Capítulo I

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La verdad no esperaba que las cosas terminarán así.

- ¡¿Cómo pudiste hacerlo?, confié en ti, te abrí mi corazón, ¿y así es como me pagas?! -

Podía sentir como su corazón se partía en mil pedazos mientras veía como la persona que más amaba en este mundo se alejaba de su lado...y ya nunca más regresaría.

Pensé que tendríamos un hermoso futuro, donde estaríamos juntos, tomados de la mano, pasándolo bien.

- No lo entiendes... ¡simplemente no entiendes mi situación!, ¿por qué solo la escuchas a ella?, ¿no se supone que la habías olvidado?, ¡te estoy tratando de explicar los motivos que me llevaron a ser esto y te niegas a escucharme! -

Sentía un nudo en su garganta, él sabía que se metería en problemas por contar su secreto, sabía que lo castigarían y ya no podría dar marcha atrás. Pero confío en que él lo escucharía, al final de cuentas estaban juntos.

Que equivocado estaba, no podría ser más idiota.

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Claro que para llegar a esto necesitamos irnos al inicio de todo.

Un día más en París, el sol sobresalía por el horizonte iluminando las calles del lugar, el ruido común de las personas en movimiento se escuchaba por las ventanas de aquella habitación donde la oscuridad sobresalía.

El sonido de una alarma dio comienzo a un nuevo día, uno más que le gustaría acabará rápidamente.

Unos suaves toques en la puerta y como era abierta se hizo escuchar en aquella habitación.

- ¡Nath Nath, buenos días, ya es hora de levantarse! -

 Una sonriente pelirroja de apenas 8 años sonreía a su hermano mayor mientras entraba a la habitación saltando sobre el cuerpo de este aun acostado.

- Ya escuché, ya escuché...buenos días Lulu -

Se levanto con cuidado de no tumbarla y dio unas suaves caricias a la cabeza de su hermana mientras se estiraba.

- ¡Buenos días!, ¡tienes que darte prisa, mi colegio empieza en 30 minutos! -

La sonrisa risueña de aquella pequeña desapareció cuando vio palidecer a su hermano, no entendiendo el porqué del cambio tan brusco, tampoco vio venir que la cargara y corriera como si su vida dependiera de ello.

- ¡Joder la escuela! -

Como pudo cambio a ambos de ropa, tomo dos barras de chocolate, tomo ambas mochilas junto con las llaves del apartamento y corrió en dirección a la parada del autobús.

- (Espero que si alcancemos el último) -

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La puerta abierta completamente, un chico sudoroso respirando dificultosamente y una maestra con mirada molesta era la situación actual que podía ver la clase miraculous.

- Es la sexta vez que llegas tarde y no vamos ni a mitad del mes Nathaniel -

La profesora suspiro suavemente al ver como este agachaba la cabeza tratando de controlar su respiración un tanto avergonzado, sabía que la situación del chico en casa era complicada pero la escuela era estricta con las asistencias y si descubrían que lo ocultaba podrían meterse ambos en problemas.

- Por el momento te dejo pasar, pero hablaremos después de clases, adelante, página 9 toma-... -

Pero no terminó de hablar cuando una peli azul llego corriendo detrás de él haciendo que ambos cayeran al suelo.

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