Capítulo 4: El Narval del Espacio

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El Barco del Monodontidae Se estaba preparando para zarpar en poco tiempo. El joven de ojos azules estaba sentado en la cubierta junto a un montón de cajas. El señor Don Ca-Carlos tuvo que ir junto a la señorita Crissthine al despacho del capitán. Frente a Aiden se veían hombres caminando con cosas de un lado a otro. Llevaban cajas de plástico ecológico, cajas especiales que podían mantenerse en el espacio durante cierto tiempo. Una vez expirada se convertían en polvo. Probablemente llevaban provisiones de comida deshidratada.

Algunos le dedicaban miradas de confusión al joven de 17 años. No era normal ver a alguien tan joven dentro de un barco pirata. Después de todo, siempre estaban en medio de cruzadas, por lo que la tasa de muerte en acción era bastante alta. Un joven sin experiencia no sería nada más que carne de cañón. De pronto, el hombre con el mostacho extraño volvió junto a la señorita de ojos verdes.

—Lamentamos mucho la demora Joven Aiden.

—Con Aiden está bien Señorita Crissthine.

—De acuerdo, Aiden. El capitán tuvo ciertos problemas con que la persona que traía el paquete fuera... Bueno no importa. Vamos abajo — Crissthine mantenía siempre su mirada firme.

—¿No debería presentarme ante el capitán primero? — Inquirió algo confundido con el protocolo.

—Está ocupado de momento. Dijo que durmieras mientras estuvieras aquí. Vamos.

—Conocerás los lugares donde los piratas duermen chico — Comento Don Ca-Carlos.

El grupo de forasteros caminaban hacia una trampilla. Al abrirla se encontraron con una escalera de metal que al bajar daban a un largo pasillo cubierto por madera y más metal.

—Se bien donde duermen Don Ca-Carlos. Abajo, en los barcos siempre hay almacenamiento de sobra para las provisiones. Además, hay alrededor de 4 o 5 habitaciones con literas. No todos los tripulantes pueden dormir al mismo tiempo así que se turnan.

—Aiden parece estar más preparado que usted Don Ca-Carlos — Comento Crissthine sonriendo.

—Bueno... Quizás sea así...

En aquel pasillo largo había alrededor de 6 puertas. Una en los laterales y el resto por todo el pasillo. La de las esquina deberían pertenecer a la zona de carga. La otra para naves de escape y las ultimas los dormitorios. Procedieron a entrar en una. El castaño se sorprendió al ver la habitación. Tenía paredes de madera oscura. Había una lámpara en el techo que podía iluminar toda la habitación. A los lados, dos literas con colchones bastante bien arreglado. El piso estaba más que impecable.

—Parece que a ellos si les interesa la limpieza. Deberíamos tomar esta iniciativa en el barco. ¿No cree Don Ca-Carlos? — Una mirada furtiva le llego al hombre con el mostacho.

—Qui... Quizás señorita Crissthine. Le hare la sugerencia al capitán.

—Es el lema de nuestro barco — Una voz llamo la atención de todos. Un hombre bastante alto. Estaba rapado y tenía ojos marrones. Piel blanca con algunos tatuajes que se dejaban ver por su camisa de tirantes en sus antebrazos — El lema del Monodontidae es "Permanecer el barco tan limpio como las mareas de los narvales"

—Interesante lema... — Comento Aiden.

—Oh claro, mis modales. Soy Ellan, un placer — El hombre se sentó en una de las literas en la parte baja.

—Un gusto Ellan. Mi nombre es Crissthine Lecroix, Aiden Howland y el Señor Don Ca-Carlos.

—Vaya ¿Es acaso algún nombre falso o algo al respecto? — Inquirió divertido.

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⏰ Última actualización: Mar 02 ⏰

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