.Amigo.

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-Vuelve a dormir -le hablé en voz baja al verla parada sosteniéndose de las paredes. Hacía frío y no quería que estuviera paseando por todos lados.

No tenía expresión alguna en su cara, solo su mirada fija en mí y en el vaso de agua que sostenía en manos. No quería que me viera tomando de desayuno un vaso de agua así que solo me levanté y volví a recostarla en su cama obligándola a dormir.

-Hum.. Pero-interrúmpi al mirarla como si la estuviera advirtiendo de algo, sin decir más cerró sus ojos de mala gana.

Esperé unos minutos sin importar que se me hiciera tarde para ir al instituto, al confirmar que estuviera dormida aseguré todas las ventanas con candado al igual que la puerta.

-Llega tardé.

Me detuve soltando un suspiro, la miré con desinterés sin tener ninguna palabra que decirle.

-¿Acaso piensa llegar tarde una vez más? -alzó una de sus cejas gruesas cuestinandome con la mirada, aún así no respondí nada y baje la cabeza.

-Pase -ordenó de mala gana- que sea la última vez que llegas a esta hora.

Acaté sus órdenes caminando por el lado de mis compañeros, sentándome en los pupitres de atrás. La clase comenzó con normalidad pero fue interrumpida otra vez minutos después, viendo entrar por la puerta un chico con cara nueva, intercambio algunas palabras con la profesora hasta que escuche esa frase tan conocida.

-¿Puedes presentarte a tus compañeros?.

Un silenció incómodo se escuchó luego, mi mirada no se despegaba de la expresión nerviosa del chico, la punta de mi lengua picaba como si tuviera ansiosa de decir algo tan solo mirarló. La sensación extraña de haberlo visto y conocerlo de algún lado llegaban a mi cabeza, pero mi mente estaba en blanco ahora no estaba segura.

-Mucho gustó soy Lee Mark, vengo de intercambio, t-tengo 18 años y.. espero hacer.. amigos -un perturbante escalofrío recorrió por toda mi espina dorsal al conectar miradas con él, su mirada era rara y cínica.

Sin decir más continuamos con la clase, la profesora le ordenó sentarse justo a dos pupitres de mi lado, tampoco era que me importara asi que solo seguí con la mirada a la pizarra.

Sostuve la bandeja con un poco más de resistencia, sirviendo con rapidez un poco de arroz en ella al igual que los demás alimentos, hasta llegar a la parte de la fruta.

-Tres, porfavor -le hablé a la señora, me respondío con una mueca extraña repitiendo el número de manzanas que le pedí.

De la vergüenza termine por ignorarla sus palabras y ella de mala gana acepto mi pedido dándome tres manzanas, situandolas en la bandeja. Con tranquilidad me acerqué a una de las mesas más alejadas de los demás, y me senté a comer en silencio.

Mastique con calma cada bocado que metía a mi boca, mi vista descendía a grupo de mesa y los miraba comer divertidamente, charlar, reírse entre ellos, algo que nunca hice en años.

-H-ola.. -con curiosidad volteé a ver a mi lado encontrándome con el chico nuevo de clases. Supe la intención que tenía de sentarse en esta mesa asi que solo lo ignoré comiendo de nuevo.

-¿Estás bien? -volvió a hablar.

Asentí sin mirarlo.

-Oh, entonces... ¿Tienes amigos? -deje salir un suspiro colmándome la paciencia, tomé el puente de mi nariz por unos segundos y lo miré. Se estaba riendo.

- Si, tengo uno -mi corazón estaba acelerado, la respuesta que había dicho eran diferente a otras.

-Bueno.. Ahora tienes 2 -sonrió refiriéndose a él. Con solo un Hm de mi parte termino la conversación.

Gran Estúpido & Lindo Japonés [Yuta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora