Sleepover

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PDV de Elsa

Me acurruqué junto a Bruni petrificado mientras abrazaba mis rodillas, Jack estaba tardando más de lo normal, ya era de noche, la lluvia había parado tan pronto el fuego se había extinto, solo quedaba ese horrible olor a naturaleza quemada. Recargué mi cabeza contra una de las patas de Bruni, estaba cansada, había sido un largo día y solo quería acabar con esto, ir a Arendelle y tal vez tomar un baño caliente para después buscar consuelo en Anna y una taza de chocolate caliente.

Tomé la tela de la gran capa oscura con entre mis dedos y la acerqué a mi rostro para olfatearla un poco.

Huele a Jack.

Olía bastante bien y era sorprendentemente reconfortante.

Mis pensamientos se desviaron al ver el portal abrirse nuevamente, de este salieron todos los guardianes.

-Lo lamento, localizarlos a todos fue complicado- Jack se disculpó.

-Descuida- me puse de pie.

-Shostakovich- Norte gritó sorprendido -¿Ustedes lo vencieron solos?- preguntó analizando la estatua.

-No tuvimos otra alternativa- expliqué.

-Bueno, hay que descongelarlo- sugirió Hada.

-¿Cuánto lleva así?- preguntó Conejo.

-Unas horas- respondí.

-Vaya, ojalá este bien- hizo una mueca de dolor.

-¿Qué quieres decir?- cuestionó Jack.

-Bueno, es el fuego, al permanecer tanto tiempo así podrida apagarse- miré a Jack con un rostro de terror.

-Estará bien- se apresuró a tratar de calmar mis preocupaciones -Sandy, has lo tuyo- Todos le abrimos paso al hombrecito de arena dorada, quien paso sus manos sobre el hielo haciendo que de este emanara una gran cantidad de arena negra, incluso era más que con Nokk.

-Aprendió una nueva técnica- Tooth me susurró.

-Tu turno Elsa- Norte me indicó que descongelara a Bruni.

Tomé aire y me acerqué a él pensando en una sola cosa "El amor descongela".

Al acariciar su, ahora aterrador, rostro comenzó a desintegrarse -¡No!- entre en pánico de inmediato al ver que una vez el hielo se deshizo por completo no había nada -¿Qué he hecho?- jadeé con horror.

-Elsa- Jack puso sus manos sobre mis hombros frenándome.

-¡Lo volví a hacer Jack!, solo lastimo a la gente que me importa- las lágrimas brotaron así como mis peores pesadillas –¡Como con Anna!–

-No, no, no fue tu culpa- él puso sus ojos sobre mi rostro húmedo por las lágrimas, podría ver que los suyos también estaban cristalinos, como si luchara con el impulso de querer llorar –fue mía, tu tenías razón nunca debí...-

-Miren- Norte llamó nuestra atención con una mano sobre nuestros hombros para que fijáramos la vista en el suelo.

Un pequeño montículo de tierra comenzó a moverse lentamente tratando de romper la superficie, de este emergió Bruni con una gran sonrisa en el rostro.

Todos suspiramos con alivio.

-Bruni- me arrodillé en el suelo tomándolo en mis manos, se había vuelto mucho más pequeño, pero era él –Que alegría, estas bien- lo abracé contra mi pecho llorando de felicidad.

-Las salamandras se regeneran- Jack reía con alegría –Que bueno volver a verte amigo- se arrodilló junto a mí para ver a Bruni, quien salto de mis manos hacia su hombro para volver a lamerle el rostro.

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