𝐓𝐈𝐌𝐄 ━━ newtmas

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Al parecer, el plan era ella.

Teresa, la misma que les traicionó y la misma a la que le gustaba Thomas. La misma que vendió su lugar seguro a CRUEL y les quitó la tranquilidad que tanto les había costado tener. Y la culpable de que Minho no estuviera con ellos.

A Newt no le caía bien, era algo que todos sabrían simplemente observando su mirada cuando alguien hablaba de ella, no le gustaba lo que había hecho, ni le gustó que cambiase lo que fuera que tenía con Thomas por apoyar a CRUEL. A pesar de que él estuviera casi enamorado de Thomas, la odiaba por hacerle más daño del que ya había sufrido. Ella había hecho daño a las dos personas más importantes de su vida, así que la idea de Gally le desbordó.

También fue de ayuda la llamarada, que estaba dentro de él, corriendo por sus venas y esperando al momento calculado para empezar a volverle loco. De momento, tan solo conseguía afectar a su humor. Por eso culpó a la enfermedad por lo que hizo después, al empujar a Thomas contra la pared y gritarle sobre sus sentimientos por Teresa.

– yo... lo siento. —dijo, cuando recobró él sentido.

Y lo detestaba, odiaba esta enfermedad a más no poder por provocar cambios insoportables en su humor. Odiaba a CRUEL, por hacerles más complicada la vida de lo que ya la tenían. Y odiaba a Thomas, porque no podía odiarle ni aunque lo pretendiera.

Salió de allí, necesitaba tomar el aire.
Thomas le vio salir y tragó en seco, habían estado a escasa distancia ya dos veces en menos de una hora. Pero esta, a diferencia de la primera vez, había sido agresivo. Algo le ocurría al rubio, estaba totalmente seguro. Por eso dejó la habitación sin decirle nada a nadie, mientras Jorge suspiraba.

– seréis todo lo listos y valientes que queráis. Pero algunos de vosotros todavía no saben controlar sus emociones.

Si hubieran sido otras circunstancias, igual se habría girado y le habría preguntado lo que quería decir, confuso, pero no miró atrás porque en el fondo, sabía que tenía razón.

Newt estaba sentado en el borde de la azotea cuando llegó, jugando con el borde de su chaqueta.

– siento lo que ha pasado ahí dentro. —hizo una pausa y decidió mirar a Thomas—. ¿te he contado alguna vez cómo me rompí la pierna?

Thomas negó, siempre se lo había preguntado desde el momento en el que le vio cojear cuando le conoció. Nadie más parecía sufrir una lesión así, por eso sintió curiosidad y algo de lástima aún sin saber la historia. Hizo lo que mejor podía hacer y se arrodilló a su lado, sin interrumpirle y escuchando.

– Fue en el laberinto. Llevaba un tiempo en el claro. No sabía ni quien era ni dónde estaba. Y aunque no tenía ningún recuerdo podía sentir que me faltaba algo. ¿Sabes? Me sentía vacío. Y no podía soportarlo.

Thomas sabía que estaba viendo una parte importante de Newt, una parte del pasado que recordaba y que seguramente le era doloroso pensar.

– Así que una mañana me levanté temprano y me metí en el laberinto. Busqué el lugar más alto que había y me subí a él. Y me tiré. —Thomas bajó la mirada, no se esperaba que alguien como Newt hubiera pasado por eso. Ni siquiera quería pensar en el chico al que quería en secreto renunciar a su vida—. Por supuesto, me quedé enredado en la hiedra. Me partí la pierna en tres partes, como un pingajo.

Thomas esbozó una sonrisa al escuchar el vocabulario que todos usaban en el claro y que a él nunca le había quedado bien. Pero la sonrisa se desvaneció segundos después.

– Caí al suelo y pensé que era mi fin. Hasta que Minho me encontró. Me levantó y me llevó de vuelta al claro y jamás le contamos a nadie lo que pasó. Me salvó. Y ahora él nos necesita.