—Código color morado.— escuché la voz de Finn por el walkie talkie.
—¿Frente al mostrador?— Esta vez era la voz de Jack.
—Si, frente al mostrador.— Dijo Finn.
—Zapatos y broches del mismo color.— Aclaro Jack.
—No puedo mirar ahora.— Dije yo.— tengo una buena orden.—
Realmente estaba de prisa, había más gente en el cine de lo normal. No había ninguna promoción, pero cientos de familias estaban aquí, no me quejaba, en muchas de ellas habían lindas chicas, con las que por supuesto nunca puedes hablar, pero siempre están allí.
Me encontraba justo atendiendo a una, era bastante grande, podría atreverme a decir que, toda la familia entera estaba aquí. Podía escuchar (entre tantos otros clientes) a niños exigir dulces y helado, a las adolescentes crepas y a los abuelos nachos, mientras que solo se limitaban a comprar palomitas y refrescos.
—Me debes más de una, Noah.— Llegó Jack a ayudarme.
—¿Tan linda está?— Pregunté. Cuando alguno ayudaba a otro, realmente era un buen caso.
—Por supuesto. Pero enseguida ve, la hora de entrada es en tres minutos.—
Corrí a acomodar las charolas que tomaban las familias para colocar su comida de manera eficiente. El lugar dónde las acomodabamos quedaba frente al mostrador, donde estaba el código morado.
Y si, ella era una chica de estatura baja, cabello castaño y piel morena. Llevaba puesto una playera color morada igual que sus zapatos y algunos broches que adornaban su cabello. Aunque venía acompañada de un chico que la tomaba de la cintura.
—¿Listo Noah? ¿Ya puedes regresar?— Escuché el walkie talkie con la voz de Jack.
Regresé con él, ya atendía a otra familia.
—¿Y que piensas? Pienso arriesgarme, quiero saber al menos su nombre.—
Dijo el sirviendo refresco.—Pienso que debes estar demente. Creo que viene con quien puede ser su novio.—
—¿Qué? Debe ser una broma.— Se puso de puntillas para poder verla.
—Solo olvídalo, Romeo, ya vendrá tu Julieta.— Lo animé quitándole el refresco que estaba a punto de desbordarse.
—Noah, me pareció muy linda.— Entregué la comida a la familia.
—Pensé que a quien le había gustado era a Finn.—
Por fin la fila en mi lugar acabó. Comencé a caminar a dónde teníamos todas las reservas y Jack me siguió.
—El la vio, pero a mi me encantó.—
—De acuerdo, cambia el puesto unos segundos con Finn, podrías anotar tu número en un papel y dárselo al momento de escanear su boleto.— Le sugerí y el corrió al lugar de Finn.
Después de unos segundos llego Finn conmigo.
—¿Puedes explicarme? Jack dijo que lo harías.
—Jack intentara darle su número al código morado, pienso que es riesgoso, debes distraer al chico que viene con el.—
—¿Cómo lo voy a distraer?— Me preguntó.
—¡No lo sé Finn! Tampoco tengo las respuestas a todo, solo ve y ayuda a Jack.— Lo empujé.
—¡Noah! A tu puesto.— Me dijeron.
(...)
—Odio quedarme tiempo extra.— Me quejé con Sophia, quien estaba a mi lado.
—No hay nada malo en eso, Noah.— Rio un poco.
—¿Que te ha traído? Por supuesto que no sea dinero extra.—
—Conocí a Jaeden.—
—No sé quien sea Jaeden, Sophia.—
—Se equivoco de horario. Llegó 2 horas tarde, quería cambiar su boleto para la función del día siguiente.— Sonrió recordando su travesía.— Le dije que debia comprar otro boleto.—
—Bueno, yo no quiero socializar con nadie, no puedo. Todas las chicas lindas vienen con sus familias.—
—Deben quedarse solas en algún momento.— Pensó.— En el baño, por ejemplo.—
—¡Genial idea! Entraré al baño de mujeres.—
—Podrías darles tu número así como lo hizo Jack.— Negué.
—No, no quiero coquetear con quienes podrían ser mis futuros suegros justo en frente.—
—Tienes razón, no dejaría que salieras con mi hija.— La mire.— Si la tuviera, claro.—
—Yo igual no lo haría, me dejaría claro que solo quiere liberar sus hormonas.—
—¿Solo quieres liberar tus hormonas?— Me preguntó.
—¿Que es lo que estás pensando tu?— Le pregunté.
Ella solo negó.
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Uy, uy uyyyyyy, talvez aún no tenga mucho sentido pero ya medio hay una idea, ¿no es así?
En fin, espero que les guste :)