?!— Preguntó, frunciendo el ceño.

   Era la primera vez que Brooke me gritaba.

   —No puedes esperar que me crea eso. — Respondí, aún sin borrar mi sonrisa.

   Qué tontería. Matar gente. Sí, claro, y yo era una narcotraficante de drogas mundialmente aclamada por los compradores.

   Casi suelto otra carcajada, pero me detuve en seco cuando Brooke se largó a llorar.

   — ¿Cómo puedes ser tan parecida a los demás, Darcy? ¡Te lo conté porque te creía diferente!

   Caí en cuenta de que esto no era una broma. Brooke había matado a personas. Gente. Personas con vida, que se mueven, que sienten y que tienen una familia.

   Entonces, en vez de refugiarme en mi papel de “la víctima de una broma” para no afrontar la realidad, la abracé fuertemente y dejé que llorara en mi hombro.

   No estaba segura de qué es lo que iba a hacer. Quería, con todas mis fuerzas, estar a su lado y apoyarla. Pero también, una parte de mí decía que corriera lejos. Que mañana, en el instituto, cada vez que la viera actuara como si no la conociera.

   Pero ya estaba cansada de actuar.

  

   Louis

   Solté un suspiro y le di otra calada a mi cigarrillo. Darcy, Darcy por todas partes.

   Todavía no podía creerme que se estuviera comportando así. Que se hubiera escapado de casa frente a mí. Esa no era la Darcy que yo conocía.

   Pero, ¿cuál era el problema? ¿Qué habíamos hecho mal Harry y yo? Primero, a sus doce años, Theo comenzó con todo este rollo del chico rebelde. Ahora, Darcy se volvió una desobediente que se viste como una cualquiera. Dylan, el único al que habíamos criado sin tantos problemas, se iba de la casa dentro de unas dos semanas. Luego de su partida, la casa sería un zoológico más que un hogar.

   Dylan siempre había estado ahí para poner orden. Siempre nos había ayudado a separar a Theo y a Darcy cuando peleaban de pequeños, o a que Zac hiciera amigos cuando no tenía ninguno.

   Zac… Zac se había vuelto muy popular. Tenía un montón de amigos, pero el único al que conocíamos era a Niall Horan. Yo sabía que a Zac le gustaba ese chico. Harry también lo sabía.

   La forma en la que lo mira cada vez que lo trae a casa, cuando juegan videojuegos o cenamos en la mesa. Utiliza cualquier excusa para tocarlo.

   Hoy lo vimos tan inquieto, que decidimos preguntarle qué le pasaba.

   “—Estoy bien, papá. ¿Pueden dejar de entrometerse en mi vida?”

   Me recordó muchísimo a mí, cuando tuve mi primera pelea con Harry.

01/12/1978

   Hoy cumplía tres meses de novio con Harry. Queríamos festejarlo como Dios manda, con una cena o una película. Sin embargo, su madre lo había castigado por escabullirse de casa para encontrarse conmigo, y no nos podíamos ver.

Soy una Stylinson [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora