Talking to the moon

Cap 2

— préstame el encendedor— dijo mi hermano sentado al lado mío— y deberías empezar a mostrar tu cuerpo, tu cuerpo es hermoso.

— espera y lo busco, y sobre eso no lo are— respondí, y a la vez buscando el encendedor.

— pero Mia tu cuerpo es hermoso sabiendo que tragas como una morsa y estás más flaca que un palo— afirmó, pero yo no iba a cambiar de opinión hacia mi cuerpo, la verdad si es verdad y lo amo y todo pero no quiero mas comentarios de mi cuerpo.

— toma ya lo encontré— le pase el encendedor— no voy a cambiar de opinión o decisión sin embargo lo pensaré

— bien— dijo cogiendo el encendedor para después encender el cigarro.

— dame el encendedor lo necesito— le dije y el me lo pasó.

— tu también fumas, pensé que solo fumaba tu hermano antes de conocerte— dijo— y no me he presentado me llamo Nick y ahora adivina mi edad.

— lo va a lograr— afirmaron- pero miremos si lo logra o no.

— ahmmmm... — pensé y a la vez lo miraba— tienes 18?

— como lo hiciste y si tengo 18 de seguro tu hermano te hablo de nosotros— miro a mi hermano.

— yo no le dije nada, ni siquiera e hablado con ella sobre ustedes— alzo los hombros, soy una adivina.

— y desde cuando empezaste a fumar? Se que tu hermano fuma desde los 15 y tu— dijo mirándome y al ves poniéndose la camisa.

— desde los 14– estaba concentrada mirando el cigarro, después me dio frío y como buena hermana que soy le robe la comisa a mi hermano.

— tu siempre me robas mi ropa— afirmó cuando me miro con la camisa puesta.

— Ay ni seas chillon solo es una comisa ni que fuera quien sabe que— afirme mientras me sentaba al lado de el— y bueno está casa qué onda, de quien es o que?

— es la casa de mi abuela, cuando falleció me la dejo a mi entonces es mía— afirmó Zack, el chico era lindo, pa que de igual manera no era mi tipo, pero eso si no me quitaba la mirada en ningún momento.

— ahhh que bonita casa— solté para después terminar el último poco de cigarro que tenía.

— otro o solo uno— pregunto, el sabe que me fumo uno, dos o tres, o más.

— creo que con este estoy bien— respondí, y mi celular sonaba como nunca y yo lo mire— puta madre.

— qué pasa?— pregunto— dame eso.

Me quito el celular y miro que era y era mamá me mando muchos mensajes diciendo que si no llegábamos a la casa antes de al media noche nos iba a hechar de la casa, y yo tengo una pregunta ¿desde cuando le importamos? Lo dijo porque ella siempre nos ignora nunca nos dice si estamos bien o no, no nos pregunta que si ya comimos o no, todo lo que una madre pregunta, mi hermano leyó todo, yo solo parpadeé y mi hermano ya estaba escribiendo y sabrá Jesús que era hasta que me pregunta.

— te gustaría que nos fuéramos de la casa?— pregunto, y yo solo lo mire confundida.

— déjala procesar lo que está pasando— hablo Nick.

— ahmmmmm... no lo sé, porque?— pregunte, yo estaba confundida de lo que estaba pasando, no sabía que hacer ni que decir.

— si dices que si, ya las noches de infierno se van, Mia, cariño, ese sufrimiento que tienes se irá físicamente, se que será duro olvidarlo mentalmente pero físicamente ya no sufrirás más— reclamo y yo solo me senté para procesar la situación.