Familia Riku y Towa - RiTowa -

Papá soltero por un día.

- ok, en esta casa tenemos ciertas reglas, más bien yo hice esta reglas - Riku camina de un lado a otro.

Por un instante se detiene y observa enfrente de él.

- número 1, mientras mamá no esté yo me encargo de ustedes - señala - número 2, aunque ustedes sean los bebés de mamá, papá también requiere atención, así que cuando esté con mamá nada de lloriqueos, mi princesa me pertenece a mi.

Señala a a sus hijos, los cuales lo miran con cara de "¿estás loco?, ni siquiera entendemos lo que dices", pues claro apenas tenían 3 meses, ¿que iban a entender los pequeños?

- y la última regla pero no menos importante - se cruza de brazos - tienen que ser amables y darle mucho AMOR - recalca la palabra - a su papá.

Los gemelos solo lo miran unos segundos para luego voltearse a ver entre ellos y platicar entre sí, aunque solo se balbuceaban.

- oigan, ¡no ignoren a su padre! - alza un poco la voz al mirar que sus cachorros no le hacían caso.

Al parecer su esposa fue a exterminar demonios, pero por petición de Setsuna y Moroha ya que la misión sería algo complicada. Por lo que Riku se quedó a cargo de los bebés hasta que su princesa regresará.

- princesa, por favor no tardes - suspira, iba a ser un día largo.

- Kaito, de verdad te amo mucho pero... haz esto más fácil ¿si? - pregunta algo ya cansado.

Apenas era medio día y el pelirrojo ya no sabía que hacer con si mismo.

Con esfuerzos le había dado de comer a su hija, pero es todo un reto darle de comer a su hijo, que en primer lugar no quiere comer.

- ve tú hermanita ya comió - señala a su cachorra que estaba al lado de su hermano mirando a su alrededor toda la casa, sin prestar atención.

El pequeño hanyo siente la desesperación de su padre y, aunque no entiende lo que el dice, empieza a balbucear para que su papá le diera su comida, osea leche.

- aww los adoro mis amores - Riku le da gustoso la leche.

Su esposa se las había ingeniado para hacer mamilas, así las llama ella, ¿cómo las hizo? seguirá siendo un misterio.

Llegó el momento el cual Riku temía tanto... la hora de baño.

Aunque siempre ayudaba a su esposa a bañar a sus cachorros, no era lo mismo. ¿Por qué? pues solo hacia lo que ella le pedía que hiciera, como que le pasara el jabón o pasarle la toalla, en este caso manta, para poder secar al bebé.

- no creo que sea difícil - toma en sus brazos a su pequeña hija y la recuesta en la cama para empezar a desvestir la.

La carga, meciendo la en un brazo, y la lleva hacia la gran cubeta, con su mano libre comprueba que el agua este lo suficientemente tibia para colocar a su hija.

Con cuidado mete a su hija en el agua, causando que ella chillara de emoción al sentir el agua.

- que bueno que te guste mi vida - sonríe y, recordando como lo hacía su esposa, empieza a bañar a su pequeña.

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- mis respetos a las madres que hacen esto - se sentía aliviado de poder haber terminado de bañar a sus hijos.

Ya una vez cambiados los gemelos, los recostó en la cama, que compartía con su mujer, y empezó a darles leves palmaditas en sus estómagos para que se durmieran

Los gemelos empezaron a bostezar y poco a poco fueron cerrando sus ojos hasta el punto de quedarse dormidos.

Riku también bosteza y ve hacia la ventana.

- ya está anocheciendo - dice al ver que el atardecer se iba dejando paso a la noche - mi princesa no debe tardar.

Se recuesta en la cómoda cama y, al igual que sus pequeños, empieza a cerrar los ojos, el cansancio se habia apoderado de él.

- ¡ya llegué! - se escucha como abren la puerta de aquella cabaña.

Towa mira extrañada el lugar, se hallaba vacío y no había señales de nadie. Con su olfato huele el lugar dándose cuenta de que todos estaban en el cuarto.

Camina directo a su habitación y con sigilo desliza aquella puerta, pero lo que vio la dejó con ternura.

Su esposo abrazando a sus hijos mientras los tres dormían como unos angelitos.

- al parecer se lo tomó en serio - susurra para si misma y con una sonrisa en su rostro va hacia un costado de la cama.

- princesa... - dice apenas abriendo los ojos, pues al sentir su presencia se despertó.

- hola amor - lo mira con afecto - descansa yo me encargo de lo demás.

- que bueno que llegaste - se acomoda para volver a dormir - te extrañamos.

- y yo los extrañe mucho a ustedes - se levanta y les da un beso en la mejilla a sus bebés para después besar a su esposo.

- hiciste un gran trabajo - Towa besa la nariz de él.

- soy un gran padre - le da una pequeña sonrisa, para después seguir disfrutando de su sueño.

- lo eres.