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17. Ángel (OdaZai)

Capítulo 17. Ángel

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• Belinda – Ángel •

― Kunikida-san

― ¿Qué quieres mocoso?

― ¿Dónde está Dazai-san? – pregunto Atsushi mirándole confundido

― No deberías preocuparte por él – menciono Kunikida – jamás viene a trabajar

― Pero es que hoy no ha dicho ni una palabra, ¿y si la mafia volvió a capturarlo?

Kunikida miro su calendario, no porque lo dudará, solo confirmaba – no sé qué pasa hoy, pero lleva dos años en la agencia, cada año, esté día. Dazai desaparece, aparece al día siguiente por que algún bar nos llama diciendo que esta ahogado de alcohol

― Pero Kunikida-san, no podemos dejar que siga así

― Ya lo hemos intentado Atsushi. Solo déjalo.

Atsushi bajo su cabeza, ¿en verdad no podía hacer nada?

Por su lado, Dazai alzo su copa – Aquí estoy – miro a su lado – tú también... - bebió hasta el fondo – aunque solo sea la imaginación... - Dazai llevo su cabeza para atrás y se golpeó con aquella lapida.

Dazai tallo su cabeza y abrió los ojos, frente a él una silueta grande, al acercarse pudo ver el cabello pelirrojo – Dazai, ¿Qué haces aquí? – Le sonrió – vamos a tomar con Ango

Dazai sonrió, extendió su mano.

Tomados de la mano comenzaron a andar, el cementerio había desaparecido, habían luces de colores, flores a su alrededor. Dazai pudo reír sincero. - ¡Dazai! Esta vez, vamos por Ango, por Chuuya incluso, y si quieres, podemos traer a Atsushi

― ¿Por qué Chuuya? Que el perro Chihuahua se quede – se quejó.

― Muy bien, ¿podemos comer curry?

― Todo el curry que quieras.

Anduvieron por la ciudad hasta el comedor de curry, allí los niños salieron corriendo para abrazar a Oda y esté le sonreía a Dazai. Se sentaron juntos a comer, Oda lo miro extrañado – Dazai ¿Qué ocurre?

― Nada – menciono sonrojado – tenía mucho tiempo sin sentirme así

― ¿así como?

― Libre como el aire que está flotando en la inmensidad, escuchar tu voz, había soñado tanto contigo

― ¿pero de que hablas Dazai? – le sonrió – nos vemos todos los días

Dazai sonrió nuevamente, comenzó a reír y los niños con él.

En cuanto terminaron el curry, Dazai subió con los niños, les contaría un lindo cuento. Oda había terminado de ponerles pijama y arroparlos, Dazai se paró en medio de las literas – muy bien niños, les contaré un hermoso cuento, un cuento de un hombre valeroso, con grandes sueños, excelente mano escritora, una... hermosa sonrisa, unos bellos ojos, un cabello loco y rojizo – sonrió sonrojado – el amor de mi vida... - miro sonriente alrededor – era un hombre con grandes valores, rescataba niños, era un ángel, un ángel que daba paz a todos, fuerte y fornido que buscaba la justicia ante todo. No se rindió, y eso deben saber siempre niños, jamás rendirse, y conseguirás todo lo que quieras... Como él lo hizo

Los niño se habían dormido, Sakunosuke toco su hombro y Dazai lo miro, con su dedo le había pedido silencio. Salieron del restaurante, caminaban con dirección al bar – Ango llegará tarde como siempre – se quejó Dazai

― Lo hará – lo miro – ¿quieres caminar más?

― Solo un poco más, quiero disfrutar de la vista

― ¿la vista de unos hermosos ojos?

Dazai se sonrojo – Odasaku...

― Mi sello de amor, ¿aún lo llevas en tu piel? – el castaño se puso más rojo

― Jamás negaría aquella hermosa noche y las demás que llegaron después

― Siempre te fui fiel, incluso ahora te llevo en la piel

― Eh escuchado cosas de un chico Atsushi...

― ¿¡ah?! Atsushi-kun, en absoluto, lo intento emparejar con Akutagawa

― ¿el chico que rescataste?

― Si, ese perro medio moribundo

― Deberías ser más amable con él, te admira

― Lo sé pero... siento que si lo digo, jamás me obedecerá de nuevo

― ¿así como callaste tu amor por largo tiempo?

― OdaSaku, mi amor es un bello secreto que mi corazón debe guardar

― ¿Por qué? ¿Por qué debe ser así?

― Porque si lo digo... Mori-san tendrá una excusa para saber que soy débil

― ¿Qué tiene de malo ser débil?

― Que débil... Soy un blanco perfecto.

Las copas sonaban, Dazai miro a su alrededor - ¿Qué fue eso? – pregunto

― ¿Qué fue qué?

Los disparos sonaron - ¡Odasaku! – grito Dazai.

Lo recordó. Oda Sakunosuke yacía frente a él.

Dazai abrió los ojos en gran desesperación. – Dazai-san – le llamo aquella cálida y tierna voz

― ¿A-Atsushi-kun? – pregunto el castaño. Miro alrededor - ¿Dónde estoy?

― No estoy completamente seguro. – menciono el albino – lo vengo siguiendo desde el cementerio

― ¿eh?

― Comenzó a caminar, a reír y a hablar cosas... No he dejado de seguirlo, Dazai-san, ¿está bien?

― Atsushi-kun... ¿a do-donde fui?

― Fuimos a un restaurante abandonado, y murmuro cosas en una habitación vacía. Luego anduvimos por el estacionamiento y nos adentramos en el bosque

Dazai trago saliva – todo lo he soñado... no me dejará volar a su lado...

― ¿Dazai-san seguro está bien?

― Si, si, - le sonrió al albino – siento el alma llena, no sé... Que cambio esté año, despertar cada día era un gran dolor, no era verdad... Lo que yo más quiero

Atsushi trago saliva – Dazai-san... vamos a casa... - menciono el albino ayudando al castaño a levantarse

― Atsushi-kun

― ¿si?

― ¿Qué fue lo que cambio esté año? ¿Por qué soñé con algo tan real?

― No lo sé Dazai-san, pero... me alegra que regresará con nosotros, por suerte, la luna llena nos ilumino toda la noche

Dazai miro a la luna y después al menor, sonrió sin pesar esta vez, acaricio la cabeza de Atsushi – Aquí estoy, y tú también... - cerro los ojos sintiendo como su cabeza era acariciada – aunque sea la imaginación...

Después de esa noche, Dazai dejo de tener alucinaciones, sus sueños no eran más que para descansar, y cuando se sumergía en el alcohol, sabía que la luna llena lo rescataría, como esa noche que piso fondo en el purgatorio. 

...

Lo sé, fue cortito pero la estaba escuchando y se me vieron flashasos bien cabrones así que pues no quedo de otra que escribirlo. Espero lo disfrutarán

¡Gracias por leer!