Capitulo 9

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Hela

Habían pasado unos días de la noche del bar. Desde entonces no he visto a Asher, no se ha pasado por la cafetería ni he tenido noticias suyas y se me había un poco raro no verlo hoy, ya que antes se la pasaba casi todos los días por la cafetería. Ahora estoy trabajando en la cafetería con pesadez, hoy me encuentro bastante cansada y no tengo ánimos para nada.

—Hey, ¿podrías ir al almacén a por una caja de leche? —me pregunto Marcus —Se está acabando y la necesito.

—Si claro, ahora te la traigo —me fui al almacén donde guardamos todos los alimentos o cosas necesarios. Empecé a buscar donde guardábamos las cajas de leche en las estanterías, al ver que no estaban donde las solemos poner arrugue mi ceño, ¿dónde estarán? Empecé a buscar por otras zonas hasta que...

—Te encontré — encontré las cajas de leche un poco escondidas, cogí una y me di la vuelta dispuesta a irme cuando me encontré una rata cerca de la puerta, solté la caja de leche y solté un grito que creo que se escuchó hasta en el mediterráneo.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien? —apareció Agatha por la puerta.

—¡No! ¡Hay una rata, sácala de aquí! —dije asustada del bicho peludo con larga cola.

—Pero si es una cosita —dijo con voz de bebe, se agachó para recogerla y la puso en su mano y empezó acariciarla con su dedo. Yo solo la mire horrorizada.

—¡Pero como puedes coger esa cosa con tu mano! —dije espantada.

—Pero si es adorable mira —me la acerco cerca de mi cara.

—AAAAAHHHHHHH —me eche para atrás chocando con la estantería que había detrás de mí. Gemí de dolor ante el golpe en mi espalda.

—¿Estas bien? —pregunto preocupada acercándose a mi dejando a la rata en el suelo.

—Si si, solo que me duele un poco la espalda—me aparte un poco adolorida intentando sobar mi espalda.

—Déjame ver —intento subir mi camiseta.

—No, déjalo así —aparte su mano —no es nada, estoy bien.

—Bueno, está bien —pareció convencida de mi respuesta.

—Ahora deshazte de eso —señale a la rata que todavía estaba en el suelo.

—¡¿Quieres que la mate?!

—No bestia, déjala en la calle o algo así, ¿cómo voy a pedir que la mates?

—No sé, te veo una chica sin escrúpulos.

—Si claro y si te parece servimos a la rata de postre en pedacitos no te jode.

—Vale captó tu sarcasmo, voy a dejarla en la calle, saldré por la puerta trasera —cogió la rata y se fue.

Yo volví a coger la caja de leche un poco aboyada por la caída y salí del almacén.

—Toma he traído una caja de leche —se lo deje encima de la mesa —y que sepas que no vuelvo a entrar a ese lugar —señale el almacén.

—Gracias ¿y porque no?

—Me he encontrado una rata y ha venido Agatha a rescatarme.

—No seas tan dramática, es solo una rata más.

—¿Como que una rata más? ¡¿Hay más?! —grite un poco alto.

—Shhh—me tapo la boca con su mano —no querrás que los clientes de enteren de que hay ratas en nuestro almacén.

—Ósea ¿que si hay más ratas?

—Solo unas cuantas, lo típico de los almacenes.

—No, pero enserio hay que hacer una limpieza en ese sitio, seguro que nos ponemos a limpiar y me encuentro a una pelusa de tamaño de persona con vida propia.

Nuestro destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora