Capitulo 5

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Hela

Hoy era un día de entre semana y me encuentro bastante cansada, últimamente no estoy durmiendo muy bien o mejor dicho últimamente no estoy durmiendo y eso me está pasando factura en mis ojos o más bien en mi cara. Debajo de mis ojos tengo unas enormes ojeras que se me notan a kilómetros además de que tengo una cara de asco enorme.

—Dios, pero ¿qué te ha pasado en la cara? —me miro como si fuera un zombie, no la culpo.

—Buenos días a ti también Sarah—masculle. 

—¿Te ha pasado un camión por encima de la cara o qué? —volvió a preguntar.

—Sarah no estoy de humor esta mañana la verdad—dije sin mirarla. 

—Perdón, perdón, pero te ves horrible—siguió insistiendo en que mi cara se veía fatal.

—Gracias Sarah tú también te ves muy guapa—murmure con sarcasmo.

—¿Me vas a decir que te ha pasado o vamos a seguir con estos comentarios sarcásticos?

—Te diré lo que me pasa cuando dejes de decir que me veo horrible, no hace falta que me lo digas se cómo me veo— dije molesta.

—Está bien, ya paro, ahora dime ¿qué te pasa?

Suspiré.

—Últimamente no estoy durmiendo nada y hace que me ponga con este humor de perros—murmure.

—¿No has pensado en tomar pastillas para dormir o en tomarte o infusiones para dormir? —me aconsejo.

—Lo he probado todo créeme, pero no me funciona nada— dije cansada.

—Pero esta todo bien ¿verdad? me refiero en ca...

—¿De nuevo hablando? no paráis parecéis dos cotorras—la interrumpió Marcus.

—Ayy Marcus siempre de mal humor—puso un puchero con intención de qué no nos regañaran. 

—Y ustedes dos siempre hablando—rodo los ojos.

—Porfis Marcus déjanos aquí hablando un ratito más ¿sí? 

—Venga a trabajaaar—insistió el.

—Que aguafiestas eres—le puso mala cara. 

—Pero me amas y lo sabes —le respondió el. 

—No te emociones guapo, me voy a casar— ella alzo la mano para mostrar el anillo entre sus dedos.

—Para eso todavía queda un tiempo reina —dijo alejándose de nosotras.

—No te emociones Marcus, que luego es peor para ti —dijo Sarah hacia Marcus, pero él no respondió.

—A veces me da pena Marcus —la mire.

—¿Por qué? —pregunto extrañada.

—Ambas sabemos que le gustas desde hace ya tiempo, y desde que se enteró de que te vas a casar no lo veo con tanta energía como antes.

—Pero míralo como me respondió, como si no le importará—le restó importancia.

La mire con cara de obviedad.

—Es obvio que disfraza su dolor a través de bromas, es como su forma de sobrellevarlo, a veces es mejor reír que llorar—murmure.

—Pero él ya sabía de antes que yo salía con Nick.

—Si, pero no es lo mismo que salgas con una persona a que te cases con ella ¿no crees?

—Tienes razón, pero no es mi problema que le guste, él ya sabía que estaba con Nick se podría haber hecho una idea —alzó sus manos.

Nuestro destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora