Robo lo que nos une.

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Apenas hubo tacto humano en el acto, un par de manos, un par de piernas, un torso, ningún corazón.

Madara buscaba con ansias el elixir de su contraparte pero este no se dejaba, pues quien lo hacia, la dominación sería total y eclipsada. Madara tampoco quería bajar la guardia, pero admitía muy en el fondo, que ese toque frío era... por más, fuera del alcance del placer.

Tobirama apenas le miraba a los ojos, si lo hacia, la fatalidad caería sobre él, esos malditos ojos...sus ojos. Negros y brillantes, Madara los cerraba cada que podía y evitaba el carmín de Tobirama siempre que podía. 

La manos comenzaron en el cuello, casi matándose y evitando emitir ruido, aunque gruñidos roncos se presentaba por ambos, nadie debía saberlo. Pero el cuello pálido de  Tobirama le daba tantas oportunidades, mordía para no apretar, mordía como bestia y hubo sangre, un hilo le escurría pero eso no le molestaba a Tobirama pues el estaba sobre de él, llevando sus cabellos negros hacia afuera para calmarlo mientras que sus ojos fríos buscaban la paciencia y lujuria del Uchiha que claramente no encontró en ese momento, pues sobre esa mata negra de cabellos se ocultaba.

-¿A qué le temes?- le susurraba cada que ocultaba sus ojos.-No te va a pasar nada.

-Me vas a lastimar, eso ya lo se... pero yo todavía...

-¿Todavía que?

-Quiero provocarte un poco mas.- le beso con pasión el cuello, curando la horrible herida que le hizo, todas las heridas pero a su paso dejaba más.

Tobirama le quito entonces la parte superior de aquellas ropas negras, y con mucho cuidado las soltó a sus pies. Ahora sus manos buscaban el calor del pecho del mayor, besaba con ternura cada parte que podía dejarle Madara que se movía con brusquedad, como si nunca hubiera hecho eso... Tobirama estuvo a punto de preguntarle..."¿No me digas que eres virgen?" Pero eso sonaba muy mal, en su propia mente el retorcido Uchiha era capas de saciar su gula carnal con él, no iba a ser sumiso. Luego de eso, lo trato con mucha más ternura, apenas besando en rocé.

-¿Qué te pasa?- la dulzura no era algo para Madara.

Tobirama no le respondió hasta que sintió el empujón que le hizo caer, molesto pateo a Madara quien se quería abalanzar sobre él.

-Guarda silencio.- grito secamente.

Tobirama le hizo una seña para que se acercará, el mayor giro afuera por si alguien se asomaba pero no fue el caso. El albino hizo que se sentará en sus piernas mientras este también le retiraba sus largos mechones de cabello de su rostro.

-No me quieres ver enojado, pensé que te gustaba lo tierno y dulce.

-No soy un niño, Senju.

-Yo tampoco.- beso sus labios con pasión dejándose llevar.- Tus labios son muy dulces, sabor durazno, tu piel es muy tersa... pero tu mirada es amarga.- y fue ahí el grave error que cometieron los dos, mirarse a los ojos.

Los besos sinceros, las caricias suaves, el deseo y provocación bien podrían ser pasajeros, pero el mirar del amor nunca lo sería, el amor apenas es un parpadeo, un par de ojos.

-Realmente no me importa quien cae primero, pero serás mío.- le susurro al oído.- Tarde o temprano serás mío.- Tobirama besaba con dulzura los delgados labios de Madara.

El mayor estaba muy incómodo, que no se dio cuenta como el cuerpo del albino le cayó encima, quitándose la ropa, besando su hombros con la misma dulzura que sus labios. ¿Qué debía hacer? No era que el Senju fuera muy posesivo, ya se había calmado y su defensa era baja, era su oportunidad pero realmente Tobirama jugo sus cartas, había dado en el clavo desde ver el tenso pero complaciente cuerpo del Uchiha. Madara nunca estuvo en esa situación, por más que imaginase su venganza, Tobirama realmente sabía como tratar ... a un rey.

-Dejaré que lo hagas primero.- le sonreía con malicia.

Madara se quedó quieto.

-Anda.- Tobirama en tono muy juguetón se sacó los pantalones dejando expuesto su miembro ya erecto sobre el vientre aun cubierto de Madara.

-No...- murmuro el Uchiha, más para él que para el Senju. 

Tobirama beso con mucha delicadeza los labios del mayor, un beso que expuso aun más la inocencia de Madara. ¿Cuántas veces Tobirama había iniciado y terminado el juego, con cuantos lo había hecho? Seguramente el Uchiha era él único mayor en toda esa lista de amantes.

-No te preocupes por eso, yo te voy a guiar.- tomo la mano de Madara para bajarla en su ya cuerpo desnudo, frío... El mayor ni siquiera quería mirarlo.- Será muy incómodo para mi si sigues tenso, suéltate un poco.

-No quiero ser pasivo.- gruño Madara en voz tan baja.

-Pero yo si.- lo beso nuevamente.- Pero debo enseñarte... puedes ser muy rudo, verdad... eso no me gusta a mi.

Madara esta vez lo vio a los ojos, desafiantes, el Senju estaba tan rojo y mordiéndose los labios mientras la mano cálida del mayor comenzaba a masajearle su falo, el albino acurruco su cabeza en el hombro del moreno, susurrando parecía cantar dulcemente mientras sus manos heladas ayudaban al mayor inexperto.

-Aunque me gustaría dominarte, no me ganaré tu corazón si no sacrifico y muestro lo dispuesto que estoy ante ti.- casi no podía oírlo.- ¿Sabes que me gusta?

Hubo un largo silencio.

-Me gusta sentir la presión en mi cuerpo... trataré de cerrarme lo más que pueda para apretarte.

-¿De que hablas?- Madara preguntó ya muy asustado, mientras subía la intensidad de la acción, a Tobirama le costó trabajo explicarse mientras gemía de satisfacción.

-Dame tus labios, bésame.- cerraba el puño inquieto de Madara, apretando con fuerza su propio miembro. El mayor sintió palpitar y cuando bajo la mirada el líquido pre-seminal le escurría por los dedos, un ya excitado Tobirama pedía eso en su cuerpo.-No lo hagas muy rápido al principio, no te fuerces mucho.

El albino besaba sobre la tela de la vestimenta el miembro del mayor, que sobresalía por mucho entre la oscuridad, Madara sintió el recorrido de su lengua por todos los rincones. Tobirama comenzó a masturbarlo, a besarlo, a pasarlo por su cálida boca lentamente, Madara no pudo lanzar gemidos y tocar los cabellos albinos del Senju, mucho menos pronunciar su nombre y cada que lo hacia, Tobirama hacia algo realmente raro con sus boca, se sentía tan bien... los labios del albino eran mucho más dulces en esa acción.

-Juega conmigo como esta tarde, anda, provócame todo lo que quieras... tu serás quien pierda esta noche.

Y entonces, Madara dejo que Tobirama ganará esta vez...






Se pondrá mejor en el próximo capítulo, se los juro 7v7

Perdón por no actualizar, he estado con la escuela y otros problemas, realmente este capítulo iba a ser más... jsjs, pero, necesito hacer mis investigaciones para inspirarme como hace unos capítulos donde todo era más un jugueteo.

Pd. Hice a Tobirama uke por que, algunos de sus comentarios sugerían con argumentos muy buenos esta posibilidad, pero de que habrá Madara uke también lo habrá. Realmente lo de Madara virgen me lo saque al último momento igual para forzar a que Tobirama sea uke y pues proponer algo nuevo, generalmente el virgen es el uke en primera instancia... pero quise ver que pasaba en algo irónico pero no imposible. 

Atte Jake_Muyuke...digo, Muyhombre.


COMO UN LADRÓN (TOBIMADA-TOBIIZU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora