Un Viaje A Londres | Herophine

Capítulo 1

Me mire por enésima vez en el espejo. Hoy era el día, hoy por fin me convertiría en una gran diseñadora de modas.

Suspire y miré mi atuendo. No estaba para nada mal. Era un vestido suelto color rosa pastel que me llegaba a las rodillas, unos zapatos negros de piso y el cabello suelto con unos broches negros en cada lado.

Baje y me encontré a Amanda. Mi compañera de piso.

—Vaya nena, te ves increíble —Me halago—Dejaras a todos con la boca abierta

—¿Ya te he dicho que te adoro? —Le dije con una sonrisa de oreja a oreja

—Claro, bueno es que ¿Quien no me adoraría? —Dijo de forma creída haciéndome soltar una carcajada —Bueno —Se levanto—Es hora de decirte adiós

Mi sonrisa disminuyó cuando dijo eso, no quería separarme de ella, había sido mi amiga durante varios años. Ya la consideraba incluso mi hermana.

Sin darme cuenta mis ojos se llenaron de lágrimas mientras la abrazaba fuertemente.

—Acuerdate de mi cuando seas famosa —Dio una risa triste —Te voy a extrañar, rubia

—Y yo a tí — Las lágrima comenzaron a salir —Gracias por todo Amanda —Me separé de ella —Te llamaré todos los días a todas horas

—Eso espero —Sonrió —Anda vete, antes de que esto termine siendo un final de telenovela.

Reí y la abrace una vez más antes de salir y emprender un viaje que cambiaría mi vida.

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Ya estaba dentro del avión, estaba esperando a que este despegará para llegar a mi destino Londres.

Una cuidad mágica en la que siempre soñé vivir ¡Y miren! ¡Estoy cumpliendo ese sueño ahora!

El avión despegó y yo no tarde mucho en cerrar los ojos y quedarme profundamente dormida, soñando en como sería mi vida apartir de ahora.

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La voz que indicaba que estábamos a punto de despegar me despertó e hizo que un nudo se formará en mi estómago. Ya está, ya he llegado. ¡¡¡¡Estoy cumpliendo mi sueño!!!!.

Baje del avión con cuidado y miré a mi alrededor. Sonreí emocionada y sali del aeropuerto con una sonrisa de oreja a oreja.

Pedí un taxi y me fui a la que a partir de ahora sería mi hogar.

Cuando llegue miré la casa con la boca abierta, era aún más bella de como se veía en las fotos.

Era una casa ancha de dos pisos. Completamente negra, con las ventanas azul claro. Por dentro todas las paredes eran blancos y los muebles eran una mezcla de blanco y negro. Una casa de ensueño sin duda alguna.

Me di una ducha y me puse un vestido negro pegado que me quedaba arriba de las rodillas, unos zapatos de tacón no muy alto negros y el cabello recogido en una coleta.

Sali de mi casa segura de lo que iba a hacer a continuación.

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