Trasiego equivocado

189 23 13
                                    

¡miren! ¡miren!

Se escapa de los hombres... pero estos lo

Siguen, pues el corre delante de ellos:

¡a tal punto son rebaño!

Nietzsche, La gaya ciencia

Las puertas del tren cerraron, la locomotora comenzó a andar, estaba pasando, realmente pasaba, comenzaba a ver por la ventana como todo alrededor se alejaba, y se separaba de la estación. Definir como se sentía era una gran incógnita que ni el mismo podía describir. No era para nada como pensaba que seria, cada que imaginaba el momento en que podría abandonar el nido, o en este caso una red. Una telaraña llena de criaturas peligrosas donde cada palabra que salía de su boca estaba cargada de un amargo veneno, donde los infortunados de caer en ella no salían, donde los sueños solo se manifestaban a la hora de dormir y se sepultaban al despertar del tedioso día, o tenías suerte y te acostumbrabas en vivir una pesadilla eterna o comienzas a sostener una pala para enterrar tus esperanzas.

Esa era su realidad, era, y creyó con todas sus fuerzas que podría sobrellevarla- soy un idiota- pensó en un suspiro cansado, que esperaba, hacer un recado bien hecho, tener el respeto de sus subordinados, recibir elogios de su hermana, superar a su hermano en algo, o recibir una mirada de aprobación de su padre, orgullo es demasiado pedir, estúpidas patrañas. Lo estaba haciendo, se esforzaba por hacerlo, pero como siempre pasa, se auto-saboteó y esta vez cayo más hondo de lo que en sus peores expectativas llego a creer, se froto un poco su mejilla, aunque ya no le doliera, sentía una pena que le carcomía el alma.

"solo veo a un niño imbécil que me hace perder dinero y ahora mi tiempo!"

"un maldito error desubicado es lo único que eres"

Lo que menos quería ahora era el recordar las palabras de su padre, aun no entendía como llegaron a eso, él nunca le dirigía más de dos palabras, eso sin mencionar que casi nunca le dirigía una mirada. Eran desconocidos en la misma casa, casa que para él llego a tomar forma de jaula, y ahora en lo que parecía ser la decisión más disparatada de su vida, la abandonaría. No tenia de otra, era huir o morir en un maldito hospital psiquiátrico, por una "enfermedad" que se esforzó toda su vida en esconder.

"¿Desde cuándo te volviste un marica?... ¡RESPONDE!"

Por empeorar más la herida en su conciencia, nunca noto que el atardecer del día se convirtió en una noche helada, por la ventana no se veía mas que oscuridad, no le gusta la oscuridad, le aterra. Decidió cerrar las cortinas para que su mente deje de confabular en su contra para traerle más traumas cargadas de cicatrices del dolor pasado.

Hubo una vez en la que se imaginó a si mismo con su familia entera, en otra situación, en otra realidad, en otro mundo y el despidiéndose de ellos con una sonrisa llena de seguridad, su madre, viva y tan hermosa como siempre ha estado, abrazándole y dándole besos, su tierna y alegre hermana igual de cariñosa, su hermano, aunque distante como siempre, le sonreía y daba un abrazo, su padre, igual que los demás se encontraría feliz, lo despediría con un fuerte apretón y una mirada de orgullo, su aceptación, y al momento de subir al tren lo recibiría el amor de su vida, los dos juntos con la aprobación de todos, irían a vivir una vida que ellos soñarían juntos, construir un millón de sueños para el mundo que van a hacer.

¿Qué demonios estoy haciendo?

¿Cómo se enteró su padre? Es como si todos sus pecados y secretos estuvieran señalados en la primera plana de los periódicos, en el fondo desearía que las cosas se dieran de manera diferente. Sin embargo, las cosas nunca van a su favor, sentía que todo fue parte de un plan perfectamente diseñado para que él se cayera en la desesperación del abismo y se desarmara tanto para tomar la decisión de escapar.

Sendero al Infierno || RadioDustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora