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Mike

Llego a la oficina, al entrar veo a la única persona que ha rondado sin parar mis pensamientos. Aquella pelinegra de ojos oscuros que conocí en el bosque ese día.

Levanta la mirada y todo rastro de dulzura es reemplazado por una mirada asesina en cuento nos ve entrar. Se queda sentada detrás de su escritorio observando con detenimiento nuestros movimientos y a mi acompañante.

Después de hablar de la situación del Kanima, lo único que dijo fue que debíamos irnos, se que sospechó de alguien pero que se ponga a la defensiva al no querer darme información a cambio de la que le di, me molesta y mucho.

- Maldición - digo saliendo al estacionamiento

- ¿Sucede algo, Mike? - pregunta Ian, suspiro - Te dije que ella no te compartiría información.

- No necesito que me diga información, solo necesito vigilar sus movimientos.

- ¿Qué tiene esta chica? ¿Porque darte de mate a una cazadora?

Pienso en su pregunta y lo primero que vino a mi mente fue su carita de inocencia que ví al momento de entrar, justo antes de que colocara esa mascara de frialdad en ella, tiene un carácter fuerte digna de ser una mujer de armas.

- No lo sé - digo subiendo al auto - Asigna a dos lobos a seguirla, pero que en zona de cazadores se mantengan alejados.

- Está bien - dice - Nos vemos en la manada.

- Ok, iré a otro lugar antes de regresar. - asiente y se va.

Enciendo el auto y me pongo en marca hacia el bosque donde ví al Kanima por última vez.
Al llegar bajo del auto y empiezo a caminar. El lugar sigue igual y el liquido en el mismo lugar, veo a un conejo estático en el suelo.

- Supongo que tocaste ese líquido - le digo agachándome a su lado.

Una flecha se clava en el árbol justo a escasos centímetros de mi cabeza

- Creo que debes mejorar tu puntería cazador, ya vas fallando dos veces.

- ¿Qué se supone que hace aquí Alfa? dice, volteo viendo al más joven de los cazadores.

- Gracias por preguntar después de lanzar esa flecha - digo levantandome con una sonrisa en mi rostro - Estoy investigando.

- ¿Porqué esto sería de tu interés?

- Es sencillo, el Kanima es una alteración del general de hombre lobo - frunce el ceño.

- ¿Kanima?

- Tus hermanos no te han contado...

- Explícate

- Cazador, explicaciones te deben tus hermanos, no yo. - olfateo tratando de detectar el olor del Kanima - Te explicaré todo... Si me ayudas a rastrearlo.

- ¿Qué?

- Es un trato simple - le digo - Tu decides, cazador.
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El camino por el bosque empieza a parecerme demasiado largo

- ¿Cuándo piensas hablar? - pregunta el joven cazador que viene detrás de mí.

- Cuando empieces a rastrear - digo siguiendo el olor

- No es por ahí - dice deteniéndose varios pasos detrás de mí - Es por allá - señala el lado contrario por el que voy.

- El olor...

- No te guíes por lo obvio, el rastro va para esa dirección.

- Bien cazador - digo dirigiendome hacía dónde él me indica - ¿Listo para la explicación?

MI OTRA MITAD (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora