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Sienna

—Gracias— le agradezco a Randy luego de que me abriera la puerta al salir del restaurante. Me dirijo a mi auto y, ya dentro, abro la guantera y tomo la libreta en la que suelo escribir el progreso con mis "clientes" por así decirlo. Estoy segura de que este será mi último trabajo, ya estoy harta de mentir, y seguro se preguntarán, ¿por qué no le dices a nadie? no es un crimen. Créanme, lo sé. Pero esto es algo tan privado que no puedo decirlo, aparte de que es confidencial para mis clientes así que... La única que sabe lo más mínimo es Cara, porque no le oculto nada y se encontraba raro que saliera tan seguido en las noches. Luego de asegurarle que no era una asesina serial, cerró el tema. Pero volviendo al tópico anterior, luego de este no habrán más por esa razón. Cuando Sebastian llamó le dije la verdad. A medias, pero la verdad. Si tenía una reunión, solo que no era con quien seguro imaginaba. Me la pasé bien en esta reunión, de hecho. Henry me presentó a su esposa y podría jurar que viéndolos a los dos ahí me parecían familiares, pero descarté esa idea ya que no era importante.

Siento mi bolso vibrar y aparto la libreta para tomarlo y contestar.

—¿Hola?— pregunto.

—¿Sienna De Luca?— pregunta una voz femenina.

—Si, soy yo. ¿Con quien hablo?— digo mientras guardo la libreta de vuelta en la guantera.

—Camille Davis.

—¿Por qué me llama, Camille Davis?—pregunto cuando no profundiza.

—Bueno... me enteré por parte del amigo de un amigo de un compañero que eres consejera y me preguntaba si podrías ayudarme.

Frunzo el ceño aunque se que no puede verme y enciendo el auto.

—Lo siento, pero no se a qué se refiere.— salgo del estacionamiento.

—Pues, ya sabes,—susurra— consejera de personas con cancer.

Suspiro y me concentro en la carretera.

—Lo siento, pero ya no hago eso.

—P-pero —tartamudea.— te pagaré lo que quieras.

—No lo hacía por dinero.—aclaro.

—Y-yo... lo siento. Pero por favor. No se que hacer.— se oye al borde de las lágrimas y me pregunto que hice para merecer esto.

—Bueno...¿Que tal si nos reunimos un día y verificamos? Debería aclarar que solo lo hago para personas con familias. De hecho mayormente con padres, pero haré una excepción si decido trabajar con usted.—digo.

—¡¿En serio?! Gracias, gracias, gracias.

—Si, si.— la interrumpo.— Llámeme más adelante a este número y coordinaremos la reunión, ¿está bien?

—Por supuesto, si. Gracias de nuevo.— agradece y corto la llamada automáticamente.

Suspiro por milésima vez y sigo el trayecto a casa maldiciendo a mi falta de tolerancia por las personas desconocidas llorando.

Estoy colocando la llave en el pomo de la puerta cuando escucho risas y me paralizo antes de recordar que Sebastian me había dicho acerca de Parker y su hermana estando aquí también; así que respiro hondo y abro la puerta. Primero veo a Cara y Parker sentados en el sofá hablando con una chica joven de pelo rubio cubriendo su delgada espalda. Al escuchar la puerta abrirse miran en mi dirección y hago un movimiento con la mano.

—Hola— saludo y Pia, si no me equivoco respecto a su nombre, se levanta de la butaca antes de dirigirse hacia mi con una gran sonrisa.

—Tu debes ser Sienna.— me da un abrazo que me obliga a doblar un poco el torso debido a que seguro le llevo al menos seis centímetros de altura. Cuando se separa me doy cuenta de que tiene una hermosa sonrisa y grandes ojos verdes, iguales a los de su hermano; también tiene pestañas largas, nariz respingada, labios gruesos en un puchero y una sonrisa muy grande para lo que estoy acostumbrada. Y es decir mucho porque vivo con Cara, así que...

Break me while i fix you. || Rómpeme mientras te reparo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora