Por fin termino las clases casi eran las 4 de la tarde, me encontraba fuera del salón sentado en los largos pasillos y terminaba de ordenar unas hojas, Alejandra se fue temprano porque su perro tenía dificultad para respirar. Comenzó a vibrar mi bolsillo...
-Hola... no te olvides que tenemos el trabajo.
Con tantas veces que me hizo recordar hasta tengo flojera de ir.
- Hola, si justo acabo de salir de clase y estaba en camino - le mentí.
- ¿Aun sigues en la universidad? -me pregunto.
- Hum si...
- Yo también, donde estas y nos vamos juntos- me dijo- ¿te parece buena idea?
- Si, está bien te espero en el pabellón de arquitectura en cinco minutos. -le respondí.
-Perfecto- me respondió y corto.
El día no era muy prometedor, hacia un poco de frío y como nunca le atino al clima pues fui con un polo blanco unos jeans rasgados en la rodilla y mis botas negras.
Estaba en camino hacia el pabellón y veo que se acerca el chico de la cafetería.
-Ey, humm... Gabriel cierto- me dijo, otro que me espía.
-Hola, sip así me llamo- le dije - ¿y el tuyo es? - evitaré preguntar cómo se enteró de mi nombre.
-Me llamo Flavio, y ¿cómo estás? - me dijo - ¿Qué carrera estudias?
-Bien, algo cansado-le respondí- Estudio ingeniería Civil y déjame adivinar tu estudias Arquitectura.
-Exacto jaja- me respondió - Bueno fue un gusto conocerte, espero verte más seguido en la cafetería y también por aquí un día te invito a salir, te parece.
-Me parece buena idea- le respondí con una sonrisa - tengo que irme, aun me falta terminar unos trabajos.
-Ya me imagino, nos vemos y cúbrete que te vas a enfermar.
Me dio la mano, pero tuvo un rose distinto al de Adrian este era muy delicado, me guiño el ojo y se fue.
Intente buscar a Adrian y estaba apoyado en una pared observando todo, me acerque a él.
-Hola, nos vamos- le dije.
-Si, ¿Quién era? - me dijo con un tono de voz autoritario.
Creo yo o está enojado, no tiene ningún motivo de estarlo.
-Pues un amigo, creo que ya es tarde, ¿nos vamos? - le respondí cambiando de tema.
-Si- me dijo seco.
No pronunciamos ninguna palabra mientras caminábamos, ese silencio me ayudo para pensar las cosas, él no tiene ningún derecho de enojarse me repetía. Solo le seguía el paso, hasta que recupere la noción ya que casi pierdo el equilibrio y me encontraba en el estacionamiento, que hago en el estacionamiento...
-Toma y sube - me dijo cortante.
Me dio un casco color negro y se subió a una moto, que por cierto era muy hermosa, me voy a congelar con este frio.
- ¿Es seguro verdad? - le pregunte desconfiado.
- ¿Confías en mí? - me respondió con otra pregunta.
La verdad es una buena pregunta, ¿confió en él?, no me quedaba nada más que subirme...se quitó su casaca de cuero.
-Toma, ponte que tendrás frio- me dijo.
A ver y desde cuando me obliga a obedecer... que conste solo le hare caso por miedo de terminar congelado.
Subí en la moto, luego de un debate mental decidí que me sostendría de la parrilla de la moto mas no de su cintura, no le daría ese privilegio.
-Ya estas preparado
-Si, listo- le respondí
-No piensas sostenerte - me dijo, no le respondí - Bueno...
No sé por qué, pero hizo esa media sonrisa que me encantaba. Podemos decir que todo iba bien hasta que salimos del estacionamiento, iba cada vez más rápido y yo perdía el equilibrio... mierda di un grito y lo sostuve de la cintura, mi dignidad esta por los suelos.
-Te dije.
-Ti diji- le respondí.
Solo sonrió; ya estábamos camino a su casa al parecer no estaba tan lejos de la mía nada más que a unas calles, no sé cómo nunca lo había visto por aquí.
Bajamos de la moto, me retiré el casco y pude observar su casa; era enorme parecía un palacio tenía un gran jardín. Apago la moto y la estaciono cerca de un porche rojo, quisa era de su familia...
-Vamos- me dijo.
-Si, vamos.
Caminamos hacia la puerta, una vez dentro era tan igual de hermosa que por fuera. Tenía un candelabro en la recepción, dos escaleras enormes que se unían entre sí para el segundo piso, se podía ver unos muebles color crema y una mesa de vidrio, mi vista recorría cada detalle de esa hermosa casa hasta que me tope con el rostro de Adrian y tenía el ceño fruncido, si sigue así se va a terminar arrugado.
-Bueno ya que reaccionaste - me dijo - podemos ir a mi habitación para comenzar.
-E-este, está bien vamos-le respondí.
-Cariño, llegaste- dijo una voz femenina a lo lejos.
- ¿Mamá?, tan temprano y ya estás en casa
-Adri, la conferencia de hoy se postergo para el lunes y los vestidos nunca llegaron...todo un desastre. - le dijo- cariño y quien es este joven tan guapo.
Frente mío estaba una señora muy fina, con facciones de modelo, muy delicada, cabello color castaño, ojos color verdes como los de Adrian y su tono de piel era blanca.
-Ah él es mi compañero de clase Gabriel, venimos a hacer un trabajo-le dijo.
-Está bien cariño, suban al cuarto yo les preparo algo para que cenen-nos dijo- ¿Pequeño que te gustaría cenar?
-No se preocupe señora, con cualquier cosa me conformo. -le respondí y le dediqué una sonrisa.
Subimos las enormes escaleras y páramos en una puerta color blanca y con un cartel que decía ¡No entrar!.
Al pasar me encontré con una habitación tres veces más grande que la mía, tenía una enorme cama, un ropero igual de grande, un espejo de cuerpo completo, un retroproyector que supongo que lo usa como tele, un escritorio enorme de vidrio con una Mac, una repisa con muchos libros y sobre el ropero pude observar que tenía más libros; pero lo más asombroso de todo es que es muy ordenado.-Nos sentamos- me dijo- comenzaremos con ideas generales, ¿Que tienes pensado?
-Bueno tenía en mente construir una carretera ya que podemos considerar una de las obras que más se necesita para conectar las regiones alejadas de la ciudad, contratando obreros de la zona también usar materiales netos así no gastamos en trasporte y nos ayudara a aminorar costos creo...
Comenzamos trabajando en la computadora usamos diversos programas para poder organizar todo, me sorprendió lo tan preparado que era y eso que parecía que era ese tipo de chico que solo le importa su cuerpo y las chicas.
-Creo que es todo por hoy- me dijo - debemos darnos un descanso.
Entro su mamá y nos dejó unas galletas junto con dos vasos con jugo de naranja, nos trasladamos del escritorio a la cama.
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Aun creo en el amor
RomanceEsta es una típica historia de amor o.... si tú quieres no es así... pero bueno, comenzamos hablando de nuestro brillante alumno Gabriel, está muy emocionado ya que se está preparando para el primer día de clases. Al otro lado de la ciudad nuestro o...