15. The uncertain fate of my wings

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— Seré sincero, Señor Min... — dice Minhyuk. — El Señor Jimin está muy débil, los múltiples impactos que recibió sumados a la quemadura de sus alas casi lo conducen a la muerte. — Yoongi suspira mientras Soyeon apretaba los puños a su lado. — Afortunadamente usted llegó a tiempo y evitó que... Bueno, ya saben. — dice.

— ¿Qué puede hacer por él? - pregunta Soyeon en lugar de Yoongi, quien estaba perdido en sus pensamientos.

No, no quería imaginar qué hubiese pasado si no lo hubiera salvado.

— El joven debe hacer reposo absoluto y ningún esfuerzo por el próximo mes. Si bien son seres que pueden ser lastimados e incluso morir si se dan ciertas circunstancias como estas, tanto los hijos del cielo como los del infierno sanan rápido... Así que no se preocupen, mientras el Señor Jimin no se esfuerce quizá se recupere antes de terminar el mes incluso. — de repente su semblante cambia. — Pero debo advertirles que el progreso de sus alas será un tanto impredecible. No van a volver al blanco impoluto que eran originalmente con seguridad, pero que estas funcionen o no es algo que deberá averiguarse con el tiempo.

— Muchas gracias, Minhyuk. — dice Soyeon. — Te acompaño a la salida...

La rubia se aleja con el curandero mientras Yoongi observaba a un dormido Jimin sobre su cómoda cama. Poco a poco y entre quejidos éste empieza a moverse para culminar abriendo sus ojos.

Atina a levantarse alarmado al recordar lo que había pasado y no reconocer la habitación pero se relaja al ver a su diablito.

— Hey, bebé... — dice Yoongi con una débil sonrisa. — No te muevas, por favor. Estás algo lastimado y el médico ordenó reposo.

— Yoonie, ¿cómo llegué aquí? — sus ojos tenían ojeras. Afortunadamente la marca de la bofetada que Namjoon el propinó estaba desapareciendo.

Yoongi se sienta a su lado y toma sus pequeñas manos entre las suyas.

— Después de todos los golpes que Namjoon te dio, quemó tus alas y...

Jimin abre sus ojos y, entre lágrimas que amenazaban con salir, mira a sus lados.

— ¿M-Mis alas? — Yoongi asiente. — ¿Perdí mis alas? — pregunta con terror.

— Eso no lo sabemos, cariño. Lo único que el médico pudo afirmar es que su color sería ese que ves, el resto... — guarda silencio. — El resto lo sabremos juntos con el tiempo.

Jimin asiente, mirando hacia cualquier lado mientras escuchaba que más había pasado el tiempo en el que estuvo inconsciente.

Para esa instancia, Yoongi se encontraba recostado al lado de Jimin mientras lo abrazaba con cariño y delicadeza ante su estado.

— ...pero no te preocupes, angelito mío. Aquí estás a salvo, en mi reino nadie te tocará un sólo pelo y por mi trono juro que te protegeré con todo lo que tenga y más. — Ambos habían empezado a llorar hacía minutos atrás.

Jimin por todo lo que tuvo que enfrentar y Yoongi por no poder sufrir él en vez de su angelito.

— Ahora esta es tu casa. — completa. — O mejor dicho, nuestra casa si así lo quieres...

En el fondo tenía esperanzas de que Jimin decidiera quedarse allí con él.

— Te amo, Min Yoongi. — dice Jimin entre susurros. El diablo junta su frente con la ajena. — Y claro que quiero, claro que deseo que esta sea nuestra casa... — sonríe a pesar de su sufrir.

Min sonríe ampliamente sin esconder su felicidad ante esas palabras.

— Yo también te amo, Minnie. — dice Yoongi. — Más que ayer y menos que mañana.

Y así, con un dulce beso, se prometieron amor, compañía y apoyo por muchísimo tiempo más. Juntos harían lo que sea para salir de esto y volver a ser la feliz pareja que eran, hoy por hoy más cercana que nunca.

Quizá, algún día, también convertir al ángel de alas negras en su esposo y compañero en el infierno y cualquier lugar en el universo.

Si, otro trono junto al suyo quedaría muy bien.

Hellevator #1 [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora