Obsesión a muerte.

2. Marionetas.

Jules

6 de enero, 2017.

Sangre.

Intento limpiar la sustancia roja que brota de mi nariz. Las lágrimas inundan mi cara al igual que pequeños sollozos salen de mis labios.

Retiro lentamente el ya rojizo papel de mi nariz y me miro fijamente en el espejo.

¿Cómo llegué a esto?

¿Qué hice para estar tan destruida?

Tal vez nunca sabré las respuestas. Porque simplemente no he hecho nada.

Soy un desastre. Mi vida es un desastre.

Coloco mis manos a cada lado del lavabo intentando tranquilizarme. Mi respiración agitada es lo único que se escucha en el pequeño cuarto de baño.

Esta vez la razón de su enojo fue muy simple; su comida no estaba lista.

Me había distraído con las tareas y ni siquiera me habia fijado en la hora. Empecé a cocinar rápidamente mientras mi madre estaba sentada en el sillón con un cigarro en la mano izquierda y la mirada perdida. Como siempre.

Pero fue muy tarde. Él llegó, agitando suavemente las llaves del carro, y lo escuché caminar hasta pararse justo frente a la cocina, donde estaba yo.

Sus ojos oscuros se fijaron en mí. Se acerco y me tomo del cuello, el olor a alcohol me empezó a marear y solo sentí como me golpeaba.

Creó que ese fue el momento en el que me desconecte. En el que no sabía si todo esto era real o simplemente era la marioneta de alguien más. Pero estoy segura de que este mundo no lo manejó yo. Porque si lo hiciera; jamás dejaría que me lastimara.

_Mi pequeña, ¿cómo debo hacerte entender que incluso cuando lloras eres hermosa?_