Abrí mis ojos lentamente y enfoqué mi vista al frente, estaba en una habitación blanca en su totalidad, tanto blanco hacia que se me revuelque el estómago, observé mis manos y en mis muñecas tenía como accesorio cadenas, estaba encadenado, con dolor corporal por estar sentado o algo por el estilo, miré detalladamente mi cuerpo y me di cuenta que lo único que lo cubría era una bata, de esas que usan los pacientes en los hospitales. ¿donde estoy ? No tengo ni la más mínima idea.
La puerta se abrió y 3 hombres dos negros, altos y con gafas, y el otro era rubio algo bajo y de ojos marrones, los tres bestia smoking, entraron. El rubio se me acercó, me analizó con sus ojos y no dudé en preguntar.
—¿ Qué hago aquí? – el sr. No hablo por un momento, luego me tocó mi mejilla izquiera, no era una caricia, más bien era como para saber si estaba hecho de carne y hueso, y después le habló a los dos hombres.
—¿Están seguros de que este es el niño? – los hombres a sintieron con la cabeza, y el rubio tomó uno de mis brazos, lo levantó hasta donde las cadenas se lo permitían – ¿Qué eres? – me preguntó. No sabia que responder, era un niño normal o eso es lo que yo pensaba.
—soy un niño señor – le dije con mi voz rasposa, mi garganta estaba seca, ya que no había tomado nada líquido.
—Me han dicho que has matado a tu propia madre, ¿es eso cierto? – mis ojos se descolocaron, levante mi mirada ya que están baja hasta que el dijo aquello, de mis ojos brotaron lágrimas, me las limpié y le puse la cara más serie que podía poner.– eso quiere decir que es verdad, debes decirnos, nosotros te ayudaremos.– eso me hizo un poco de gracia ¿ayudarme? Nadie podía hacerlo, nadie podía salvarme de lo que yo mismo era, comencé a reir como loco, me sentía fuera de sí, mis ojos se abrieron tanto que pensé que se me iban a salir y le lancé al señor que estaba al frente de mi una mirada de Incredulidad total junto con cinismo, el señor se sorprendió con mi comportamiento, pero no lo mostró mucho.
—¿usted cree que tengo salvación? – volví a reir nuevamente – porque – hice una breve pausa – no creo que usted pueda salvar a alguien de uno mismo – el señor se paró, me dio la espalda, y salió del lugar, dejándome con los otros dos. Estos se le acercaron y me quitaron las esposas, luego se alejaron de mi, con mi cara más cínica los encaré – ¿me dejan libre?, soy peligroso.– se les vio nerviosismo a ambos, no supieron disimularlo bien, y yo solo quería jugar, sabía que estaba palido, que mi otro yo estaba tomando mi lugar, y ellos tenían miedo de eso– ¿no piensan correr? – quería jugar y sacar lo que estaba sintiendo, quería matar, eso me liberaba, me hacía relajarme – debería correr – les dije
Una mano, hecha como de energía y de color negra salió de mi, era gigantesca, los hombres comenzaron a gritar y a correr.
—Abran la puerta! – decían mientras la golpeaban, pero nadie respondió a sus ordenes, ellos gritaban desesperados, me tenían, eso me gustaba, comencé a reir más y más, las fuertes carcajadas retumbaban en la blanca habitación, los dos hombres me observaron silenciosos.
Agarré a uno de ellos y comencé a jugar el avión con el, este gritaba, después tome al otro con otra mano también hecha de energía, pero esta era de color azul, jugué con ellos por bastante tiempo hasta que me aburrí, cuando ya lo estaba comencé a despedazar el cuerpo de uno de los hombres.
— mira como tu compañero va a morir, será divertido – dije y reí.
Comencé con lo suave, con lo de menos dolor, arranqué cada una de sus uñas, de sus dedos, sangre comenzó a brotar de cada uno de sus dedos, mientras lo hacía el hombre gritaba con desesperación, y el otro que estaba de espectador, temblaba de miedo.
—como ya no quedan más uñas, ¿que te parece si pasamos al otro nivel? – le pregunté con diversión, ver como se revolvía de dolor.
Comencé a quitar sus cabellos, los arrancaba sin piedad, el hombre gritaba mientras comenzaba a brotar sangre de su cabeza en algunas partes, en otras sólo estaba irritada. Luego le saque unos 5 dientes, creo y después la lengua, el señor ya había perdido el conocimiento, le saque los ojos y después comencé a despedazar su cuerpo, tomé su intimidad y se la despegue, mire al otro hombre que gritaba demasiado, ya me estaba cansando, pero quería divertirme, como el otro estaba gritando, le metí el pene del hombre que había torturado en su boca, se calló instintivamente.

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Bademona
General Fiction- ...¿ yo? - Mis dudas eran muchas. Con la mayor desconfianza del mundo había respondido aquella pregunta que mas bien salió como otra interrogante dirigida hacia aquel ser que cada vez me ocasionaba mas miedo. Volvió a rodearme nuevamente hasta que...