Un nuevo amigo

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George llegó a casa ese día, después de la visita a Dream se sintió mas tranquilo, recordando lo que sucedió no pudo evitar sonreír, cuando se dio cuanta tenía la mano en el pecho, "que cursi" pensó y continuó ideando un plan para sacar a Dream de prisión, pasó un rato y se quedó dormido en su escritorio.

Cuando se dio cuenta la luz estaba entrando por su ventana, parecía que el sol ya había salido y él se encontraba en su cama, no recordó haberse acostado en la cama.

-Que raro- dijo George revisando el escenario en donde estaba, no había nada fuera de lo normal, estaba su escritorio con las notas como las dejó, la puerta, la ventana, nada extraño, pero sentía que algo no estaba bien.

-Buenos días- se escuchó detrás de él, George se quedó quieto un momento, esa voz era familiar, pero no podía recordar de dónde, volteó despacio.

Sentado en la cama estaba un chico con alas, que parecía estar sonriendo.

-AHHHHHH- un grito se escuchó en todo el cuarto, George se levantó rápido de la cama recargándose en el escritorio para no caer de la impresión, esa cosa definitivamente no era humana. -¿Qué eres?, ¿Qué quieres?-

-Jajajaja, te ves muy gracioso cuando te asustas, pero muy lindo cuando duermes-

-¿Qué?- George se quedo de pie con los ojos bien abiertos.

-Me presento, soy un Dios, pero no necesitas rezarme ni nada, solo quiero que seam...-

-¿Eres un Dios?, demuéstralo- dijo mirándolo incrédulo.

-Pide lo que quieras- dijo levantándose de la cama y acercándose a George con una sonrisa, era tan alto que al ponerse de pie debía agacharse para no chocar con el techo, quedo frente George y lo miró de frente, a esa distancia George podía ver detalles en su rostro que no había notado, sin duda era un ser Divino, se veía brillante, su ropa era una túnica y al rededor de su cara habían aros girando como si fuera un planeta, formando una "X" en su cara.

-¿Me vas a conceder un deseo?-

-Si me lo pides-

-Quiero la libertad de Dream- Dijo seguro, si iba a pedir algo lo pediría a lo grande.

El Dios se quedó ahí de pie, sin moverse ni un centímetro hasta que peguntó -¿Quién es Dream?-

-¿Puedes concederme ese deseo?- no tenía mucho caso explicarle al desconocido quien era Dream ni ninguna otra cosa si no era más que un farsante, podría ser solo un espía de Quackity.

-Si puedo, pero tendrá un costo- dijo sentándose en el suelo, incluso sentado estaba casi a la altura de George.

-Primero demuestra que eres lo que dices ser, después hacemos el trato- Dijo George cruzando los brazos.

-Bien bien, mira un pequeño truco- dijo, justo después encendió una flama en su mano, George podía ver el fuego en la palma sin que se quemara.

-Largo de mi casa-

-Esta bien, esta bien, eso fue demasiado fácil, un truco de niños... veamos esto- Dijo nervioso mientras tomaba una de las manos de George, despacio para no asustarlo y cuando George se dio cuenta estaban ambos en medio del cielo, mirando hacia abajo podían ver toda la ciudad, George respiró profundo, estaba a punto de gritar pero el Dios lo calmó -No grites, esta bien, no caeremos-

George lo miró, miró abajo y ahogo su grito, después de unos minutos pudo calmarse y disfrutar el paisaje, podía sentir el aire refrescar todo su cuerpo, de repente su mirada se dirigió a la prisión, y no pudo evitar pensar en Dream.

-¿Qué es tan importante para ti ahí abajo?- Preguntó Dios mirándolo

-Dream-

-¿Dream?- preguntó en voz baja el Dios, mirando a George y lo triste que se veía, sus ojos brillosos quebraron una parte de su corazón
-¿quieres verlo?-

George lo miró rápidamente, con esperanza y más emocionado de lo que se podría pensar.
-si, ¿puedo?-

-si eso es lo que quieres podemos verlo-

-espera- dijo George deteniendo al Dios en su camino hacia la prisión -quiero que sea libre, si solo me cumplirás un deseo quiero su libertad-

-Por cada deseo que concedo pido un pago, algo a cambio proporcional al deseo concedido-
Dijo el Dios intentando explicar -si quieres verlo a cambio deberás darme un beso- se acercó a George esperando su respuesta.

George se quedó ahí mirándolo sorprendido, estaba pensando si de verdad valía la pena venderse a un desconocido por la posibilidad de obtener la libertad de Dream, después pensó en lo que había sucedido el día anterior, en como había encontrado a Dream temblando y se decidió a aceptar.

-¿y si quiero su libertad cuál es el precio?-

-¿el precio de su libertad?- el Dios se quedó pensando un momento, después miró a George totalmente decidido -el precio será tu libertad-

-explícame, ¿a qué te refieres?-

Si quieres que él sea libre tendrás que hacer lo que yo te pida, cada que él esté a punto de perder su libertad tendrás que hacer algo por mi, ¿está bien?-

-Trato hecho- Dijo George extendiendo la mano hacia el extraño ser.

El Dios se rió un poco -Para sellar un trato con un Dios no tienes que darme la mano-

-¿entonces?-

-debes morir primero- dijo el Dios con una cara feliz.

Después de eso George dejo de flotar en el aire y comenzó a caer... El cuerpo de George no había caído completamente, algo lo detuvo. Abrió los ojos y notó que estaba a centímetros del suelo.

-supongo que podemos saltarnos esa parte en esta ocasión- dijo el Dios después desapareció.

George se sentó en el piso, con las manos en el pasto y comenzó a sentir como la tierra se movía, primero un poco y después más fuerte, ¿Estaba temblando?.
-Dream- dijo y miro la prisión, grietas estaban saliendo de las paredes de la enorme prisión.

Gracias por leer :3 los quiero ;3

El Dios del engaño (DNF)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora