Confesiones no deseadas

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Contiene pocos spoilers del manga

Eren
Nos encontrábamos disfrutando y gozando de la delicia de las bebidas alcohólicas, experiencias totalmente nuevas y antes abiertas a la imaginación de quienes paladares no habían experimentado tales sabores y sensaciones secundarias al beberlas.
Necesitaba olvidarme acerca de la conversación con ella de hace unos minutos.

Nuestra querida Sasha junto con Connie compraron tales botellas, eran demasiadas para unos jóvenes inexpertos en el mundo donde la mayoría de los adultos se encontraba enviciado.
— ¿Gustan? — dijeron al unísono mientras acomodaban las botellas sobre la mesa.
La mayoría dudó al principio pero no hace falta decir  que al final, todos acabamos aceptando esa propuesta muy indecente, que probablemente nos traería problemas después con Hange y Levi, quienes nunca nos permitieron beber... o al menos no de tal forma.

Poco a poco las botellas empezaban a vaciarse con muchas preguntas provenientes de Armin, Mikasa y Jean. — ¿No es demasiado? ¿Todavía más? Tendremos un castigo y será su culpa. Necesitamos pensar bien las cosas. — era lo único que se podía escuchar por parte de ellos, me sorprendió que Jean fuera responsable tratándose del alcohol. 

Mikasa
Nunca había llegado a mi cabeza la idea de embriagarme de esta manera tan irresponsable, aunque puede que el dicho donde se citaba "la curiosidad mató al gato" sea cierta. Eran tantas botellas diferentes que muchas veces deseaba ver las diferencias de sabores y efectos entre estas.
Necesitaba olvidarme sobre la conversación con él hace unos minutos.

— ¿Qué soy yo para ti? — vaya pregunta Eren, creía que era obvio. "Familia" ¿en serio? Hasta aquellos momentos mi ocurrencia se desvaneció sin dejar rastro alguno.

He perdido la cuenta de cuántas veces rellené mi vaso, al punto de ebriedad donde ves borroso y pierdes el sentido del tiempo transcurrido.
— Acompáñame — dijo el cabellos castaños con dificultades al hablar.
Me llevó fuera de la carpa donde nos encontrábamos segundos atrás.
— Mikasa, retira lo dicho ¿acaso no dijiste que me amarías por siempre?
— No recuerdo haber dicho esa promesa en voz alta.

Eren
Al parecer mi yo ebrio piensa en voz alta, y eso no es bueno.
— Es obvio del porqué tu apego hacia a mi, tu mentira no tenía sentido. — ya casi no se entendía lo que decía por lo ebrio que estaba.
— No tiene sentido amar a alguien que se muerde la mano hasta sangrar y hacerse un monstruo gigante ¿no crees? — tampoco se le entendían mucho las palabras a ella.
— Que desgracia que pienses así porque te amo y ni siquiera cuenta te has dado.
— ¿Q-qué?
— Que te amo y nunca te diste cuenta... espera... ¿qué dije?
— Creo que no es necesario decirlo de nuevo Eren — dijo tartamudeando.
— Ay no, Dios por favor.
— Ahora dame u-una explicación Eren — empezó a molestarse un poco, el alcohol no fue buena decisión después de todo, y menos el efecto que este tendría en ella.
— Eh... y-yo...

Armin
Decidí salir de la carpa donde estábamos, para respirar aire fresco en medio de la noche, para esperar que los efectos del alcohol desaparecieran.
Todo el tiempo estuve respirando y meditando los momentos de hace rato, hasta que me percaté que se escuchaban gritos de gente muy embriagada discutiendo afuera, por lo que mi atención se fue hacia el lugar donde provenía tal discusión hasta que los vi a ellos dos.
— E-entonces me... ¡¿me amas?!
— ¡¿C-cuántas veces lo tengo que repetir?!
— ¿Qué dijeron? — al pronunciar esto sus miradas se clavaron en mi, mientras sus rostros se tornaban de una tonalidad completamente roja.
— ¡Que la amo! — mi mirada dijo todo, palabras no eran necesarias para darse cuenta de mi sorpresa en ese momento. — ¡Maldición! ¡Otra vez lo dije maldita sea! — dijo Eren.

Que yo si fuera capaz de manejar los efectos de las bebidas para adultos era algo bastante divertido en estos momentos, espero nunca olvidarlo.
Pasaron varios y varios minutos y segundos de escuchar una absurda explicación de lo que acababa de pasar. En primer instante, Eren parecía un niño de 2 años aprendiendo a hablar. Y Mikasa parecía un bebé, se estaba quedando dormida pero seguía molesta y sonrojada. Y en segundo lugar, las explicaciones que daban y él como ellos dos empezaban a discutir y... a llorar en ese instante fue bastante gracioso.
Que tus amigos estuvieran muy borrachos por primera vez, y que hayan confesado el amor hacia el otro de una manera poco convencional, mientras les costaba pronunciar las palabras... era un momento demasiado gracioso. Intentaba proyectar mi atención hacia ellos lo más que pudiera, pero mis carcajadas llenas de felicidad los interrumpían de vez en cuando.

Para ser completamente honesto, esperaba este momento. Muchas veces imaginaba que ellos comenzaban a salir y eran una pareja feliz, pero nunca pensé que se hiciera realidad y menos de esta forma.

Al día siguiente todos amanecimos sintiéndonos muy mal, pero más esa parejita de amigos.
— Chicos, ¿puedo hablar con ustedes? — dije dirigiéndome a ellos.
— Claro. — dijeron al mismo tiempo.
—... recuerdan algo de ayer ¿verdad?
— ¿A qué te refieres? — dijo Mikasa.
— Siendo honesto... no. — dijo Eren.
— Yo tampoco — contestó Mikasa.
— ¿Seguros? — intenté contener la risa.
— Armin ¿qué pasó? — cuando dijo esto Eren, Mikasa empezó a preocuparse un poco.
— Mejor no diré nada. Solo diré que Eren tenía cosas muy guardadas acerca del amor ¿verdad Eren?
— ¿Que yo qué? — su rostro se volvió rojo de nuevo.
— No quiero arruinar una buena plática emotiva entre ustedes dos, solo si recordaran todo lo que dijeron anoche... ay, que buenas carcajadas me sacaron, gracias chicos.
— Espero no haber hecho el ridículo... — dijo Mikasa.
— Ninguno de ustedes se quedó atrás en ese aspecto... pero en fin. Resuelvan sus dudas por favor. — dije retirándome.

Eren
Después de lo que nos dijo Armin... estoy completamente aterrado.
No quiero hablar con ella... y no pienso hacerlo, fin de la discusión.

Fantasies - Eremika One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora