TENTACIÓN. Capítulo XV

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Lo primero que hizo JungKook cuando cerraron la puerta de casa fue besar a TaeHyung.

- ¿Quieres que bailemos?- preguntó.

- ¡Hace mucho que no lo hacemos!

El chico puso una canción lenta en su teléfono y comenzó a bailar con su pareja por el salón. Le tomó de la mano y se apartó unos centímetros de él para que girara y, en mitad de vuelta, se pegó a la espalda del chico, le abrazó y siguieron moviéndose al ritmo de la música.

TaeHyung cerró los ojos y se dejó llevar, estaban dentro de su hogar y, en aquel momento se sentía tan pleno. De hecho, era muy consciente de que las mejores decisiones de su vida eran respecto a JungKook, así como también estaba seguro de que sus peores decisiones en la vida también tenían que ver con el chico, como cuando decidió ignorarle.

Pero todo eso ya había pasado. Ahora sólo estaban ellos dos y aquel baile.

- JungKook- llamó.

- Dime- susurró.

- Estoy enamorado de ti... estoy muy enamorado de ti.

Un suspiro fue lo único que se escuchó antes de que JungKook contestara.

- Eres todo lo que siempre he deseado, y lo sabes. Jamás pensé que podría amar algo más que el boxeo. Pero el amor que siento por ti... es totalmente diferente, pero también más fuerte.

Continuaron bailando, diciéndose palabras tiernas, hasta que TaeHyung fue a la cocina a servir un par de copas de vino. Sabía que su pareja venía detrás.

- ¿No puedes esperar cinco minutos sin mí?- preguntó, mientras se estiraba para sacar un par de copas.

- En realidad... vengo a recordarte que hicimos un trato, mi amor- dijo, poniendo las manos en las caderas del chico.

- ¿Aquí?

- Sí.

Dejó las copas en la encimera y se mordió el labio inferior, no sabía qué esperar, ni siquiera esperaba que JungKook se acordara de aquello. De hecho no lo tenía en mente. Dejó escapar un jadeo cuando sintió como el chico le levantaba la camisa, muy lentamente, y se la sacaba por encima de la cabeza, quedando expuesto de cintura para arriba.

- Gírate- pidió.

Obedeció y miró a los ojos a su pareja, quien le miraba con el deseo escrito en todos y cada uno de sus rasgos. Sintió las manos de JungKook en sus caderas y lo siguiente que notó fue al chico levantarle y sentarle en la encimera para chupar sus pezones.

- ¡Ah! ¡JungKook!

Jamás había entendido como JungKook, con sólo hacer aquello, podía hacer que sintiera placer, pero era algo que le gustaba. Además, JungKook lo hacía de tal forma que no le hacía sentir vulgar, sino deseado.

Sintió su miembro endurecerse en sus pantalones y sólo quería liberarse, pero esto no se trataba de lo que él quería, sino de lo que quería JungKook y lo sabía. No obstante, en aquello estaba el morbo de la situación: el chico no le iba a dar lo que deseaba.

De sus pezones, subió a su cuello, luego a su mandíbula y, finalmente, acabó en sus labios.

- Chúpamela.

De un salto, se puso en pie, para luego ponerse de rodillas, le desabrochó el pantalón al chico y se mordió el labio inferior al ver el miembro de su pareja. Lentamente, le lamió la vena que sobresalía y JungKook gimió. Chupó su falo desde la base hasta la punta para luego metérselo en la boca.

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