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Book Store* (4)

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Summary.  La tienda "The Nest" siempre recibía con una gran sonrisa a sus nuevos clientes, pero incluso la simpática Yellow tuvo que temblar cuando su compañera de cuarto termino llegando, con su larga hilera de tatuajes que ponía en tela de duda la integridad de Yellow sobre su buen perfil.
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Yellow no tenía nada que temer en su trabajo. Mantenía su perfil alto y alegre, permitiéndole ser el segundo rostro de la lujosa tienda de libros para la que trabajaba. Llegando a complacer con su actitud alegre incluso a su caprichosa jefa. Incluso, su aura simpática provocaba en la gente la necesidad de comprar uno de los libros que ella ofrecía.

Todo estaba bien, podía seguir trabajando, pagar los gastos de su carrera, pagar su pieza del cuarto y encaminarse para un futuro mejor. Aquel pensamiento positivo solamente acrecentó su sonrisa y le hizo brillar los ojos. Sólo debía limitarse a hacerlo todo de la mejor forma y resolvería su vida.

La campanilla de "The Nest" sonó, signo que un nuevo cliente había entrado a la vistosa tienda de libros, así que se giró con una enorme sonrisa a atenderle. Todo ocurrió en cuestión de segundos, su sonrisa flaqueó, sus ojos se oscurecieron y comenzó a sudar frío. Su cuerpo se tensó y sintió que podía desmayarse en ese mismo instante.

En la puerta de la tienda, con una camisa oscura de tirantes que dejaba expuestos su tatuajes en el estómago y los hombros, su pasarío que dejaba entrever otros dos tatuajes más en sus tobillos, y una sudadera amarilla que resaltaba entre todo su maquillaje sombrío, estaba Six, su compañera de cuarto, masticando un bombón de manera desinteresada.

La chica de la trenza se giró hacia la cámara del establecimiento, esperando que el mayordomo de su jefa no viera a su compañera y se apresurara a llamar a seguridad. Aquella clase de vestimenta se salía de los parámetros permitidos en la lujosa tienda de Pretender. Y la chica no tenía reparos en hacer carne su voluntad, además que cuestionaría como es que había entrado puesto que si era primera vez tenía que pasar por una rápida inspección con Craftsman, al menos que tuviera una membresía que la dejara acceder de inmediato.

Y si se enteraba que había sido ella, su empleada ejemplar, la que había prestado la suya para permitirle entrar a ver los libros de la tienda sin tanto protocolo, sin duda su cabeza rodaría, al igual que su oportunidad de tomarse las cosas con calma al fin. Sabía que Six era una chica sombría y silenciosa, pero jamás se imagino que su ropa casual fuera algo tan edgy de no ser por su sudadera amarillo patito.

Los ojos oscuros de Six se clavaron en Yellow, haciendo una señal de saludo y se encaminó a la sección de cocina que había en la tienda. La de la trenza se desconcetró, no tenía idea de que Six estuviese interesada en la cocina, ella adoraba la comida, pero no era fan de prepararla. Negó con la cabeza con rapidez, se salió de su puesto y caminó directamente a ella para sacarla de ahí antes que fuese seguridad o la misma Pretender en persona, revelando que había sido ella quien le permitió evadir la sección de inspección, orillandola a la desgracia.

Abrió su boca para pedirle amablemente que se retirara, haciendo una anotación mental sobre darle un par de consideraciones sobre su manera de vestir cuando visitase la tienda al llegar al cuarto que compartían juntas, cuando Six se giró a encararla, obligándola a cerrar los labios y viéndole directamente. Era dificíl pensar que una chica que apenas le llegaba al hombro fuese tan intimidante con una sola mirada.

—¿Historia o cocina?

Su voz, como siempre, había sonado neutral, como quién está declamando una lista de pendientes del mercado a alguien más, mas la pregunta había resultado tan sacada de onda que le hizo olvidar su objetivo inicial.