CAPÍTULO II

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Despertar porque el teléfono de tu marido está sonando no es lo mejor del mundo, y mucho menos a las cuatro de la madrugada después de haber hecho el amor.

Con la mayor fuerza de voluntad que tuvo, abrió los ojos y se encontró con el fornido pecho del Alpha y sus piernas entrelazadas. Una hermosa vista, si así podia llamarle a sus suspiros y respiraciones sincrónicas.

<<kooki~>> en un intento de despertarlo <<amor, tu teléfono esta sonando>> moviéndolo ligeramente por un costado.

<<uhm~>> un leve gruñidito fue la respuesta antes de ser apapachado por los cálidos brazos de su alpha.

<<Chiquito,mi amor>> pero al no recibir una respuesta decidió pellizcarle el pecho <<despierta>>.

<<No me pellizques la chichi>> soltó un quejido <<¿qué pasó?>> arrastrando sus palabras y restregándose los ojos.

<<Tú teléfono, te están llamando>> he inmediatamente y completamente asustado contesto la llamada.

Mientras tanto el omega veía con ojos cansados a su esposo medio dormido saltar de la cama y entrar al baño rápidamente. A veces le molestaba que su pareja saliera a altas horas de la noche o por las madrugadas, o que una llamada del trabajo del mismo los interrumpiera en un momento íntimo, pero a nadie engañaba si decía que no lo hacía feliz ver a su esposo tan entusiasmado con su trabajo.

<<tengo que irme>> lo escucho decir saliendo del baño <<surgió trabajo>> vistiéndose rápidamente. <<Si no hay tanto papeleo, seguimos todo el procedimiento regresaré por la noche>> dándole un beso en la frente <<te amo, y perdón por despertarte>> parando un segundo en la puerta <<luego te lo compenso>>.

<<Dame la cobija tengo frío>> con un puchero <<yo también te amo, te veo por la noche>> murmuró viendo como salía de la habitación y quedándose solo.

El alpha era un esclavo de su trabajo.

(...)

Unas horas después el omega se despertó nuevamente,  sin muchas ganas soltó la almohada que desprendía el aroma del menor y salió de la cama al recordar que su esposo ya no se encontraba junto a él.

<<Buenos días>> dijo al entrar a su trabajo. Él omega era un muy buen chef, trabajaba en un restaurante muy lindo, no era muy pomposo como esos restaurantes extravagantes en los que la gente multimillonaria asistía pero era lindo, y tenía un ambiente agradable. Sumándole que le dieron trabajo y convivía con diferentes especies, desde pequeños ratones hasta grandes elefantes y eso fue lo que más le agrado del lugar por que ahí podía convivir y aprender.

<<la cola>> escuchó y sintió a su jefa decir ya que la jaló.

<<perdón>> pasando a su forma humana, normalmente en su forma híbrida solía tirar bastantes cosas con la cola.

<<abrimos en treinta>> siguiendo las órdenes de aquella vieja elefanta se dirijo a su lugar de trabajó, una bella cocina.

La cocina siempre fue increíblemente divina para él, poder crear comida espectacular siempre fue un sueño y al poder graduase de gastronomía sintió tener alas de lo feliz que se encontraba.

Estaba seguro que sí no hubiera conocido a su esposo estaría casado al cien por ciento con la cocina.

(...)

Un arduo día de trabajo había tenido él Omega, ya tenia hora y cuarto que había cerrado el restaurante y estaba completamente listo para partir a su pequeño hogar, hace un par de horas había empezado a tener malestares, quería ir a su casa y tirarse en la cama, para luego taparse con sus suaves sábanas y recibir mimitos por parte de su Alpha.

Su alpha, quería atención.

<<Espera>> escucho a su jefa <<toma>> entregándole una caja de pastillas <<falta poco para que lo perciban los demás, estoy segura que en un par de horas empezará tu celo, los inhibidores te ayudarán a ocultar el olor hasta que llegues a casa, no quiero que algo le pase a mi talentoso chef>>.

<<gracias>> apenado, como se había arriesgado a salir con su celo tan cerca.

<<asegúrate de llegar a casa a salvo, cierra bien la puerta y no dejes que ningún Alpha se te acerqué>> olfateándolo un poco más en busca de algún otro olor <<y mucho menos si todavía no estas marcado niño, un lazo a la fuerza no te iría nada bien>>.

Después de todo el ser omega siempre era un riesgo, tomo las pastillas color rosa de inmediato y agradeció prometiendo reponerlas. No le gustaba pensar en cosas que podrían pasar, lo ponía paranoico. Subió al metro para poder atravesar la ciudad lo antes posible.Antes de ser un gran carnívoro y tener una pinta imponente era omega, y un omega en celo podía sufrir de acoso o incluso una violación si no salía acompañado. Esperaba llegar a casa y que su esposo se encontrará, si no, tendría que bloquear la entrada principal y la de su habitación con algunas sillas para que nadie consiguiera entrar.

"kooki espero estes en casa" pensó mientras se ocultaba en la holgada chamarra que portaba el olor de su Alpha, sin importar que ya tuviera derechos y que hubiera protección no estaba a salvo del todo.

(...)

Jeon jungkook abogado con fachada de asesor jurídico. Pero en realidad, ¿Cuál era su trabajo?

El trabajo del Alpha era algo secreto y complicado, se trataba de un escuadrón de élite y el era parte fundamental en este, al ser titulado de leyes y especializado en tráfico se encargaban de múltiples situaciones que afectarán la seguridad del país, en esta estaba el controlar a personas que sucumbieron ante sus instintos animales, reubicar a animales, o la seguridad de alguna persona importante.

También se encontraban de tras de investigaciones de alto riesgo.

Por estas razones tenía que estar libre las veinticuatro horas y sin miedo alguno de no regresar a casa por una misión fallida.

O era todo lo que podia saber Taehyung.

<<Jeon>> llamó su compañero Namjoon un gran Alpha de oso pardo <<ya terminamos ya puedes ir a casa>>.

Después de dos días sin volver a casa por fin era libre del trabajo, quería llegar a tomar un buen baño y dormir junto al lindo omega que alborotaba tanto su corazón y le robaba tantos suspiros.

"Creo que le comprare helado de fresa" no quería tener a un tigre enojado por no llegar a dormir una noche ,un helado de fresa y le comprare un sartén nuevo. Un sartén nuevo y de los buenos arreglaba todo, y lo decía por experiencia, cuando empezó a pasar tiempo junto al omega descubrió lo feliz que se ponía cuando no se pegaban los huevos al sartén sin usar tanto aceite.

Normalmente le regalaba utensilios de cocina para verlo feliz. En vez de regalar flores o un detalle pomposo el llegaba a sus aniversarios con una vajilla nueva o una olla, por que lo que más lo hacía feliz era ver el brillo en los ojos del mayor.

<<También ve a casa hyung, tu familia te espera>> rio al imaginar a su pequeño hyung jalar de las orejas a su compañero por no avisar sobre su salida.

Casa... quería llegar lo más rápido posible.

ᵗʳᵉˢ ᵗⁱᵍʳⁱᵗᵒˢ ʸ ᵘⁿ ᶜᵒⁿᵉʲⁱᵗᵒ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora