𝑯𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒐 𝑶𝒎𝒆𝒈𝒂 [ ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ ]

Capítulo 18: La Inocencia como Arma

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La adversidad pasa desapercibida con la persona correcta

•°•°•§ Dieciocho años atrás §°•°•°

Un pequeño de seis años corría por los pasillos de la gran casa de sus abuelos mientras era perseguido por su madre.

La beta castaña llamaba incontables veces a su pequeño cachorro con preocupación. Era verano y el clima era perfecto para salir a jugar con amigos, algo que no era un verdadero problema pero a ninguno se les permitía salir de casa.

—¡Jiyong! ¡Te dije que te detuvieras! Hablemos primero —pidió la madre —Sabes que no podemos salir sin decirle a tu abuelo...

Continúo corriendo tras el menor aproximadamente diez minutos de arriba hacia abajo hasta que finalmente su pequeño se detuvo en el jardín, cayendo rendido por todo el esfuerzo que su berrinche le había hecho correr.

La beta se detuvo justo a su lado sosteniendo su peso en sus rodillas, la respiración agitada e ambos les impidió decir algo por algunos segundos hasta que el pequeño niño comenzó a golpear el pasto.

— Pero mamá, quiero ir al parque, le prometí a mi amigo que estaría ahí para jugar —se quejo el cachorro —Una promesa no se puede romper...

Che Rin dedicó una mirada de cariño y culpa a su pequeño hijo, aún era joven pero este ya parecía entender las cosas que pasaban a su al rededor.

Era feliz de que Jiyong hiciera por fin un amigo, con tanta restricción de su familia y por todos los rumores de ella en todos lados tenía miedo de que esto comenzará a afectar en el desarrollo de su cachorro. Aunque por supuesto, esto era algo inevitable.

Mientras más pasaba el tiempo las repercusiones de sus acciones no solo estaban dando frutos sobre ella, sino que los ojos y las críticas también empezaban a caer sobre el niño que fue abandonado por su padre.

—Tienes razón,una promesa no se puede romper pero también me prometiste que harías lo que te dijera, hoy no podemos salir de casa, ¿Vas a desobeder?

Jiyong pareció pensarlo solo un poco, confundido entre tener que elegir con quién cumplir su respectiva promesa. Pasados los segundos pareció no llegar a una solución a lo que se atrevió a preguntar con un puchero.

—Mamá, tengo que cumplir dos promesas pero si hago una romperé la otra, ¿Qué tengo que hacer?

—Tienes que decidir, no puedes cumplir a ambas en este caso.

—Pero una persona terminará decepcionada al final...

—Es verdad, pero no puedes siempre complacer a todos, elige lo que creas es correcto y busca una solución para lo que esa decisión pueda provocar.

El pequeño pareció pensar un poco —Entonces... Sí me quedo en casa hoy puedes llevarme al parque mañana, así mi amigo no estará molesto conmigo —propuso alegre.

La castaña asintió con una sonrisa de acuerdo.

Siempre había intentado enseñar a su hijo a tomar decisiones y a hacerse responsable por ellas, algún día sería la cabeza de su familia y elegir en situaciones difíciles siempre será parte fundamental en su vida.

Conforme, acarició los negros cabellos de su cachorro y procedió a levantarlo en sus brazos para entrar nuevamente.

En el camino de vuelta a la habitación que compartían, un par de mujeres que ayudaban a atender la casa se cruzaron.Una reverencia en saludo y la mujer continúo su camino escaleras arriba.