Melody.
Juro que si mis sospechas son ciertas, mis padres la pagarán muy caro, aunque les cueste su propia vida.
En el estacionamiento del colegio, me dispongo a esperar por Mile, hoy iremos a un lugar donde sabremos qué es lo que tiene, en caso de ser...
— ¿En qué piensas?—pregunta apareciendo por la puerta del auto.
— En nada, Mil-le — corrijo, últimamente no le gusta que le llame Mil.
— ¿Estás segura que ahí nos ayudarán? — pregunta mientras lanza su mochila a la parte trasera del auto y se acomoda en el asiento de copiloto.
— Es lo que espero, pequeña.
Tengo miedo. Miedo por ella y miedo por todo lo que ha estado sucediendo.
Acelero y pongo como destino Luma. Luma es un pequeño pueblito donde la mayor parte de personas son de escasos recursos, a una hora y media de Noor, nuestro pueblo, dónde es al contrario; la mayor parte de personas tienen buena economía.
Un gran cartel ya deteriorado con el nombre del pueblo nos da la bienvenida.
Ojeo a Milena, se ha quedado dormida en su asiento. Se ve tan atormentada; grandes ojeras reposan bajo sus párpados, se ve algo pálida y no se ve ese brillo de vida que antes tenía. Desde aquel día mi pequeña ha presentado un cambio que me aterroriza muchísimo.
Susurro su nombre y la toco tres veces en el hombro para así tratar de despertarla. Se remueve y por fin abre los ojos.
— Hemos llegado.— le informo y sonrío, necesito transmitirle al menos, un poco de mi fuerza... Esa que se está viendo quebrantada.
Se endereza, me muestra una linda sonrisa que, aunque se nota media tristona, se ve preciosa. Mile es preciosa, ante mí y ante todos, nadie puede negarlo.
— Vamos. — anima y sale del auto.
Lo que más admiro de mi hermana es su manera de ver la vida. Que aunque se esté cayendo por un hoyo, ella es capaz de sonreír y contagiar a todos con su positivismo.
Caminamos por un callejón donde las paredes tienen figuras muy extrañas dibujadas en distintos colores y formas. Pañuelitos de colores, dónde son más notables el rojo, verde, amarillo y negro, adornan las rejillas que sirven como techo del callejón.
Aquí el aire se siente algo frío, tenso, como si lo pudiese tocar y sentir su textura. Es algo muy raro, se siente como si hubiesen más presencias, como si alguien más nos acompañara.
— Yo nunca había visitado un lugar... así... — comenta Milena, posando su mano derecha en la puerta roja frente a nosotras. Su mano, aunque se ve temblorosa, no demuestra duda en querer hacer esto. Está muy decidida a hacerlo y eso me gusta más de lo que quisiera admitir.
— Adelante.
Ambas nos miramos a los ojos. Un escalofrío recorrió mi piel, nunca me acostumbraré a ésto.
Deslizamos la puerta hacia adentro, donde una joven mujer de no más de veinticuatro años, nos recibe. Miro a Milena; su piel erizada por el evidente escalofrío que sufrió, más su cara aún más pálida de lo que estaba, me deja saber los nervios, o tal vez miedo, que tiene. Le sonrío mientras la animo a pasar.
Entro tras ella y la mujer nos guía por entre los grandes y verdes árboles que se encuentran ante nosotras. Éste es un lugar escondido, ya que éstas prácticas son ilegales; pero aún así muchas personas recurren a ellas por diversas necesidades.
— ¿Por qué está tan escondido? — Pregunta curiosa.
— Es porque es ilegal. — respondo tranquila. A pesar de ser un lugar que puede causar miedo, también puede transmitir tranquilidad, paz; y es justo lo que necesito... necesitamos. - También debe ser porque los se...-
— Hagan silencio, por favor, ya estamos por llegar. — me veo interrumpida por la chica.
Mile y yo compartimos una mirada cómplice y, como ella pidió, hacemos silencio.
Más pañuelitos se hicieron presente ante nosotras, son varios... muchos, diría yo. Unos autos estacionados me sorprenden, pues nunca he entendido por dónde logran pasarlos hasta acá.
— Pueden esperar aquí, en un momento las atenderán. — la chica de rostro angelical, como si el acné nunca hubiese pasado por su linda y, aparentemente, suave piel, labios algo finos, pero de un rosa que la hace ver aún más tierna; su fina nariz, algo arrugada por el calor, supongo; sus ojos de un bello color miel que me encantaría seguir viendo y no me cansaría; su cabello castaño, brilloso y muy bonito, la hacen ver... muy hermosa y tierna. Esta chica no parece pertenecer a un lugar cómo este.
— ¡Espera! ¿Cuál es tu nombre? — pregunté antes de que se alejara más.
Algo extrañada, respondió:
—Leyra.
Y se fue.
Milena.
Ok, eso fue... raro. Melody, mi hermana...
Lo dejo pasar y mejor veo los alrededores mientras esperamos. A lo lejos un chico de piel muy blanca, cara algo fina y con barba, sin zapatos o algo para proteger sus pies, se dirige hacia afuera, donde estamos.
Algunas personas se acercan a saludarlo, él devuelve el saludo, pero sigue su camino con la vista baja; también un pañuelo de colores oscuros está sujeto a su cabeza, donde logro notar su pelo negro en rastas largas.
Es... Bello.
Me intriga.
Personas susurrando cosas entre sí, es lo que logro notar. Le pego mi codo en las costillas a Melody, cuando tengo su atención, pregunto:
—¿Ese quién es?
—Te sorprendería la respuesta. —dice y mueve sus cejas, con una sonrisa.
—.Por eso te pregunto, idiota. — respondo y niego lentamente —. ¡Que me digas, Mel!
—Vale. Es el señor.
—¿Cuál señor? Yo lo veo muy joven y... lindo.
—Ya verás cuando llegue nuestro turno.
Sigo mirando hacia donde se fue "el señor", que fue exactamente hacia un auto algo viejo que hay aparcado en una esquina del lugar, donde notablemente hay un hombre, una señora ya entrada en años y una chica de no más de 18 años de edad.
La señora no para de llorar; se ve cansada, agotada, atormentada y enferma.
Me siento... incómoda en éste lugar, aunque se siente mucha paz. Es como si pesara igual o menos que una pluma.
El que Melody dice que es El señor, se hace a un lado y la puerta del lado del copiloto del auto, se abre, él se acerca y ayuda a la señora a estar en pie. La chica y el hombre también intentan ayudar. Caminan con la señora hacia una de las puertas e ingresan hasta perderse entre unas pequeñas cosas parecidas a casas, pero más como en versión miniatura.
La paz la tenía en aquel momento y, quizá, la tendría más adelante... Pero, ¿Cuántas cosas iguales a las que viví ahí, por primera vez, tendría que volver a vivir para obtenerla?
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Tormentos© [En Proceso]
Mistério / SuspenseEscuchar voces, ver sombras al despertar y amanecer con rasguños cada día, no es algo normal. ^^^ Comenzada: 12/02/2021 (largo tiempo en pausa) Terminada: Historia protegida bajo derechos de autor. ☆ Portada actual: @darina_thais