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Brad, trajeado y con un café negro solamente, me esperaba en una mesa de la terraza.

_ Hola, Brad.

Tomo asiento en su frente y Finn a mi lado.

Garraspea en sorpresa y se para un segundo para saludar como un CEO coreano.

_ Buenas tardes, señorita Geller.

Levanto una ceja para ver si continúa y fulmina con la mirada a Finn.

_ Creo, señorita Geller, que esta es una conversación privada.

_ Tranquilo, puede hablar con confianza, el próximo mes nos casamos.

Finn y Brad abren los ojos y yo entrelazo mis dedos con los de él.

_ En ese caso..

Se ajusta la corbata.

_ Su herencia será recibida en cuanto sea capaz de mostrar un acta de matrimonio. Lleva un tiempo arreglar todo el papeleo pero no será nada complicado.

_ Brad, me llamaste para algo. Habla.

_ Sí, es que, bueno, encontramos una cláusula pequeña en el testamento de tu padre. El que leímos fue el entregado por él a mí, pero luego de revisiones en tu casa, encontré un nuevo testamento que añade el requisito de si un año posterior a su muerte ninguno de sus hijos se ha casado, la herencia sería entregada a su subordinado inmediato en la empresa quien se encargará de darle un uso correcto en el fortalecimiento del capital familiar durante años, siempre y cuando mantenga protegidos económicamente a sus hijos.

_ Vaya, te lo sabes de memoria.

_ Es mi trabajo.

_ Y se supone que ese subordinado ¿eres tú?

_ Pues sí, pero ya no hay ningún problema. Se casa el próximo mes.

_ Sí, claro.

_ Entonces, sólo me queda decirle que nos mantendremos en contacto.

Nos levantamos y estrechamos manos.

_ Claramente.

Sonrío y él se aleja del café.

_ A ver, según yo tengo entendido tú y yo no nos vamos a casar el próximo mes ¿o si?

Río entre dientes.

_ No, no nos vamos a casar el próximo mes, Finn.

_ ¿Y entonces?¿Por qué has dicho eso?

_ Nos vamos a casar antes.

Sus ojos amenazan con salirse de sus  órbitas y yo estallo en risas.

_ ¿Perdón?

_ Finn, a pesar de lo misterioso que siempre has sido conmigo y de las pocas explicaciones que me has proporcionado, te diré, Brad, es un oportunista de la peor calaña, se hizo pasar por amigo y fiel empleado de mí padre por muchos años, y todos le creíamos, hasta que le ví besar a mi madre y ella corresponderle, eran amantes, y con lo mucho que adoraba el dinero Alice Geller, ahora creo que planeaban algo contra Wallace, pero no contaban con ese accidente.

_ ¿Grace, estas segura? Qué hayan sido amantes no comprueba nada. Además ¿qué tiene que ver eso con un matrimonio?

_ Pues, yo creo que tengo razón, y de no ser así igual cumplo con lo correcto. Ese hombre es ambicioso, desea poder y eso no me gusta nada, nisiquiera estoy segura de ese testamento nuevo, pero no importa, no se saldrá con la suya. Yo voy a recibir esa herencia y le daré el uso que merece.

The Reeget's Secrets [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora