;16🌸Acepto

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—Abra sus ojos y mire hacia arriba, por favor— Solicitó una maquilladora, quien intentaba de cualquier manera terminar de delinear los alargados ojos de su cliente.

—Es que me va a picar— Se quejó Dongyoung con sus ojos cerrados con fuerza y su boca fruncida.

—Una vez tuvo una cita forzosa con su novio, lo llevé como a un costal de papas— Contó como anécdota Yukhei, en lo que un chico realizaba su peinado —la cosa es que fue mi novio quien lo maquilló y tardó cuarenta minutos en delinearle un solo ojo.

—No puede darse el lujo de tomarse cuarenta minutos para delinearle porque el niñito en cuestión se escapó y atrasó todo el cronograma— Se quejó Ten, vigilando de cerca a su mejor amigo —Abre los putos ojos, Kim Dongyoung, o seré yo quien te delinee y mira que tengo un pésimo pulso, ¿me oíste?

—No quiero, así estoy bien— Respondió caprichoso el pelinegro, cuyo cabello ya había sido estilizado con algunos rizos sueltos que lo hacían lucir jovial.

—Dongs, quizás si pones de tu parte, podrían terminar lo antes posible contigo. Queda muy poco tiempo y todavía tienes que cambiarte de ropa— Aconsejó con una voz muchísimo más tranquila  Donghyuck.

Dongyoung frunció nuevamente sus labios antes de soltar un suspiro enorme para ganar coraje y abrir sus ojos —Rápido, que no sé cuánto dure sin pestañear.

La mujer tomó ventaja de la buena voluntad y logró delinear ambas líneas de agua superiores en cosa de segundos; ahora parecía que al chico se le habían multiplicado la cantidad de pestañas en un dos por tres. Los demás toques no fueron muchos, porque Doyoung había solicitado explícitamente que no quería lucir como un payaso.

—¡Tesorito! luces divino— Exclamó Hyoyeon entrando a la habitación de su hijo mayor y abrazándolo con fuerza.

—Me.dejas.sin.aire— Se quejó, aunque su madre se negara a soltarlo y él se viera obligado a resistir ese acto de ternura.

—Perdóname, tesorito. Es solo que me pone muy sentimental que mi bebé mayor se vaya a casar— Las suaves manos de la castaña no tardaron en acariciar las mejillas de su hijo mayor. Sus ojos brillaban con nostalgia y miraban cada detalle del rostro de Doyoung, como si esa fuese la última vez que lo vería así de cerca.

—Siento interrumpir tanta emotividad, pero realmente necesito que Doyoung se cambie de ropa— Ten estaba siendo peinado, por lo que la tía Sunny había vuelto a tomar su papel de organizadora y ahora jalaba el brazo del pelinegro para que entrara a su walking closet y se colocara su traje azul cielo, el cual colgaba en una percha en la puerta del armario —Tienes diez minutos— Dicho eso, cerró con fuerza la puerta, dejando al menor solo en su amplio armario.

—Imagínense hacer eso mismo en mi armario, me encierran ahí y muero de asfixia— Bromeó Hendery en lo que comía un trozo de pastel de chocolate que Yukhei había horneado el día anterior.

—Con cuidado, amor, no vayas a ensuciarte— Pidió Xiaojun, limpiando la comisura de los labios de su novio.

—¿No sienten que invadimos el espacio de Dodi?— Preguntó Taeyong mientras acomodaba la corbata de Sicheng.

—No— Respondieron todos al unísono. La verdad creían estar dándole apoyo moral al chico en cuestión. Aún así, de a poco varios de ellos comenzaron a dispersarse, solo quedando Hyoyeon, Hendery y los estilistas, quienes se encargaban de Lucas y Ten.

—¿Por qué vistes un abrigo?— Aprovechó de preguntar Chittaphon a Hyoyeon —¿Llevas ropa abajo?

—Es parte de la sorpresa— Susurró la mujer para que su hijo mayor no oyera.

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