Capítulo 3

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Clara había quedado encantada con el chico, iba a estar 2 días compartiendo cosas con él, quién sabe tal vez hablaban y descubría que le había pasado algo similar a lo que ella sintió cuando lo escuchó hablar. Pero al instante de darse cuenta de lo que estaba pensando y de la sonrisa que debía de tener en ese momento se obligó bajar a tierra y oír lo que hablaban los demás. 

Más tarde, ese mismo día ella y otra compañera deciden acercarse a Nicolás que estaba tocando su guitarra, Clara no tenía idea que decirle, no era de esas chicas charlatanas así que optó por quedarse a mirarlo y sonreír cuando él lo hiciera. Estaba hipnotizada, veía algo en el que no podía describir, desde el primer momento no pudo dejar de pensar en  su mirada, su voz, sus manos... todo, todo lo que había visto de él le llamaba la atención. A la hora de dormir, Nicolás se iba, no se quedaba a dormir por lo tanto debía de vivir muy cerca.

En fin, había estado todo el día sin su celular tenía un mensaje de texto de Matías preguntando como estaba, no era muy tarde así que decidió contestarle, aunque sentía la necesidad de contarle a alguien lo que había sentido, en ese momento culpabilidad por tener una relación no seria pero en fin relación con Matías y a la vez pensar en Nicolás que acababa de conocer, no tenía sentido, podría ser solo una atracción física, pero lo que había sentido no era solo eso y quería saber si a él le había sucedido lo mismo. 

Al día siguiente restaban algunas actividades, pero para la tarde ya debían volver a sus casas. No quería volver, no por lo bien que lo estaba pasando sino porque sabía que no volvería a ver a Nicolás aunque vivieran en la misma ciudad. Terminadas las actividades, ya prontos los bolsos y llegando la hora en que la fueran a buscar Clara no sabía qué hacer. Quería hablarle pero su timidez se lo impedía, no sabía qué hacer, si pedirle su número o hacer como si nada pasara y tomarlo como algo pasajero, también estaba Matías y debía respetarlo.

Nicolás ya se había ido, Clara y los demás estaban esperando a que llegaran sus padres y poder marcharse. Al llegar a su casa se sienta en el ordenador y mirando el teclado piensa un rato… 

-¿Y si lo busco y tiene novia? Me daré cuenta que no le pasó lo mismo que a mí, sería bueno, ¿Pero si no tiene ninguna relación y le hablo y me quiere solo como amiga? 

Esas preguntas cruzaban por la mente de Clara, hasta que decidió buscarlo, sería peor quedarse con la intriga. En el buscador puso el nombre y lo identificó al instante, allí estaba Nicolás Rocha.

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