siete

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Apretó los ojos en una mueca sintiendo luz pegando directamente en su rostro, con una mueca abrió poco a poco los ojos, quiso moverse pero un pesado brazo sobre su cintura no lo dejaba.
Con el corazón en la garganta volteó apenas la cabeza, viendo la figura desnuda y serena de un YoonOh dormido.

¿Qué rayos has hecho Taeyong?

Sintiendo una presión en el pecho tomó con cuidado la extremidad, sacándosela de encima con suavidad, temblando cuando YoonOh dió un gruñido dándose la vuelta. Suspirando de alivio vió su ropa tirada en el suelo, no se pondría eso. Fue hasta su armario donde aún quedaban pocas de sus prendas, con un par de calzoncillos, camiseta y pantalón deportivo se dirigió al baño, dispuesto a darse una larga ducha.

Quería quitarse todo el mal sentimiento y el arrepentimiento en él. Haberse acostado con YoonOh fue un error, haberle dicho que aún lo ama fue un error, diablos, que haber ido al departamento había sido un maldito error. Había ido por el coraje que tenía, la rabia que sentía. No podía quedarse callado como si en algún momento todo volvería a ser como antes, ya nada lo sería, nunca más.

Salió secándose el cabello con una toalla, caminando por la sala la observo con dolor, tendría que dejar ésta casa donde había vivido tantas cosas. Navidades, aniversarios, años nuevos, cumpleaños. ¿Cómo podría seguir adelante? Todo lo que había conocido iba a desaparecer.

Sacudió la cabeza, no quería amargarse tan temprano en la mañana. Con curiosidad se acercó hasta un objeto dorado que sobresalía por detrás del sofá. Lo tomó con el celo fruncido, era un Maneki-neko, brillaba excepto por Ian de sus esquinas que se encontraba raspada.

¿YoonOh lo compraría? El no era para nada supersticioso, siempre que le hablaba de este tipo de cosas le decía que era un fantasioso y prácticamente lo ignoraba. Sentándose en el mueble con el gatito aún entre sus manos frunció el celo ante sus pensamientos.

¿Por qué de repente recordaba uno de los defectos de YoonOh?

Él nunca los había notado realmente, pero estaban allí. Esos pequeños detalles y hábitos que le colmaban la paciencia. La ropa por todos lados, su falta de responsabilidad, los trastes sucios, el cepillo de dientes fuera de lugar...¿Era eso una señal?

Dió un salto cuando sintió una mirada fija sobre él, volteando hacia el pasillo vio a YoonOh con el ceño profundamente fruncido, los brazos cruzados y con apenas unos bóxers cubriéndolo.

—¿Qué haces con eso?

El tono molestó no le gusto para nada ¿Que le sucedía?

— Yo soy el que debería preguntar eso. Tu no crees en la suerte ¿Por qué lo tienes? ¿Quien te lo ha dado?

Sin poder detener el torrente de pensamientos que lo invadieron soltó esas palabras. ¿Y si su amante se lo había regalado? Y YoonOh como todo un caballero lo había aceptado.

— Preguntatelo a ti mismo Taeyong antes de que vengas a querer alegar algo— caminó imponente hasta él, arrebatandóselo.

—¡De que diablos hablas! ¡Y devuélvemelo!

—¡No! Y no te hagas el inocente, que se bien que no lo eres— YoonOh lo enfrentó alzando la voz— Te das del muy ignorante y de que yo soy una basura cuando seguro tú has estado haciendo lo mismo, ¡Oh pobre Taeyong! ¡El angelito frágil que ha sido engañado por el malvado de YoonOh! Pura mierda.

Con los ojos desorbitados chocó con toda su fuerza el puño contra la fuerte mandíbula del menor. Temblando al darse cuenta de lo que había hecho.

— N-no se de qué carajos me estás hablando YoonOh, nunca diste de ser un santo pero yo nunca de engañaría ¡Jamás! Quedarme anoche fue un error, acostarme contigo fue un error— murmuró mirando con furia a Jung— Decir que te amo fue un maldito error.

Corrio hacia la habitación buscando sus zapatos, la ropa ya no le importaba sólo quería salir de allí. YoonOh notando su error fue detrás de él, comenzando a soltarle un torrente de palabrerío que el no escuchaba.

— No, Taeyong amor lo siento tanto yo no quise insinuar que tú podrías hacer algo así es solo que Kun—

Volteando alterado lo miro incrédulo—: ¿No querías? Pero lo hiciste YoonOh ¿Y Kun? ¿Que tiene que ver el vecino en todo esto?

—El me dió al gatito para que te lo diera a ti, te lo compro como un regalo— alzó el objeto— Mientras hablaba de ti tenía está mirada, sucia y molesta, le gustas.

Con una carcajada que no sonó para nada divertida Taeyong sonrió en grande.

— Oh ¿Así que es culpa mía que el vecino guste de mí? ¿Eso te da derecho a decir que yo me metí con él?

—¡No! P-pero—

— Déjalo así YoonOh, todo ayer fueron puras mentiras y promesas vacías, ha sido la peor decisión que he tomado— dejando al menor con la palabra en la boca corrió hasta la entrada saliendo dando un portazo.

—¡Mierda!— tiró al gatito hacia el piso, haciéndolo pedazos— ¿Por qué tengo que cagarla siempre?

Con la cabeza entre las manos dió unos cuantos golpes. ¿Qué diablos iba a hacer ahora? Con estrés llamó a Johnny pidiéndole el verse en la cafetería cerca de allí. Apenas poniéndose ropa decente salió de la casa, caminando con rapidez hasta el establecimiento. Dentro ordenó un café cargado, golpeando la pierna nerviosamente contra el suelo.

Johnny entró poco después, con su cabello largo peinado y su chaqueta de lana.

— Hey, Jae, luces demacrado ¿Todo bien?

Sonrió ante la pregunta de Johnny—: Sí John, todo esta bien, perfecto, de puta madre, y por la mierda que no me llames Jae.

—¿Qué? ¿Ahora no te gusta? Los últimos meses no me diste esa impresión— el tono borde de Johnny lo confundió ¿Que rayos?

— Lo que sea hombre— su café llegó en ese momento, tomando un enorme sorbo a pesar de que estaba caliente como el infierno golpeteo los dedos contra la mesa.

— Bien, ya. Habla.

— Taeyong lo sabe, Taeyong lo jodidamente sabe— tocó su rostro tragando duro, se sentía temblar— Ayer vino todo molestó y tuvimos una pelea, a-al final le pedí perdón e hicimos el amor pero hoy en la mañana reñimos de nuevo y me dijo que todo había sido un error.

El silenció que apareció después lo transtorno, se prolongó por más de diez minutos. Mirando a Johnny con angustia notó su falta de reacción, sin poder creerlo comenzó a reírse, un borde colapsante en ello.

—¿Viejo? ¿Q-qué?

— Yo se lo dije.

—¿De qué hablas?

— Yo se lo he dicho a Taeyong, JaeHyun. Yo le he contado a Taeyong la mierda infiel que eres.

— ¿Por qué harías algo cómo eso? John, se supone que s-somos amig—

— ¡Los amigos no guardan las infidelidades del otro cabrón! ¿Cómo crees que me sentía al verte revolcarte por ahí todo feliz mientras Taeyong sufría solo en tu casa? Me hiciste mentir por ti YoonOh, en su maldita cara. Hice mal desde el inicio al respaldar está tonta aventura solo por qué te sentías con las ganas de follar a alguien más.

—¡Él no es sólo eso! ¡El no solo una maldito revolcón!— gritó golpeando la mesa con el puño, llamando la atención de los demás clientes.

— ¿Lo ves? Te pones demasiado malditamente sensible cuando lo menciono, no voy a seguir jugando a las escondidas contigo y el. No proclamo ser un buen hombre pero nunca le haría eso a la persona que se supone que amo. Sí tanto amas a Taeyong te sentirás culpable pero ¿Sabes algo YoonOh?

John se levantó de su asiento, quedando parado a su lado agachándose para estar a la altura de su oído. Con una mano en su hombro se recargo sobre él.

— Tú no lo haces.

Dejando unas palmadas sobre su hombro salió de la cafetería. Allí solo, sin ya nadie con quien confiar se soltó a llorar.

Debía tomar una decisión.


























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⏰ Última actualización: Jan 19 ⏰

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♡︎♥︎𝙡𝙤𝙫𝙚 𝙛𝘰𝘰𝙡ꔛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora