Miró por el espejo retrovisor como Yurika cabeceaba, lo único que impedía que saliera disparada hacia al frente era el cinturón de seguridad y la gran manta de princesas en la que Eiji la envolvió al salir del aeropuerto. A su lado, Jade movía tiernamente su boquita pues el chupete se le había caído probablemente minutos después de haberse quedado dormido. Movió su ceja un par de veces al ver que Buddy desde los asientos traseros lo miraba fijamente, al menos alguien estaba despierto haciéndole compañía por más tétrica que fuera.
Lo único que le impedía girar el automóvil rápidamente para regresar al aeropuerto y regresar a Tokio era la mano de Eiji sobre su muslo, el japonés también había caído en brazos de Morfeo pues Jade la mitad del vuelo tuvo dolores estomacales que le provocaron llantos y diversos quejidos. Además, fue el único que pudo calmar a una eufórica Yurika ya que Aslan estaba observando cada zona, cada rincón, cada persona abordo del avión.
Miró de reojo a su esposo quien había comenzado a removerse, sonrió al ver que los preciosos ojos de ciervo que portaba su Eiji comenzaron a brillar al reconocer algunas calles. La nieve provocaba que no estuvieran tan transitados, pero podía percibirse el característico ambiente de la ciudad de Nueva York.
—Estamos de regreso...¿eh?—susurró su amado a lo que asintió.
—Estamos de regreso.
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Si, no pude esperar.
Nuestros bebés están de vuelta en Nueva York, definitivamente la temporada no sería la correcta pero...¿Cómo esperarme casi 8 meses para publicar los extras solo para que se ambiente bien con la Navidad? Eso sería cruel de mi parte y además, tengo más proyectos dramáticos para esta parejita planeados.
