Capítulo Tres: Celos.

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Harry

   Es imposible olvidar el día en el que conocí a Louis. Todo fue repentinamente maravilloso, y comenzó aquel diecinueve de agosto…

19/08/1978

   — ¡Harry! ¿Puedes apurarte? ¡Los vecinos estarán aquí en diez minutos, y tú ni siquiera te has duchado!

   No me agradaba mucho la idea de cenar con extraños, pero mi mamá insistía en que había que conocer a la nueva familia que se había mudado aquella mañana a la casa de al lado. Además, decía que el matrimonio tenía una hija, y que no era para nada fea.

   Entré a la ducha mientras me imaginaba que clase de cosas vergonzosas haría mi madre. Como, por ejemplo, hacer que vaya a mostrarle el patio a la chica para darnos privacidad. O tal vez le diría que, como madre, sabía que ella era el tipo de chicas que me gustaban. Pero no era cierto. Para que me guste tiene que tener pelo corto, voz gruesa y algo allí abajo colgando. Y no, no hablo de una lesbiana con trasplante de órgano reproductorio, si no de un hombre.

   Mamá no sabía que yo era gay, y realmente no pensaba decírselo ni aunque me pagaran por ello. Ella era cien por ciento homofóbica, y probablemente me echaría de casa o me sacaría el corazón con la cruz de dios. Bueno, tampoco exageremos.

   Cuando terminé de ducharme y cambiarme, bajé a la cocina justo a tiempo para que el timbre sonara. Me preparé para la cena más incómoda de mi vida.

   Me senté en el sillón del living y observé como mamá saludaba a la gente. Primero pasó una mujer rubia y bastante atractiva para su edad; luego llegó un señor con bigote gracioso y pinta de humorista. Por último entró una adolescente rubia, igual que la mujer, y de ojos celestes. Si fuera hetero probablemente me hubiera gustado, pero lo único que yo podría ofrecerle era mi amistad.

   Cuando me acerqué a ellos observé que la muchacha no era la última; un chico hermoso de pelo castaño despeinado y preciosos ojos azules se encontraba ante la casa, observándola aún sin entrar, y quedé embobado al instante. Tal vez fue por eso que no me di cuenta cuando él chocó conmigo al entrar por la puerta.

   —Oops—Fue lo único que pude decir.

   — ¡Hola!—Su aguda y tierna voz se hizo notar por encima de las demás. Me encantaba, y solo deseaba oírla una y otra vez.

 Actualidad

Zayn

   No esperaba encontrarme con Darcy aquella tarde. Todo fue más fácil desde que dejé de verla. Pero ahora, y con su gran cambio, no pude despegar la vista de ella.

   El momento en que la vi por primera vez, cuando éramos pequeños, supe que iba a hacerle la vida imposible. Por alguna razón ella no lograba caerme bien. Pero luego, con el tiempo, me di cuenta de que la odiaba tanto porque, aunque lo negara rotundamente como si mi vida dependiera de ello, ella me gustaba, y yo no quería sentir nada por nadie. Menos por la hermanita de mi mejor amigo.

   Siempre tuve una vida difícil; mi familia me odia y en el colegio solían tenerme miedo. La única persona que se acercó a hablarme fue Theo, a pesar de que era un año mayor que él y para otros fuera extraño. Al principio, y como hago con todo el mundo, lo ignoré y lo traté muy mal. Luego se ganó mi confianza y se convirtió en mi mejor amigo y también en mi hermano.

   Sé que yo no hice más que arruinar la vida de Theo. Él era un niño con ideales, sueños, esperanzas. Yo fui el que metió la idea de una banda de música en su cabeza que lo distraía del colegio y le hacía bajar las notas, y quien le dijo que todo el mundo era una mierda, y también quien lo incitó a fumar marihuana. Por mi culpa él es como es.

Soy una Stylinson [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora