bruises, james potter

𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗻𝗶𝗻𝗲𝘁𝗲𝗲𝗻

[ chapter nineteen ]

CASSIOPEIA BLACK dejó escapar un suspiro que no sabía que estaba conteniendo cuando se derrumbó contra los asientos del compartimiento del tren, sin embargo, hizo una mueca de dolor cuando el asiento chocó contra su último moretón de solo dos noches antes.

Walburga y Orion habían encontrado el regalo que Sirius le había dado, y no había terminado bien. Ni siquiera tuvo la oportunidad de abrirlo antes de que lo prendiera fuego, y la castigó un poco más por andar con un "traidor de sangre".

No sabía cuánto tiempo más podría aguantar a sus padres, pero sabía que tenía que hacerlo, por Regulus. No podía dejarlo y poner el peso sobre sus hombros. Cassie negó con la cabeza, frunciendo el ceño en sus labios. Amaba a su hermano y no podía dejarlo, sin importar lo difícil que se pusiera.

La chica de cabello oscuro dejó escapar un suspiro mientras usaba su dedo pulgar para frotarse las sienes, esperando detener el dolor de cabeza que se avecinaba. Cassie se sentó así durante unos minutos, hasta que el tren comenzó a moverse, el Tren de Vapor rojo ululó fuertemente, dejó escapar otro suspiro mientras se sentaba más, con cuidado de no golpear su espalda una vez más.

Subió las piernas a los asientos del compartimento y apoyó la cabeza en la fría ventana, cerrando los ojos.

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Cassie no tenía idea de cuánto tiempo había estado dormida cuando la puerta de su compartimiento se abrió de golpe, tan rápido que la hizo saltar y golpear su cabeza con fuerza contra la ventana, algo que realmente no ayudó a su dolor de cabeza.

Abrió los ojos para ver a Sirius apoyado contra la puerta de su compartimiento, el resto de los Merodeadores lo miraban. Cassie dejó escapar un pequeño gemido mientras se sentaba y se frotaba el ojo.

"¿Qué carajo quieren ustedes cuatro?" Sirius dejó escapar una pequeña risa mientras entraba al compartimiento y se sentaba frente a la chica. James ahora apoyado contra el marco de la puerta. Remus y Peter compartieron una mirada antes de encogerse de hombros y entrar al compartimiento también, sentándose.

"Sientanse como en casa, ¿por qué no?" Murmuró, pasando su mano por su cabello ahora enredado.

Sirius negó con la cabeza y frunció las cejas, mirando a su hermana intensamente.

La chica de cabello oscuro miró a su hermano, parecía más feliz de lo que había parecido antes, su sonrisa en realidad llegó a sus ojos, en lugar de ser forzada.

Lamentablemente, Sirius no pudo decir lo mismo de Cassie. Se veía agotada, su piel se veía aún más pálida que antes de Navidad y tenía enormes bolsas debajo de los ojos. Cada vez que se movía, se estremecía levemente, era casi irreconocible, pero James lo veía.