Hace mucho tiempo cuando era un niño mi mente volaba como un pájaro entre los vientos, mis amigos desde niños han sido buenos pensadores y de buenos sentimientos, jugábamos a ser ya adultos diciendo palabras erradas y supuestamente sabias, durante pasaban los años siempre jugábamos, eramos felices, hasta que llegó nuestra adolescencia, la etapa de terror encantado.
He habitado durante mucho tiempo en este mismo lugar, lleno de paz y armonía, donde te levantas escuchando notas de gallos en la mañana y oyes el buenos días de la abuelita, sí, yo vivo y me he criado en el campo junto a mis aseres, somos vagos en busca de amor, todos de piel canela y de buen corazón.
En nuestras aventuras encantadas rondábamos en una hermosa ciudad de Nicaragua, como todo adolescente queriendo conseguir unas escultura de ellas, yo anonadado al ver pasar hermosas princesas, era igual a un desfile de ángeles en la tierra, mis amigos y yo diciendo como en coro:
-¡cualquier rey daría un tesoro por tenerlas en su palacio!
Seguíamos en esa ciudad a paso lento apreciando el arte de Dios y de repente mis ojos fueron atraídos por una niña, blanca como la nieve, ojos de diamante, su piel como la misma mar, lucía como una diosa, tan solo un segundo bastó para quedar enamorado.
Partimos hacia el hogar, yo no dejaba de pensar en esa doncella, volaba entre las nubes. Mis amigos se llamaban Marc y Jason, nos encontrabamos bajo un fresco árbol disfrutando de sus frutos agridulces mientras les describía a tan incomparable perla, era un adulador me decían ellos y cómo no lo iba a ser por esa diosa.
En la tarde siguiente nos fuimos a la ciudad, ya quería desgustarla con mi vista no digna y como instinto de amor miré hacia atrás y observé tan bello ángel, como un tartamudo volando dije:
-Marc, Jason, ella es, observen a esa niña, una bella obra de Dios.
Marc no esperó, se dirigió hacia ella por el camino de oro, él llego donde ella, luego de un tiempo Marc me llamaba a lo lejos, yo no creía caminar, iba elevado en las nubes, pero me acerqué, la observé más cerca y era como estar en el mismo paraíso, yo trabándome en tan solo preguntar su nombre y con una voz dulce, acariciante de almas, suave como el viento dijo:
-Me llamo Lee.
¿Corrí o volé?, no sé, pero Marc se hizo su amigo.
Estando ya en el hogar, como siempre Marc, Jason y yo comíamos frutos de nuestos árboles frescos y en eso Marc se me acercó, con una voz baja y desanimada me masculló:
-Lee es hija de un empresario muy adinerado.
Yo solo pensé:
- Tan solo soy un campesino luchador de la vida y ella hermosa como el sol, de padres adinerados, será imposible tenerla.
Era como comparar el diamante con el hierro.
En una espantosa semana no acompañé a mis amigos a esa ciudad, estaba desmotivado completamente, sobre mi mente perdida sonaba aquella voz tan única y derramaba lágrimas al saber que no la tendría.
Una tarde cantaba una melodía en honor a esa princesa acompañada de cuerdas sonoras y triste, en eso llegó Marc quien me encontró con los ojos llenos de lágrimas y me musitó:
- Lee pidió verte.
-¡Woooo!
Con esas tres palabras mi bohemia desapareció, volví a subir de donde me había caído en tan solo un segundo.
Llegó el día de ver a tal diosa resplandeciente, me puse mi mejor vestimenta, esta vez iba más seguro, llegué, ella estaba sentada, yo la veía como en su trono real, me postré a la par de ella y conversamos un rato, el tiempo pasaba lento, me reflejaba en sus ojos de diamante, me enamoraba cada vez más y los pájaros cantaban para ella.
Pasamos hablando todas las tardes por un mes. ¡Ay, era tan hermoso!
En una tarde mágica los árboles hasta bailaban en vernos ahí, los pájaros no paraban de cantar, la ciudad resplandecía como el oro al ser iluminada por el sol.
Mi amor hizo que me acercara a su rostro, ella quedó inmóvil, cerró sus ojos, cerré mis ojos, postré mis manos en su mejillas de agua, el tiempo se detuvo y logré probar sus labios de miel, no era digno de tanto, volé hacia un lugar que ni existe y de repente, así de la nada Marc y Jason, que como siempre me acompañaban me gritan de lejos:
-¡Joseph su papá!
Y sí, su papá había aparecido como por arte de magia y había observado todo el nido de amor que se reflejaba en nosotros, él se acercó furioso como un león hambriento, la tomó fuertemente de sus brazos frágiles y dijo la frase típica de los superiores:
-Lee, él no es para ti.
Bajé mi rostro llorando, mi alma se destrozó por completo, no paraba de llorar, mis ojos se oscurecieron y quedé inconsciente.
Desperté ya en mi hogar y sí, solo fue un sueño...
¿En qué momento te fuiste?
Esto es un cuento de la típica historia de los adolescentes buscando pareja en ciudades y los amigos ayudando a uno.
Espero les guste con todo amor.HAMI SÁNCHEZ.
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Cuentos juveniles
Novela JuvenilCuentos que te harán transportar a aquella etapa cuando eras un adolescente o si eres adolescente serán cuentos que te harán saber lo que puedes hacer o lo que estás haciendo💗