Aprendí

Capítulo 4: A Amar.

Louis observa con ojos curiosos el apartamento de los hermanos Styles.

Es mucho más pequeño que la casa de Roma pero más grande que su casa cor jardín en Londres.

Louis está encandilado con la belleza rústica con la que está decorado, tiene cierto potencial aristocrático. Es elegante y a la vez sobrio, aunque sabe a ciencia cierta que el suelo de mármol que está pisando vale más dinero que toda la colección de bolsos de Prada que Niall le ha ido regalando a lo largo de sus años de amistad.

Sin embargo hay algo que lo sorprende. En la pared blanca, hay un cuadro de grandes dimensiones, donde está impreso su rostro. Siente un pequeño mareo y a su omega ronronear dentro de él.

El calor de su corazón aumenta, se siente querido y a su vez sumamente culpable por todo el rencor que ha guardado a los alfas a lo largo de los años.

Su cabecita trabaja a mil por hora, repitiendo constantemente lo imbecil que es.

Cuatro brazo, aferran su pequeña cintura de manera protectora, siente dos enormes montañas de músculos en su espalda.

Está en casa.

Está con sus alfas. Y Louis no puede estar más agradecido a la vida por premiarle de esta manera.

- Es bonito- murmura totalmente absorto por el cuadro.

- Lo es, cuando conseguimos recuperarnos de todos los daños físicos y psicólogicos que él nos hizo, encargamos la pintura, necesitábamos a nuestra razón de vivir dándonos aliento. - Harry deja un suave beso en las hebras del cabello de Louis.

El omega no es consciente de lo mucho que añoraba estos pequeños momentos. Gira sobre sus talones, enfrentando su mirada cristalina a esas miradas salvajes.

- Os he echado de menos. Cada día de mi vida.

La mano de Edward, gira el rostro del pequeño muchacho con tranquilidad, es un acto repleto de respeto y amor.

El miel y el azul se encuentran, parece la primera vez que se vean.

- No importan los años que pasen Louis, tú siempre serás el padre de nuestros hijos y la persona con la que queremos estar siempre.

Es un alegato pretencioso , relleno de acarameladas palabras que atraviesan el corazón del más pequeño.

Es sin duda la forma más efectiva de hacerle caer de nuevo en los brazos de los gemelos, de manera inmediata.

Harry y Edward observan al pajarito entre sus brazos, balancea su cuerpo de un lado a otro, de los nervios o tal vez de que el consumo del alcohol junto a sus hormonas, a encendido algo dentro de él.

Nervioso. Está temblando de nervios en aquel acto tan íntimo donde su corazones están abiertos de par en par. Hace tanto tiempo que no estaba así con nadie, que se siente vulnerable.

Vulnerable porque ha tratado durante estos cinco largos años apagar las emociones que suscitan en su cuerpo los dos machos alfas.

Ha sido imposible. Cada día que ha estado separado de ellos ha hecho que florezcan sentimientos en su pecho, está más enamorado que nunca de ellos. Y el rencor que ha sentido se ha disipado.

Culpable.

Es la palabra correcta para definir, cómo se siente. Extremadamente culpable por haber puesto en duda el amor de sus alfas.

Los dos alfas observan el cambio em la actitud del omega, tiene la mirada perdida, atorado en sus pensamientos más profundos, incapaz de mirarle a los ojos..