Fuego ardiendo en la oscuridad.

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Los labios de Craig se sentían demasiado suaves, mordisquearlos era delicioso. Sus manos tocando su cuerpo también se sentían bien, el contacto era caliente y cada parte por donde pasaba dejaba un ardor que le quitaba un pedazo de cordura hasta que comenzó a ser reducida a nada. No podía pensar cuando estaba a su lado. A lo lejos se escuchaba esa alarma de advertencia todavía, quizás en un vano intento de su mente para que detuviera eso, lástima que ya fuera demasiado tarde.

Craig fue tentando con sus dedos la parte de abajo, desabrochando el pantalón de Kyle. Este parecía demasiado sensible por cada una de sus acciones, esos temblores, los pequeños jadeos que intentaba callar debido a los besos, eran demasiado para Craig que de lo único que tenía intención era de llegar hasta el fondo de eso. Incluso con el estilo tan genial que llevaba ese día, no parecía tan diferente en ese momento al antiguo Kyle.

Aunque realmente eso no era así.

—Deja de mirarme tanto, me harás un puto agujero en medio del rostro. —reprochó al separarse del beso. Craig soltó una risita de burla. — ¿Qué?

—Por un momento pensé que estaba viendo al antiguo tú. —respondió, atrayéndolo de las caderas. Kyle frunció la boca.

—Solo dices estupideces.

Kyle logró girar su cuerpo, colocándose encima de él. Craig observó con gusto como la chaqueta y la camiseta de Kyle eran tiradas a un lado, revelando su cuerpo; sumando a que traía los pantalones desabrochados y que su erección estaba cada vez más despierta, daba una imagen demasiado incitante. El de cabello negro se alzó sobre sus codos, comenzando a pasar su lengua por todo el torso contrario, logrando lo que quería, que este se estremeciera encima de él.

El explorar el cuerpo de Kyle resultaba ser más placentero de lo que imaginó, en aquel cubículo de baño apenas pudo apreciar un poco del contrario, pero ahora que estaban en completa soledad, sin nadie que los descubriera, era algo que se podía dar el lujo de hacer. Kyle sintió las manos de Craig sobre sus caderas, bajando con fuerza estas para pegar su culo con su miembro, él relamió sus labios, haciendo que la atmosfera se llenara de descargas eléctricas que iban y venían a su voluntad.

Craig se inclinó sobre él, llevando uno de sus pezones a su boca, Kyle apretó los dientes, aferrándose a los hombros del contrario. Algo ahí iba mal, lo sabía, él era quien debería estar haciendo eso con Craig, someterlo al igual que hacía con Cartman, no obstante, cada uno de sus toques, sus caricias, sus besos eran tan difíciles de detener. Sabía como besarlo, como tocarlo, encontrar cada punto que lo volvía loco. Al recibir una suave mordida se sintió avergonzado de frotarse contra él, Craig alzó las comisuras de sus labios.

Kyle se vio forzado a abrazarlo cuando la mano derecha de Craig bajó a su espalda baja, jugando con sus dedos justo donde se comenzaban a separar los glúteos. Ese pequeño cosquilleo comenzó a expandirse por toda su espina dorsal, arqueándose, observó los ojos de Craig, estos brillaban con maldad mezclada con deseo y lujuria. Un bombeo constante comenzó en el corazón de Kyle, ¿cómo es que su simple rostro podría ponerlo tan excitado?

—Deberías ver tu rostro ahora mismo. —Craig empujó su pelvis hacía Kyle, causando un jadeo que ahogó entre sus labios. La mano de Craig que mantenía en su cintura se alzó a su rostro, acariciando sus labios. Kyle dejó que este los entreabriera con un dedo. —No los contengas. —ordenó.

Se sintió como si el fuego que estaba buscando contener se hubiera expandido en cuestión de segundos.

Kyle tomó entre sus manos el rostro de Craig, estampándole un beso, sus brazos se cerraron sobre su cuello, apretándolo más contra sí mismo. Craig tuvo un momento difícil cuando la cintura de Kyle empezó a moverse encima de él, haciendo una fricción que lo estremeció hasta los huesos. Ahora sin pudor ni duda alguna metió sus manos en los pantalones de Kyle, bajándolos junto a sus calzoncillos, haciendo que el pene de este saliera a relucir. Ya estaba goteando. ¿Tan excitado estaba? Aunque bueno, no podía culparlo, él estaba mucho peor.

¿Por qué lo llaman amor cuando se llama sexo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora