Eugenio Martell y ____ Talbot llevaban casados casi cinco años, pero, desde entonces, solo habían estado juntos dos veces en la misma habitación. La primera, cuando un juez los declaró marido y mujer. Una vez firmado el certificado de matrimonio, ella salió de la sala, indiferente, sin decirle ni una palabra a Keno, y dejando sobre el papel la preciosa alianza que él le acababa de poner en el dedo.
La segunda vez había sido en el funeral de su madre, seis meses atrás. ____ había escuchado indiferente las condolencias de Keno y había aguantado con estoicismo respirar el mismo aire que él durante la hora que duró la ceremonia.
También esa vez se había marchado sin decir nada, con calma y con frialdad. Aunque todavía bajo la conmoción de la muerte de su madre, seguía furiosa por lo que su difunto padre le había hecho.
Durante los cinco años que había pasado lejos de Texas y de Keno, había rechazado todas sus llamadas telefónicas y le había devuelto, sin abrir, todas las cartas y regalos que él le había enviado.
Nunca había reconocido a Keno como su marido legítimo, ni había aceptado su nombre, y desde luego, en esos cinco años, no había dicho una sola palabra buena sobre él.
Había conseguido olvidar lo enamorada que había estado de él a sus dieciocho años, y las razones de su amor de entonces. Su orgullo femenino le había hecho ocultar sus sentimientos sobre todo después de conocer que la única razón por la que había accedido a casarse con ella era para conseguir el control total del Rancho Talbot.
Su enamoramiento de adolescente se había convertido en odio, y ella se había jurado a sí misma no mostrarle nunca a Keno ningún afecto. Nunca.
Pero lo había entendido todo mal.
Keno no era el oportunista avaricioso que ella creía. Su padre había concertado el matrimonio en secreto, y ____ solo lo supo cuando, al morir él repentinamente, su testamento revelaba los terribles términos.
Quizá su idolatrado padre la había querido castigar por haber permanecido neutral cuando se divorció de su madre. Pero John Talbot nunca había dado muestras de estar enfadado con ella y ni siquiera se había opuesto a su decisión de dejar el rancho para ir a vivir con su madre en Chicago. Sin embargo, poner su herencia bajo el control del hombre que él había escogido para casarse con ella solo podía interpretarse como una venganza secreta.
Cuando ____ conoció los términos del testamento, su adorado padre solo llevaba muerto cuatro días. El dolor de su pérdida no le permitió enfadarse con él y solo pudo sentirse herida y confusa por lo que le había hecho. Toda la rabia que sentía por la injusticia de su padre la volcó sobre Keno, despreciando y traicionando el matrimonio que le había sido impuesto.
Y así fue hasta que, a la muerte de su madre, pudo leer la verdad en el montón de papeles y documentos que ella le había ocultado. Todo lo que ____ había hecho, todos sus actos, y el dolor que sentía se habían basado en las mentiras. Las intrigas de su madre tenían la culpa de que ella hubiera deshonrado a su marido, a su matrimonio y a la memoria de su padre que había tratado de protegerla de la codicia de su madre, pero que había muerto antes de poder explicarle sus motivos.
Saber la verdad la había traumatizado y se sentía culpable por todas las preguntas que tenía. Poco a poco su alma se había envenenado.
«¿Habría alguna manera de compensar a Keno por esos cinco años?», se preguntaba. ¿Podía hacer algo para mitigar el dolor y las ofensas que le había causado? Esperar que él la perdonara era mucho esperar. Y si él le pagaba con la misma moneda, lo tendría más que merecido.
Él había soportado su veneno durante años sin mostrar ningún afán de venganza, por lo que merecía oír las disculpas de ella, oírla reconocer que era un hombre honesto y demasiado bueno para ella en lugar del advenedizo que ella había creído.
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ʟᴀ ᴍᴇᴊᴏʀ ᴇꜱᴘᴏꜱᴀ - ᴋᴇɴᴏ ᴍᴀʀᴛᴇʟʟ
FanfictionEsta novela es adaptada. La mejor esposa (9.07.2003) Título original: The Prodigal Wife (2002) Editorial: Harlequín Ibérica Genero: Contemporáneo ©️ Todos los derechos reservados