2 - ¿Qué es esto que siento? -

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#1

~Sky Avomo

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Al siguiente día...
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Por una vez en mucho tiempo el sonido de mi despertador —alarma de mi teléfono— fue agradable a mis oídos. Iba a ser un día diferente. Lo presentí. La enorme sonrisa de oreja a oreja en mi cara me delataba. Bostecé, estirándome tanto que pude escuchar mis articulaciones crujir. La vitalidad de la agradable luz solar besó mi rostro al abrir las ventanas correderas de mi cuarto. Inhalé y exhalé profundamente, contenta.
Después de ducharme un delicioso olor golpeando mis conductos respiratorios me condujo a la cocina cuan moscas persiguiendo a la mierda.

—Buenos días cariño —La cocina era uno de los fuertes de mi tía. Cocinaba increíblemente bien, tanto que me relamía los dedos durante y después de cada comida—. Espero que hayas dormido bien—. Lucía un delantal blanco con estampado de flores silvestres, su favorito.

—Muy buenos días tía Molly —la rodeé con los brazos por la cintura, no era más alta que yo pero tampoco la pasaba por mucho.

—Vaya —observó, enarcando una ceja—, parece que alguien durmió como los angelitos anoche —y besó mi frente.

No era una mañana como otras, aquella iba a ser especial. El ambiente estaba cargado de energía y buena vibra. Podía percibirse la alegría que emanaba de nuestros corazones, reflejado en nuestros rostros. Sobre todo del mío.

—Tía Molly.

—¿Sí?

—¿Sabes que te quiero muchísimo? —comenté sin despegarme de ella.

—Oh, ¿y eso? —asentí, llevándome a la boca un pedacito de beicon.

—Creí que solo amabas mi comida —bromeó, retirando las últimas tortitas de la sartén después de apagar el fuego.

—Sí, sí. Eso también. Pero a ti más —Nos reímos. Desayunamos tortitas con huevos, jamón y beicon que acostumbraba a acompañar con un chorro de miel. Le aportaba un toque especial.

Tía Molly se había ido a trabajar y yo no tenía clases aquel día, por lo que me quedé a mirar algunos programas de televisión. No tardó mucho hasta que me fui a mi cuarto a terminar un trabajo de historia que tenía pendiente. La profesora me había dado una oportunidad para aprobar su materia y poder graduarme junto al resto de mis compañeros. Sólo debía hacer un resumen detallado sobre la invasión de África por los colonos. Era una clase que se me daba bastante bien y, por esa misma razón la señora Marta no me dejaría pasar con un cinquillo.
Ya tenía el trabajo casi hecho, así que sólo me quedaba revisar algunas cositas y enviárselo por email.

Envié el trabajo. Acto seguido me puse a revisar fotografías que había tomado la última vez. El cliente las esperaba para usarlas en una campaña publicitaria.

Tenía ya mi vestuario dispuesto en la cama, no perdería ni un sólo segundo. Cuanto más se acercaba la hora más nerviosa me ponía. ¿Por qué estaba nerviosa? Ni siquiera lo sé, pero me empezaban a sudar las manos. Me puse una camiseta blanca, unos pantalones cortos de color rosa, unos calcetines blancos y unas zapatillas Cactus Jack Air-Jordan beige y me quité la goma con la que había amarrado mis rastas para poder llevarlas sueltas. Salí.

—Wow. Me encanta cómo vas vestida —espetó Alisha. Me sorprendió que llegara antes que yo, pero para bien. Estuvo esperando por mí en uno de los bancos que habían dispuestos a pocos metros del almendro.

—Gracias —murmuré, corriéndome las trenzas del rostro—. Tú también vas muy bien—. Añadí. Alisha llevaba una camiseta blanca, un mono beige que le llegaba por encima de las rodillas y unas sneakers blancas muy chulas.

STRANGE FEELINGS [PAUSADA// EN CURSO Y CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora