Sangre de familia

Caramelo

—Padre—.

Viktor no molestaba a Fumus, el niño sabía que no debía molestar al Dios cuando trabajaba. Normalmente cuando el niño estaba en el cielo, Viktor sabía que podía hacer lo que quisiera siempre y cuando no molestara a Fumus.

El Dios demasiado ocupado no podía atender a su hijo, le daba pequeñas cosas para que se pudiera entretener por su cuenta y Viktor era lo suficientemente listo, entendiendo la importancia del trabajo de su padre y dejándolo en paz, sin interrumpir por alguna tontería que no valía la pena.

Pero al final del día, Fumus seguía siendo el padre de ese niño. Dejó de escribir y levantó el rostro, al otro lado del escritorio Viktor le miraba; ojos grandes y preocupados, entonces el Dios notó marcas en las comisuras de los labios del niño.

—Padre—. Repitió, su voz sonándose gangosa y apenas abriendo la boca.

—¿Qué te pasó? —. Preguntó, dejando el bolígrafo a un lado y mirando al niño ahora con consternación.

—Sabe a sangre—. Respondió, sangre y saliva saliendo de la comisura de los labios y limpiándose con la manga.

El Dios frunció el cejo y se levantó, rodeó el escritorio y caminó hasta su hijo. Se detuvo a su lado, se inclinó. Viktor mirándole atentamente. Fumus le tomó del mentón y le levantó el rostro; los labios parecían estar normal, más allá de la sangre fresca.

—Abre la boca—. Ordenó y el menor acató.

Fumus no supo que decir cuando vio la lengua de su hijo cortada; un corte de casi dos centímetros de longitud y probablemente de profundidad también. Sus dientes pintados en rojo y el caramelo que le había dado al inicio del día mordido a la mitad. El caramelo duro mostrando zigzags y los filos puntiagudos.

Sacó un pañuelo del bolsillo y lo extendió frente al niño. —Escupe eso—.

Viktor levantó las manos, listo para tomar el caramelo con los dedos, pero Fumus le pegó en la mano y el niño se inclinó al frente, abriendo la boca y dejando caer el caramelo de su boca directo al pañuelo de su padre.

Saliva y sangre cayeron también, el sutil aroma de la sangre mezclándose con el dulce del caramelo. Viktor sujetando la mano libre del Dios y dejando que todo lo que traía en la boca cayera en el pañuelo, Fumus observando y sintiendo la tela empaparse rápidamente, el color blanco pintándose de rojo.

Viktor cerró la boca y sorbió el resto de saliva y sangre, saboreándola y ahora teniendo un sabor un tanto más nauseabundo sin el caramelo de por medio. Mientras Fumus tiraba el pañuelo a la basura, Viktor volvió a limpiarse la boca, la manga de su suéter húmeda por la mezcla de sangre y saliva.

El Dios se volvió a inclinar junto a su hijo y le revisó la boca de nuevo; el corte en la lengua seguía sangrando, más con Viktor moviendo la lengua y haciéndola golpear contra el paladar o los dientes, intentando seguir tragando el exceso de saliva y sangre. El mayor miró al niño al rostro.

Viktor había acudido debido al sabor del caramelo, no debido al dolor y tampoco había mencionado eso. No parecía incomodo o adolorido ante el corte, lucía más bien confundido ante porque había tanta sangre de repente que no paraba. Quien sabe cuánto llevaba con esa cortada antes de decidir ir con Fumus.

Cerró la boca de Viktor y colocó sus manos en las mejillas del menor, después de unos segundos lo soltó, la curación había terminado. El niño chasqueando la lengua y moviéndola, tragando la saliva y sangre restantes, el sabor amargo destruyendo el poco sabor dulce que quedaba del caramelo.

—Ya no comerás de esas cosas—. Sentenció Fumus, levantándose. —Ve y pide un flan o pastel, pero de esas cosas ya no—. Viktor asintió. —Y dame ese suéter, está sucio—.

Fumus sostuvo el suéter cuando le fue entregado y vio a Viktor salir de la oficina, mucho más tranquilo que cuando llegó. Miró el suéter, la manga ensangrentada; al parecer tendría que ser un poco más cuidadoso con lo que le daba a Viktor, poco más y el niño se cortaba la lengua a la mitad él solo y sin darse cuenta. 

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¡Sorpresa! ¡Fumus es el padre de este niño! JAJAJAJAJAJAJA

Así que sí, Viktor es producto de incesto :v