¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
» Young! Kishibe × Fem! Reader.
Tras tantos rechazos, le sorprendía que aún quisiera intentar volver a Quanxi su mujer. Ella le ha golpeado tantas veces mientras se negaba a sus propuestas, y (N) se mantenía fuera de contorno porque su confesión podría arruinar el vínculo entre compañeros y amigos que compartía con Kishibe. Y a decir verdad, aunque los tiempos en ese entonces fueran complicados, no quería perder su amistad con el muchacho por sus malditos y delicados sentimientos.
Actualmente, ambas mujeres estaban sentadas en la barra de un bar, esperando a que el hombre regresara con la cerveza en manos y compartir así otro momento entre colegas. La de hebras grises miró neutral a quien se hallaba a su lado, jugando con los dedos y reflejando una tristeza en esos ojos (c/o) que fácilmente podría ocultar de quien no fuera observador, pero Quanxi nunca dejó de ver atentamente y con cautela los gestos de la otra.
Bueno, probablemente no fuera una persona con los mejores consejos para dar, o animarla con las palabras correctas, pero podía apoyarla emocionalmente durante ese momento antes de revelarle su pequeño secreto. Es una molestia tener que decírselo antes de tiempo, pero era más que una aliada para ella y debía actuar antes de matar a golpes a Kishibe.
Esperaron un poco más antes de recibir al hombre con los vasos de cerveza en sus manos, entregándolos a las dos y únicas mujeres en todo el tranquilo lugar. Se tornaba incómodo para la de cabellera (c/p), tragando com dificultad su bebida mientras que Kishibe permanecía a su lado. ¿No iba a seguir intentando lo que se repetía día a día? Estaba confundida, y un poco aliviada, al menos su corazón no le jodería con sus sensibles emociones.
―Creo que prefiero a las niñas ―dijo Quanxi tomando un sorbo de su vaso, ganándose las miradas sorpresivas y confusas de sus dos compañeros. Kishibe volteó a ver a (N), y ella lo miró de vuelta, cuando captó el pensamiento del contrario su rostro explotó en un color rojo brillante mientras agachaba la cabeza tímidamente.
―¿E-Es una especie de indirecta hacia (N)? ―cuestionó el muchacho, alzando una ceja y dejando caer una gota de sudor de su sien. No esperaba tan confesión de la mujer a la que anhelaba conquistar.
―Nunca dije que fuera ella quien me gustaba ―explicó. Aún así, de la fémina la cual hablaban, balbuceaba en voz baja con el rostro encendido de la vergüenza. Mentiría si dijera que Quanxi no era atractiva, pero no sentía la misma atracción―. ¿Sabes? Creo que (N) es un buen partido para ti, ha estado loca por decirte que te ama ―con su pie, movió el asiento de la contraria para juntarla más con el hombre, haciéndola sobresaltarse ligeramente en su sitio.
Ella miró apenada y triste también a Kishibe, jugando nerviosa con sus dedos. Tal vez Quanxi le dio un muy gran empujón para confesar sobre sus sentimientos al contrario, pero no estaba lista para lo que seguía. Cuando se quiso dar la vuelta para ver a la peli-gris, esta desapareció de su vista inmediatamente, dejándola en esa situación tan vergonzosa.
―(N) ―le llamó con tranquilidad. Su cuerpo se tensó, y llevó sus ojos al rostro de su acompañante. Él se veía igual de desconcertado por la acción y palabras de quien se fue sin dejar rastros, pero ya no tenía nada que decir en realidad, apenas pudo captar su atención diciendo su nombre.
―Kishibe ―dijo ahora ella. Se notaba tan pequeña en frente de semejante hombre, que moriría de lo ruborizada que se encontraba. Quedaron en un completo silencio por unos minutos, sumergidos en sus mentes, pensando en qué decir para sacar la tenacidad del momento.
―Sería mejor que... Nos diéramos un tiempo para recapacitar todo ―comentó el muchacho, rascándose la nuca y escondiendo su mirada para no ver fijamente esas orbes (c/o). Sus manos temblaron un poco, fue repentina la noticia de Quanxi y (N), conociendo sus secretos en el mismo instante. Era un poco complicado poder sentirse cómodo ante ello.
―Sí, también creo eso... ―confesó, tocando sus propios dedos para dejar de sentirse asustada por lo que se venga en el futuro, pero podría tomarlo con calma y respetar la decisión del contrario. Después de todo lo veía conveniente y significaba una oportunidad, al menos se hacía esa pequeña ilusión.
El resto de la noche, no fue tan malo como se lo imaginaron.
