事故 accident ━ riren

#03: ✗F!RST DAY.

Había momentos en los que no podía evitar sentirse al borde del abismo. Aquella sensación que únicamente se veía obligado a sentir cuando el nerviosismo y todas las emociones similares lo sobrepasaban hasta el punto de hacerle sentir asfixiado; metafóricamente hablando.

— No vayas a dejarme solo.

Probablemente era la décima vez que suplicaba aquello. Y realmente no le importaba demasiado hacerlo las veces que fueran necesarias, no mientras su acompañante cumpliera con aquello. Sin embargo, este último sonrió negando en respuesta.

— No puedo estar contigo todo el tiempo, Eren.— Suspiró, ladeando levemente su cabeza, mientras se posicionaba sobre el marco de la puerta.— Levi querrá conocerte y ver cómo te desempeñas individualmente...— Comentó, cruzándose de brazos.— ¿Lo entiendes?

— Armin.— Insistió con seriedad, girándose hacía donde este se encontraba.— Te lo estoy suplicando.— Posteriormente, se acercó hacía él con la intención de tomar sus hombros.— Un amigo está suplicándote que lo auxilies. ¿No piensas hacerlo?

—  ¿Todo esto es por la llamada?— Inquirió, corriendo sus manos apenado.

— Sí, es por la llamada.— Asintió, pero rápidamente se detuvo en seco.— Bueno, más bien, es porque lo llamé idiota y lo traté un poco mal.

— ¿Y?— Le incitó a seguir, aún sin comprenderlo.— Te ha aceptado en su empresa de todos modos, así que definitivamente no le importó que le hayas llamado de esa forma.

— Eres ingenuo. ¿No lo entiendes?— El rubio negó, honestamente no lo entendía.— Seguramente me hará la vida imposible, me explotará de trabajo y sacará provecho de su cargo superior hasta acabar conmigo y conseguir que sólo queden mis cenizas, para luego deshacerse de ellas en el mar y dejar que sienta frío por toda la eternidad.

— Eren.— El mencionado se detuvo, soltando un pequeño ruido en señal de atención.— ¿Qué mierda te fumaste? ¿Escuchas las estupideces que dices?— Sinceró, recibiendo una mirada disgustada por parte de aquellos ojos verdes.— Estás delirando.

— ¿No puedes apiadarte de un amigo aterrado?— Cuestionó ofendido, girando nuevamente su vista al espejo.– Un pobre... débil y desempleado amigo...— Y tan pronto como mencionó aquello, su rostro suplicante se tornó deprimido en cuestión de segundos.

El rubio se tensó al verlo pucherear, como si fuese a explotar en llanto en cualquier momento. Carraspeó cuánto antes con la intención de evitar aquello, pues no podía llegar impresentable a su primer día de trabajo. No cuando a ambos le había costado tanto conseguirlo. Eren se enderezó cuando el menor se acercó y palmeó su hombro con suavidad, dedicándole una diminuta sonrisa.

— Ya no eres un desempleado.— Animó.— Aunque estarás a prueba la primer semana, sé que lo harás de maravillas. Confía un poco más en ti, hombre.— Sugirió.— Venga, tampoco queremos llegar tarde en tu primer día, ¿verdad?

— ¡Oh, mierda! ¿Qué hora es? ¡La hora, la hora! ¡Si llegamos tarde va a tatuarnos el horario de entrada en nuestro brazo!— Chilló, exagerando una vez más, y olvidándose completamente de su depresión repentina.— ¡Vamos, vamos! ¡Muévete rápido, Armin!— Exclamó luego de tomar el traje que se pondría encima de su camisa blanca, sin importarle mucho más su corbata desordenada.

Posteriormente, el nuevo empleado salió corriendo de la habitación como alma que lleva el mismísimo diablo, mientras que el rubio se le quedaba observando con una sonrisa divertida. A decir verdad, no podía evitarlo, la situación le resultó graciosa en cierto punto. Ni siquiera era Eren quién conduciría, por lo tanto, tampoco contaba con las llaves, pero aún así fue el primero en correr hasta el vehículo, a pesar de que aquello fuese en vano. Aún así, a Armin le resultó un peso menos de encima el hecho de que su mejor amigo contara con todas las energías del mundo para su nuevo empleo.