;14🌸Cerrando ciclos

376 59 23
                                    

La pareja de prometidos sentía que haber ido dos días al departamento en la playa generó que las semanas siguientes pasaran volando y que, casi sin darse cuenta, estuvieran a cuatro noches de la tan ansiada ceremonia.

Los preparativos estaban listos, no había nada que probar, testear o practicar para esa tarde; no existía margen de error porque prácticamente estaba todo calculado. A no ser que los problemas de los invitados opacaran aquella ceremonia que les había salido un ojo de la cara a Dongyoung y a Johnny.

Chittaphon, como buen amigo que era, decidió que hacerse cargo del «modo malo» de Taeyong sería un gran alivio para el pelinegro, así que tuvo al tierno peligris toda una semana practicando oraciones amables que podía utilizar cuando Yerim se le acercara. Sin duda, la favorita del recepcionista era «qué lindo vestido, ¿qué es eso que te camina por la cabeza?; ¿un piojo?», aunque el tailandés se lo había dicho de broma y ya no existía manera de que al chico se le saliera de la cabeza (igual que un piojo, cosa que es irónica).

También se encargó de mantener a Mark Lee lejos de Donghyuck, sobretodo porque el humor de Jungwoo no estaba siendo el mejor -suponía que era por el gran secreto que ocultaban Taeil y Hyoyeon y del cual ellos se enteraron sin querer- y no tenía ganas de que el menor de los Kim volviera a enojar a su hermano mayor. No obstante, era cansador tener al canadiense rondando por la gran casa, acechando al chico de variados lunares y este, como coqueto innato que era, ceder un poco ante los encantos traídos del otro continente, pese a los comentarios desafortunados del mayor.

Lo bueno era que ya quedaba poco para la boda, podría descansar y Yukhei se había ofrecido a hacerle panqueques por el gran esfuerzo.

—¿Saben que me tomé el tiempo de llamar a todos y cada uno de los invitados para preguntarles si tenían un atuendo apropiado?— En la isla de la cocina estaban Jungwoo, Chittaphon y Donghyuck comiendo de los panqueques que Lucas había preparado antes de marcharse al mercado por fruta fresca.

—No debería importar lo que otros vistan, ¿o si?— Preguntó sin mucho interés el de piel caramelo.

—Sí, no pueden ir vestidos del color de los trajes de los novios. Prohibí tajantemente el azul rey y el azul cielo— La ansiedad se estaba comiendo a Chittaphon mientras que los panqueques eran devorados por él, como si fuese una representación gráfica de la mente del tailandés en esos momentos —Eso sí, al único pelotudo que no pude contactar fue a Sungmo, ¿sabes algo de él, niño brillis brillis?

Ante el cursi apodo, Jungwoo bajó la cabeza con lentitud y su alegre rostro cambió a uno más serio. No pasaron ni 30 segundos antes de que se excusara y se levantara con apresuro de su asiento para ir escaleras arriba.

—¿Qué le ocurrió?— Cuestionó extrañado John, quien justamente venía llegando de la oficina y vio pasar al malhumorado muchacho.

—No me mires a mi, ya tengo muchos problemas— Se encogió de hombros Ten —¿Dónde está Dongs?

—Tuvo que ir a ver algo con su abogado; me dijo que nos veríamos aquí para cenar todos juntos— Respondió antes de meter un poco de panqueque en su boca —Están deliciosos.

—Yukhei los preparó para mi, ratero— Refunfuñó el extranjero —¿Por qué no mejor vas a ver lo que ocurre con tu cuñado? Mira que no andamos con ánimos de aguantar otra escenita.

—No seas cruel con él— El reproche de Haechan no tardó en llegar.

—Argh, tú no me hables, infiel, ¿no ves que tengo que seguirte los pasos de cerca para que no la cagues?—Donghyuck se encogió en su propio asiento— Y no me veas con esa cara de perrito atropellado, me tienes hasta más arriba de la coronilla con ese coqueteo infantil que te cargas con el noruego.

AQUA🌸JOHNDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora