Hellevator #1 [Yoonmin]

1. Goodbye, Chan

— Señor, no creo que sea buena idea... — murmuró Chan, un joven demonio que servía devotamente al Diablo.

— Chan, cariño... — Soyeon, la hermana menor del rey del infierno, se acerca a él. — ¿Crees que Yoongi oppa te hará caso? Pues ponte en la fila. — le dice entre risas. — Aunque debo admitir que me da mucha curiosidad qué es lo que vaya a hacer... Hace ya un largo tiempo que no visita los cielos para molestar a Namjoon.

Yoongi se levanta de su gran trono y se dirige a servirse un trago. Al volver, bebe lo que sirvió y enfoca su mirada en la fogata del centro de la habitación.

— Chan-ah... — dice, seco.

— ¿S-si, señor?

— Avísale a Chanyeol y Sehun que saldré un rato a jugar. Mi hermana So... — el joven interrumpe a su superior sin pensarlo.

— Señor, ¿está usted seguro? El Señor Nam... — el vaso que Yoongi sostenía se rompe con solo un poco de la presión que sus manos ejercieron sobre él. De forma brusca voltea su cabeza y mira a Chan con los ojos inyectados en sangre.

El rubio da un paso hacia atrás inconscientemente y Soyeon suspira.

— Te aconsejo correr, Chan. — la muchacha revuelve sus cabellos.

Pero no pudo dar un sólo paso, como si la mirada del diablo tuviera el poder de inmovilizarlo aún si sus más profundos instintos y reflejos fueran esfumarse de aquél lugar.

— En primer lugar, el único "Señor" para tí soy yo, ¿está claro? — se levanta se su asiento echando al suelo los pequeños pedazos de vidrio del vaso roto. — En segundo lugar... ¿Crees que un demonio de unos veinte años puede  interrumpirme? ¿Cuestionarme?

En un segundo, Yoongi se encontraba a sólo unos centímetros de Chan, mirándolo directo a sus aterrados ojos. Sube una de sus manos al cuello contrario, mientras largas uñas crecían en sus dedos y se clavaban en su piel.

— Aún no ha nacido el ser capaz de tales cosas, ni mi hermana tiene permitido interrumpirme... — la sangre del cuello del rubio caía y manchaba su ropa.

— M-mi s-señor... ¿cree usted — tose y expulsa su propia sangre — q-que pueda perdonarm-me?

— ¿Me veo cómo alguien misericordioso? — echa atrás su cabello con su mano libre. Gracias a esta acción, el herido demonio puede observar de cerca la cicatriz que atravesaba su párpado y algo de su pómulo. — ¿Acaso crees que puedes rogar aquí por un perdón que en realidad no buscas sólo para salvarte? Se ve que estás desesperado por vivir un poco más tu vida sin sentido...

Soyeon cierra los ojos sabiendo lo que viene.

Yoongi ejerce aún más presión con sus uñas sobre el cuello de Chan, cortándolo por completo. Suelta su cuello y el cadáver de su antigüo ayudante cae con un estrepitoso ruido.

— Envíenme al próximo sirviente en quince minutos luego de que cumpla con las órdenes que le di a este inepto. — Limpia la sangre en su mano mientras sus uñas volvían a su lugar y se posiciona en su trono otra vez. — Y dile al primer aprendiz que veas que venga a sacar la basura de aquí.

Soyeon asiente y camina hacia la salida. Antes de atravesarla da media vuelta y mira a su hermano.

— Yoongi, es el noveno sirviente que asesinas esta semana...

— ¿Y? Hay muchos demonios aquí dispuestos a servirme.

— Si, pero a este paso vamos a quedarnos nosotros solos y... — Min alza la voz.

— Y tráeme a mi nuevo sirviente pronto a menos que quieras acompañar a Chan. — Soyeon escapa con rapidez del lugar.

Minutos después, un joven demonio con facciones muy marcadas y cabello negro terminaba de limpiar la sangre que decoraba el piso del despacho del Señor Oscuro.

— Fue un placer servirle, mi Señor. — Seonghwa hace una reverencia. — ¿Desea algo más de este demonio?

— No, muchas gracias Seonghwa... Puedes retirarte. — el joven hace otra reverencia y se retira. — Ah, adoro la eficiencia... — Soyeon entra a la habitación con un joven de ojos grandes tras ella. — ¿Ves, hermanita? Nadie debe morir... Sólo tienen que hacer lo que digo cuando lo digo. ¡Facilito!

— Si, si... Lo que digas, Yoongi oppa. — rueda los ojos. — Cómo sea, te traje a tu nuevo sirviente. Espero que te dure más de 24 horas... — sonríe con ironía.

— Muchas gracias, Soyeon. — le dice. — Ahora vete, debo conocer a este muchacho... — Soyeon se va y los deja solos. — Entonces, ¿cuál es tu nombre?

— Jeon Jungkook, Señor. Es un honor servirle... — el joven de cabello castaño largo hace una reverencia.

— Bien, Jungkook-ah. Espero que tú puedas obedecerme... No tolero ineptos a mi lado.

🔥 Corregido: 25/08/21