"Chapter VII"

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Oía aquél sonido campaneante, junto con el choque de metales. El ambiente entonces comenzó a sentirse diferente. La luz invadió aquél pequeño ahora cerrado cubículo de distintos metales reflectantes. Estaba en el ascensor de mi edificio, dirigiendome a la planta baja. Creo que, es algo innecesario mencionar que tuve miedo en ese momento. Mi respiración era agitada, sentía que poco a poco me quedaba sin aire, aunque era claramente una simple ilusión mía. Por momentos, divisaba mi entorno de una forma turbia, con la visión nublada, volviéndose poco a poco más oscura, aunque ese fenómeno únicamente duro pocos segundos.

Había llegado a la planta baja, me puse de pie, esperando a que la puerta abriera. . . Pero no lo hizo, creí que simplemente era un fallo, por lo que presione aquél botón luminoso de forma constante, aún así no funcionaba. Decidí bajar al estacionamiento, era un viaje más largo, pero tenía una salida directa a la calle. Esperé unos minutos, la puerta se abrió al llegar, todo estaba oscuro, las luces no funcionaban. No perdí tiempo, salir de allí era lo único que tenía en mente. El estacionamiento no era muy amplio, solo tenía una subida, que permitía la entrada y salida de los vehículos. Lo único que lo separaba del exterior era una puerta metálica, de esas formadas por una red de hierro, aunque fácilmente podría ser destruída. Cuando llegué, vi que efectivamente, la salida estaba cerrada.  No estaba del todo preocupado, la puerta accionaba con un panel lateral cercano, en cierta forma, me sentía mucho más seguro que en mi propio piso. Finalmente llegué a pocos metros de la salida, me había dirigido a el panel para accionar la apertura de la salida. La puerta comenzó a abrirse, era un mecanismo viejo, demasiado lento para mi gusto. Me quedé esperando, cuando de pronto la puerta quedo inmóvil, sin haberse despegado casi del suelo. Oprimi el botón varias veces, pero nada sucedía. . .

  Pasaron varios minutos, me sentía abatido. La única salida medianamente segura estaba bloqueada, comencé a caminar por los alrededores, buscaba cualquier cosa que pudiese destacar. El edificio había sido remodelado con anterioridad, hace pocas semanas, de hecho. Ubicarme ahora sería bastante complicado. Únicamente me dedique divagar por la oscuridad, la poca luz provenía de la salida, estaba asustado, no sabía que era lo que podría suceder, de forma casi instintiva me apresuraba más y más. El estacionamiento era amplió, debido a esto, estaba separado en secciones con la intención de evitar el derrumbé, eran caminos simples, de hecho. Me había adentrado en las partes más oscuras, tuve que usar mi celular para poder alumbrar mi camino, aunque no era del todo eficiente. Llevaba el libro en mi mano libre, aun no había revisado su contenido. Pensaba en llamar a alguno de mis compañeros, pero me parecía difícil de explicar la situación, por lo que decidí continuar solo. Logre llegar a una puerta metálica, seguramente era el cuarto de mantenimiento, trate de ingresar, pero estaba cerrado. Frustrado por esto, me tome la libertad de descansar unos momentos, impulsado por la impaciencia, le dí una patada a la cerradura de la puerta, logrando abrir esta sin mucho problema. Era en cierta forma un alivió. La puerta daba a un cuarto pequeño y cerrado, con varías cajas de fusibles entre otras herramientas. Sin embargo, nada me funcionaría, note que las cajas estaban bloqueadas con códigos de seguridad, debí pensar esa posibilidad de antemano. Me recargue en la pared, trataba de idear alguna forma de escapar, alguna salida alternativa. Pasaron algunos minutos, cuando comencé a escuchar pasos acercarse, salí del cuarto, iluminando con la linterna de mi celular, había una persona, vestida con uniforme, supuse que era un guardia, por lo que, aliviado me acercaba lentamente, la luz no era suficiente, no podía divisar bien. Trate de conversar con el guardía, esperando alguna explicación.

—Hey ¿Puedes ayudarme? Estaba tratando de salir del edificio, pero el ascensor no funcionaba bien. Llegue aquí y me perdí. Creo que no hay electricidad en todo el lugar.—

Le dije, claramente queriendo excusarme de mis actos. Una pequeña mentira que creí inofensiva. No recibí respuesta, por lo que decidí acercarme más, apunte el haz de luz hacia el rostro ajeno, en ese entonces, quería gritar del espanto. Aquel guardía no tenía rasgos faciales presentes, solo una larga capa de piel con cicatrices, aparentemente de quemaduras graves. Di unos pasos hacia atrás, tratando de alejarme de manera cautelosa. Comencé a oir una voz distorsionada, podría describirla como opacada por un filtro. Venía de aquel sujetó, frenéticamente el se acercó, tomando mis hombros. Estaba tan sorprendido en ese momento que quede congelado, solo escuchaba sus gritos ahogados sin sentido, pero con notable desesperación. Al retomar la conciencia completa, me aleje frenéticamente, empujando a aquél sujetó el cual constantemente trataba de acercarse más y más. La electricidad había vuelto, las luces iluminaron el lugar, y pude oír como la puerta de la salida comenzaba a abrirse. No lo dude ni un segundo, corrí, sin mirar atrás, nada me importaba en ese momento, solo me concentraba en escapar. Volví a llegar a donde estaba la salida, estaba tan cerca que podía en cierta forma sentir el alivió de la libertad. Ignore todo a mi alrededor, a punto de salir, algo me derribo. Cai al suelo, sin soltar mis cosas. Me levante como pude, observando a mi alrededor a sujetos con las mismas características de aquél guardía. Pero no fue lo peor, la salida estaba a pocos metros, las luces se apagaron, y logre ver como el mecanismo que controlaba la salida empezaba a fallar, haciendo que esta cierre con lentitud. Corrí, sin importarme nada, estaba cerca, muy cerca. Estando ya casi fuera del lugar, sentí que algo tomo mi pie, haciéndome caer nuevamente. Ilumine denuevo con mi celular, logrando ver en el suelo una extraña figura que me tomaba. Tratando de safarme, comencé a dar patadas a aquella figura, arrastrandome hacía atrás como podía, mientras veía a esas figuras acercarse lentamente, con aquellos alaridos que causaban temor, inspirando su sufrimiento. Cerré mis ojos, arrastrandome hacia atrás, deteniendome por el cansancio. Creí que estaba perdido, pero el sonido de un golpe metálico me dio algo de esperanza. Al abrir mis ojos, la salida se había cerrado, y yo logré escapar. Las luces del estacionamiento volvían, y tan solo quedaba una figura dentro. Una figura que me observaba, sin moverse, solo estaba ahí. Sentí como una mano tomaba mi hombro, espantado, reaccione alejándome. Era un guardia, pero normal.

—Señor ¿Se encuentra bien?—

Sin poder entender que sucedía, me puse de pie, observando el estacionamiento, vacío. Completamente vacío.

—Eh... Sí, si estoy bien. Lo siento, bebí demás.—

Mentí, y comencé a alejarme..



Antinomia(en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora