- Lo he roto, ahora solo espero que el me rompa y así poder obtener un poco de su perdón
- Eso es una locura, Jimin
- Es justo, lo es...
Park Jimin y Min YoonGi, se hayan envueltos en una red de conflictos tras descubrir que Jimin espera un hijo d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era tan cálido como solo la llegada del otoño podría ser. El aire barría con las hojas que eran perseguidas con diversión por un pequeño niño.
SeokJin llegó tan a prisas como pudo, para no perder de vista al pequeño de ya dos años. YeonJun era tan juguetón y alegre, más cuando se trataba de ir a ver a su madre.
SeokJin llegó hasta él, poniéndose a su altura para entregarle un ramo de flores que él niño tomó gustoso.
– YeonJun, déjale esas flores a mamá – Indicó. Con una alegre sonrisa el menor dejó las flores cerca la lápida con el nombre de Wheein grabado.
SeokJin no pudo evitar sonreír ante la linda escena. YeonJun volteo corriendo a los brazos de SeokJin para abrazarlo.
El médico se puso de pie con el niño en brazos. Este pequeño se había convertido en una pieza fundamental, lo amaba tanto y lo cuidaría con su propia vida si fuera necesario.
Tampoco defraudará a Wheein en esto.
Namjoon llegó hasta ellos con otro ramo en sus manos, dejándolo junto al de su hijo.
– Él ha crecido bien, Wheein – dijo Kim – Es muy fuerte, por suerte tengo ayuda – Dijo acercándose a SeokJin quien abrazaba a su hijo. Namjoon los abrazo a ambos, dejando un beso en la frente de los dos.
– Y vendrá más en camino – Menciono SeokJin y YeonJun soltó una risita juguetona.
– YeonJun será un buen hermano ¿Cierto? – dijo hacia el pequeño.
YeonJun asintió repetidas veces formulado un sí.
Namjoon estaba orgulloso de su familia, se sentía feliz después de todo lo que pasaron, Para SeokJin era lo mismo,ahora tenía un hermosa familia junto a la persona que siempre había amado.
Después de todo volvían a estar juntos de nuevo.
...
Tan pronto ha pasado ya un año, después de haber atravesado por todo esto, tanto Jungkook como Taehyung, recibieron ayuda de todo tipo, con el único propósito de poder criar de la mejor manera a el pequeño que ahora ignoraba los llamados de Jeon.
El niño de diez meses no hacía más que reír ante los torpes intentos de su padre por darle de comer.
– Soobin, abre, abre – decía Jungkook moviendo de forma divertida la cuchara en sus manos, logrando que el pequeño Soobin golpeó la mesa riendo.
Jungkook amaba que su hijo fuera tan risueño, pero en momentos como este quería que solo tomara su alimento.
La risa de Taehyung se escuchó a sus espaldas. Kim llegó hasta ellos tomando la cuchara para alimentar al pequeño, Soobin abrió los labios gustoso, acción que sacó una mirada indignada a Jungkook.
Soobin reía dando leves mordiscos a su comida, más Jungkook no pudo protestar, no cuando tenía porque siempre quiso.
Su tratamiento había sido un éxito, los efectos de la droga había sido reducidos, si en unos meses aún seguía bien, entonces podría decirse que todo rastro había sido eliminado de su sistema. Había vivido los peores efectos durante su tratamiento, los síntomas eran terribles, pero tenía a Taehyung a su lado, siempre apoyándolo y ahora incluso tenía a Soobin con él. Su pequeño hijo era tan hermoso como Taehyung, aún que el solía decir que los pequeños ojitos de Soobin brillaban tanto como los suyos. Aún que, aún había ocasiones en las que se preguntaba ¿Cómo habría sido él o ella?
