Elisse.
He quedado con Nico de vernos en el parque, esto me trae recuerdos de aquella primer vez que hablé con él, sentada en este columpio, quién iba a imaginar que hoy estaría aquí pensando en la catástrofica vida que llevo.
A lo lejos veo a Nico caminando hacia mí, hoy lleva una sudadera de color naranja y unos tenis del mismo color en conjunto de unos jeans negros, su cabello rubio luce más largo de lo habitual y sus sonrisa más auténtica que nunca.
A lado suyo veo a Vane, su amiga, siento una chispa de envidia al mirarla tan radiante, no parece que le hayan roto el corazón o que la hayan engañado, como me pasó a mí hace pocos días, ¡Que injusticia carajo!
—¡Hola, hermosa! —me dice Nico luciendo alegre, se inclina hacia mí y deposita un suave beso en mi mejilla.
—Hey, hola —intento hacer un tono de voz animado como el suyo, pero no creo que haya sonado creíble.
—Hola, Elisse —me saluda su amiga a lo lejos.
—Hola Vane, ya veo que no se separan ni un segundo —les digo en broma columpiándome lentamente mientras los observo con atención.
—De hecho no, llevamos semanas siendo buenos amigos y nada cambiará eso —responde ella atacándome con sutileza.
—No sabes cuánto me alegra saberlo —le dirijo una falsa sonrisa al decirlo.
—Noto un poco de sarcasmo en tu voz.
Se nota que no le agrado ni tantito y ella a mí tampoco, eso me queda claro desde ahora.
—Jaja, que graciosa —me río soltando una carcajada—. Nico, quiero contarte la razón por la que estoy así —miro a su amigacon una sonrisa de boca cerrada—. ¿Puedes dejarnos solos cinco minutos? —le pido con voz amigable, Vane me mira y luego mira a Nico, quien parece decirle con la mirada que se aleje.
La chica alza los hombros y dice, —Vale, pueden hablar, a fin de cuentas si estamos aquí es por ti.
Se aleja y camina hacia una de las bancas del parque, se sienta en la misma, contempla los árboles y a las mariposas que vuelan a su alrededor.
—Bien amiga, cuéntame —Nico se sienta en el columpio libre y extiende su mano hacia mí para que la tome—. como en los viejos tiempos.
Una sonrisa se forma en mis labios y comienzo a sentir ardor en los ojos, la personalidad de Nico me encanta, siempre ha sido tan atento y increíble conmigo, me hace pensar que no merezco su amistad.
Acerco mi mano a la suya y él rodea mi palma con delicadeza, me estremezco al sentir su contacto, además, su voz siempre me da paz, me hace sentir una infinita tranquilidad, siento que estoy donde debo estar y con quien debo estar, siento una conexión inexplicable a su lado.
—¿Recuerdas lo que me dijiste aquella vez que vinimos aquí? —me dice para romper el silencio y comienza a balancear el columpio.
—He olvidado muchas cosas —respondo vagamente y él me mira con los ojos entrecerrados.
—Yo no, nunca olvidaría nada relacionado a ti, aún recuerdo lo que me dijiste aquel día “hicimos un juramento de amistad, aunque los columpios no fueran en sincronía, nuestra amistad lo estaría”, Eli quiero que sepas que aunque nuestro caminos sean totalmente opuestos yo siempre estaré para ti y bajo cualquier circunstancia puedes confiar en mí, ahora soy yo quien te dirá que ese juramento es inquebrantable.
No puedo evitar sonreír al escucharlo y cerrar los ojos con fuerza, dos lágrimas se deslizan bajo mis párpados y un nudo se forma en mi garganta.
—Nico... lo que dices es hermoso, haces que piense que la amistad es lo único que vale la pena en este mundo, a veces quisiera borrar tantos recuerdos de mi cabeza, sobre todo los que tuve con Matteo.
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♡Dime que tu amor se quedará conmigo♡
JugendliteraturElisse y Matteo están juntos después de haber recorrido tantos caminos y laberintos sin salida, desafortunadamente, el destino no les dejará el camino fácil, pues tendrán que enfrentar problemas y situaciones que pondrán a prueba su amor. ¿Puede vo...