La Lluvia, El Acoso Y El Ladrón

139 12 1
                                    

Hoy amaneció lloviendo, estos eran mis días favoritos, pero sólo si me quedaba acostada en mi cama, con mis calentitas cobijas y viendo alguna serie o haciendo maratón de películas, no para ir a estudiar, como hoy.

La lluvia en un día de estudio era lo peor, en serio, caminar bajo la lluvia más el que me visita cada mes, no le hacía bien a mis ovarios, ya que en plena clase me dieron ganas de llorar del dolor.

Ahora mismo estaba en el auditorio, quejándome y leyendo, como de costumbre, al parecer era un día normal, horrible, pero normal. Pero para empeorar las cosas, una cabeza rubia apareció por la puerta.

Virgen Santisisima ¿Por qué este hombre está sin camisa y todo mojado? Me quieres castigar ¿Verdad, virgencita?

-¿Y tú qué haces aquí? - le grité desde el otro extremo del auditorio, haciendo eco por todo el lugar.

-No es por ti, eso seguro - dijo pausadamente.

- Me alegro - murmuré y volví mi vista a mi libro.

-Ya no te "ACOSARÉ" más, así que tranquila, niña - estaba enojado el muy bobo.

Volteé a verlo, venía caminando con cautela... con cierta curiosidad. Pausadamente dije: - Me alegro.

Su ceño se frunció en confusión.

-¿En serio crees que te acosó?

- Pa' qué te digo que NO, si sí - cerré mi libro luego de marcar la página y lo miré directo a los ojos, él estaba a no más de tres metros de distancia.

-¿En... serio? - ladeó su cabeza y me observó con curiosidad - En ese caso perdón, no sabía que te sentías así.

- Pero si yo te lo dije ¿O no? - en realidad no estaba tan segura de mi afirmación, pero él no tenía que saberlo.

- Tal vez... - miró al suelo y pateó una piedra invisible.

¡Dios! Ojalá que se ponga la camisa que hay en su hombro pronto o si no... no sé qué haré...

¿Y si se lo pido?

-¿Podrías hacerme un favor? - él asintió con la cabeza lentamente -¿Podrías ponerte la camisa?

Una sonrisa lujuriosa se hizo presente en sus labios.

-¿Por qué? ¿Te tienta ver mi cuerpo al desnudo y mojado? - dijo mientras acariciaba lenta y tortuosamente su abdomen.

Pude sentir la temperatura subiendo... lo cual internamente agradecí ya que estaba haciendo mucho frío.

¿Y ahora qué se supone que vaya a decir?

Rápido, invéntate algo, estúpida.

- Pff, para ti soy lesbiana ¿ok? Lo decía porque hace frío y no quiero que te enfermes.

Mierda, creo que eso sonó peor... ¿sonó cursi?

-¿No quieres que tu acosador se enferme? ¡Vaya! Que considerada eres, Hayden.

-Se llama ser "empático" deberías intentarlo alguna vez - mis ojos estaban viscos de tanto mirar de sus ojos a su abdomen.

- Soy muy empático, tú no me conoces.

-No, ni tú a mí - no saqué la mirada de sus abdominales.

- ¿Qué tanto miras, Jordyn?

- Es que pareces hecho por fotoshop - lo miré a los ojos - no pareces real. - fruncí el ceño - y decídete de nombre, no me estés llamando por uno y por otro, es molesto.

-Bueno, Hayden Jordyn, me alegra que pienses que soy de otra dimensión, pero soy inmune a todo resfriado.

-En ese caso cuando te resfríes, seremos amigos, hasta entonces...- me bajé de la tarima donde estaba subida - me voy.

Lo oí reír mientras me dirigía a la salida y ya, sólo lo dejé ahí para que se enfermara y así...no sé... poder ser amigos en el futuro.

DOS DÍAS DESPUÉS

Estos días habían sido muy aburridos y normales Hardin había aplazado nuestra clase y pues estaba bien, estos días habían sido muy lluviosos y no quería tener que hacer nada.

Al salir de clases, me fui por el camino de siempre hacia mi casa y todo iba bien hasta que sentí pasos apresurados detrás de mí. Me dio mucho miedo ya que nadie sale a correr a esta hora del día y la calle estaba completamente sola puesto que recién se había ido la lluvia.

Apresuré el paso y metí la mano en el bolsillo de mi bolso, buscando el spray o el teaser o bueno, esa cosa que electrocuta, pronto la encontré y la agarré muy fuerte en mi mano.

- Hey, Hayden Jordyn - suspiré aliviada.

- Jamás me había sentido tan feliz de ver a uno de los idiotas - me recargué sobre su hombro.

- No entiendo por qué siempre insistes con eso de que somos idiotas, tenemos mejor promedio que tú - Se defendió el idiota.

- Eso es porque ustedes... - espera que? - y tú como sabes eso?

El chico entre abrió la boca y parpadeó un poco viendo mi rostro anonadado.

- Te investigamos - respondió casi... casi... apenado.

What the hell?

- ¿Me investigaron? ¿Y por qué? - No entendía en absoluto... resulta que no tenía un acosador, tenía 2.

- Para saber si estabas calificada para salir con Blake. - Lo dijo como si fuera lo más obvio del mundo.

- ¿Y? - No me juzguen, solo tenía un poquito de curiosidad, eso era todo.

- Para nada, sin embargo, Blake está interesando en ti. - Eso, de cierto modo me aterró.

Por un lado tenemos el hecho de que no estaba calificada para salir con Blake y todas las chicas que ha tenido Blake son material para Blair Waldorf. Y el hecho de que precisamente él esté interesado en mí... me aterraba siquiera pensarlo.

- No soy virgen, si eso es lo que busca. - Dije mientras reanudaba mis pasos hacia mi casa.

- Mejor, a Blake no le gustan virgenes - Se burló.

Le di un manotazo - Que estúpido eres. - aceleré el paso, dejándolo atrás.

Rhett no paraba de reír mientras corría hacia mí - Ya, Hayden, solo vengo a proponerte algo interesante... - Mantuve silencio a la espera de que continuara.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 07 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cómo Ser Perfecta y No Morir En El IntentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora